🔹Capítulo Trece🔹

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Capítulo 13: Traiciones.

El reconfortante calor que emanaba de la mano de Chandler sobre la mía era lo único que me mantenía de pie justo ahora

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El reconfortante calor que emanaba de la mano de Chandler sobre la mía era lo único que me mantenía de pie justo ahora. La protección que él me transmitía era algo irremplazable. Porque aunque Chadi no sea el chico más musculoso del mundo, el más rápido, el más rudo, el más valiente o cualquier adjetivo similar que se le pueda dar, igualmente sé que su convicción por mantenernos a salvo es motor suficiente para que aunque no pudiese ganar una pelea, él al menos lo intentara por nosotras.

Por eso es que agradecía realmente que ellos estuviesen aquí, acompañandome como siempre en mis inacabables locuras.

Después del mensaje que recibí en mi ventana, el cual aún no sabía quien había escrito, aquel que citaba: ¿encontraron lo que estaban buscando? Pintado en el vidrio de manera superficial, pensé que tendría noticias inmediatas de Eitan, amenazandome con que si seguía indagando, sufriría las consecuencias, o algo parecido. Pero la verdad es que nada de eso ocurrió.

En realidad si recibí un mensaje de Eitan, pero era únicamente para citarme en el bosque. Lugar al cual lógicamente no iba a asistir sola, aunque fuese lo primero que él me haya pedido.

No tenía la certeza de si él estaba enfadado o no, en caso de que fuese él quien escribiera ese mensaje en mi ventana, asi que tomar el riesgo no era algo que quería hacer justo ahora. Estaba agotada, cargaba unas ojeras del demonio y unas marcadas bolsas bajo mis oscuros ojos, y para variar mi cabello marrón había perdido hasta el brillo y el color, parecía un nido de pájaros luego de ser atacado por algún otro animal. Asi que no, venir aquí sola no era una opción.

Toda esta situación me estaba consumiendo. No podía pegar un ojo en toda la noche, lo cual me impedía rendir en el día. Incluso las clases pasaron a segundo plano. Eso por no mencionar que baje de peso, porque toda esta situación me hizo perder hasta el apetito. Lo único que hacía todo el día era darle vueltas y vueltas en mi cabeza a toda la información que sé y que a la vez no me sirve de nada. Porque en realidad no se una mierda. Y Eitan tampoco es que me ayuda demasiado.

Ellos quieren mi ayuda pero no me dicen toda la verdad. Eitan me cuenta cosas a medio acabar. Los del psiquiátrico probablemente están planeando algo verdaderamente horrible y yo ni siquiera puedo intervenir o hacer algo porque la única información que pensé que podría reunir para usarla a favor, nunca existió. Alguien sacó esos registros de ahí y tampoco se quien fue. Aunque todo indica a que fueron los siniestros. Pero si necesitan mi ayuda... ¿Por qué no me cuentan toda la verdad? ¿En quien debo confiar realmente?

Lo que decía, no sé una mierda.

Y eso lo sabemos los tres perfectamente.

Sólo espero que Eitan tenga algo bueno para decirme hoy, de lo contrario creo que me voy a convertir en una siniestra, porque si me muero, mi propósito será matarlos a todos.

Los nueve siniestrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora