JiMin corría por las calles solitarias, sólo quería llegar a su casa y olvidarse del mundo. Sus lágrimas caían por sus mejillas, hasta el punto de aterrizar en el pavimento. Sus ojitos estaban rojos, sus mejillas rojas y su nariz igual. Sostenía el gorro que traía en su cabeza para que no se caiga, las mechas que sobresalían del gorro se movían por el viento, corría lo más rápido que podía, estaba roto por dentro.
Cuando llego a la puerta de su casa, sacó lo más rápido posible las llaves, lo introdujo en cerrojo y abrió la puerta. Entró, tiró su mochila y corrió por las escaleras hasta llegar su cuarto.
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—Eres un tonto...—.Después de que llegara a su casa, minutos después, llegaron sus mejores amigos, aquellos únicos que no lo juzgaba. SeokJin terminó de curar a su amigo, era la tercera vez que lo hacía, le dolía que su mejor amigo lo lastimaran pero no podía hacer nada, era un Omega igual que él. Odiaba que todo el mundo viera a los Omegas como simples lobos inferiores, que solo los utilizan como juguetes sexuales, para sólo cuidar de los cachorros mientras que un Alfa o Beta hacían que sabemos, pero los Omegas NO eran eso, los Omegas son capaces de otras cosas, no podían hacer las cosas que hacia un Alfa pero eran capaces de todo lo que se proporcionan y todo por lo que sueñan. Pero nadie le importa eso.
—Lo sé...—. Respondió cabizbajo, sostenía su gorrito de lana que siempre utilizaba, sus ojos picaban por soltar lágrimas lastimeras y su boca quería soltar sollozos, su amigo tenía razón, era un tonto, era un tonto por no ser fuerte, era un tonto por ser un llorón de primera y era un tonto por ser un fenómeno.
—No debes dejar que te lastimen mochi—. Dijo una tercera voz, también tenía razón TaeHyung, pero no podía ser fuerte enfrente de aquellos Alfas. Siempre fue sumiso, algo que odiaba de ser Omega, sólo quería ser un Alfa, ser valiente y superior o un Beta, un lobo normal pero nunca un Omega y ni mucho menos un Omega defectuoso.
Jimin soltó un pequeño sollozo, su amigo y su hyung tenían razón, Tae acaricio las orejas de su adorable amigo, este se sentó en su regazo para después esconderse en su cuello, mientras Jin miraba a ese pequeño cuerpecito sollozando, le dolía ver que abusaban del joven Omega.
Park Jimin, un Omega de 16 años, nació con un problema y ese es que es un híbrido o se puede decir a si, nació con cola y orejas pertenecientes de su compañero interior, ese malformación es muy rara de ver, ya que nada más lo tiene aproximadamente lo tienen 4 Omegas en todo el mundo, y solo se presenta cuando un cachorro nace antes de tiempo.
Aparte de las orejas y la cola, los híbridos de Omega tienen un aroma muy fuerte y se intensifica cuando están en peligro o están tristes, cuando no están marcados son presa fácil para los Alfas, más fáciles que los Omegas comunes, ya que sus Omegas lobunas se fusionan con su parte humana y cuando están en peligro en la forma lobuna quien lo siente y no se pueda defender.
Esa es la tortura de Jimin, es un híbrido, y sufre abuso sexual de parte de Alfas de la universidad, y es rechazado por los demás Omegas y betas; tiene que usar un gorro para esconder sus orejas y su aroma y tiene que esconder su cola perfectamente.
El no pidió ser así, quería ser un Omega normal y corriente, que podía salir a cualquier lugar sin tener un gorro puesto para que nadie vea sus orejas y ocultar su cola. Salir a divertirse y tener amigos. Él no pidió ser un híbrido, no pidió que le hicieran burla por ser diferente a ellos. La madre luna era mala con él, no tenia Alfa o predestinado, pero quien amaría a un fenómeno como él, la madre naturaleza y la madre luna, no lo querían, nadie lo quería. Era diferente, era un fenómeno, un miedoso, un cobarde por no defenderse.
