Capitulo 5

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- No me importa, yo pagué tu virginidad. -dice él, aún no sé su nombre-

- Pero... eres el único que me puede ayudar. Solo necesito que me alguien me saque de este sitio. Sé que no nos conocemos pero esta puede que sea mi primera y última oportunidad de salir de aquí... -digo- Te juro que no me vuelves a ver, no te molestaré...

Se queda en silencio durante unos minutos mientras yo miro atenta todos su movimientos.

No voy a negarlo, el miedo me come por dentro, estoy completamente nerviosa.

Éste hombre es un desconocido que había venido a éste lugar para pasar un buen rato, tal vez él sabe de cómo funcionan estas cosas y no le interesa en nada el poder ayudarme.

Después de unos minutos, me miró fijamente poniéndome nerviosa haciendo que piense que me iba a violar, pero solo se levantó.

- Quiero que me devuelvan mi dinero... -dice-

Recoge sus cosas, se levanta molesto de la cama y se va dando un portazo.

Entre lágrimas veo cómo se va y como mi maldita vida en el putero va a seguir.

Lo único que puedo hacer en estos momentos es esperar a uno de los jefes que seguramente me vendrá a dar una paliza por haberme comportado así.

Días después...
Desde ese día no volví a saber nada de aquel chico aunque algunas de mis compañeras me decían que visitaba el putero pero que no me preguntaba por mí.

- De verdad, no estoy bien... -digo-

- ¿y eso por qué nena? -dice Camila-

- Le conté la razón por la cual estoy aquí y...y cada vez que me dicen que él está en el putero... ¡si..siento como que lo va a contar! Te... tengo mucho miedo... de lo que me pueda llegar a ocurrir. -digo temblando-

- Tranquila... -dice Fátima- ¿Quieres probar algo? Te hará relajarte...

Fátima se levanta de la cama y vuelve hacia mí con un envase de pastillas.

- ¿Qué haces, Fátima? -dice Camila escandalizada-

No entiendo porqué Fátima me quiere dar eso ya que yo no consumo drogas a menos de que me obliguen, no porque me gusta.

Saca dos pastillas y me las da.

- ¡No! -dice Camila- Por favor Fátima llévate tus malas costumbres a otro lado, Yarelis es sana y no me gustaría que se dañara con esas porquerías...

- No va a pasar nada, solo es para que se relaje ¿qué crees que pasará? ¿Se va a morir? -dice- Igualmente no tiene nada que perder.

La miré mientras me daba un vaso de agua aparte por si no me podía tragar las pastillas.

- Toma Yarelis, te vas a relajar y te hará olvidar de esto un ratico, pero... no te va a pasar nada malo, ¿okay? Confía... -dice Fátima, mientras cierra mis manos-

Asiento y hago lo que me dice. Lo que más quiero en estos instantes es olvidarme de este mundo y poder relajarme aunque sea un rato.

Abro mi mano y me trago rápidamente aquellas dos pastillas, abro los ojos y después de unos pocos segundos me... empiezo a sentir relajada. Ya no hay preocupaciones, siento que puedo hacer de todo y que no va a pasar nada.

De un momento a otro, veo como abren la puerta fuerte y rápidamente, es uno de los jefes que al abrir aquella puerta dirigió su mirada directamente a mí.

- Te buscan, Yarelis... -dice mirándome- En 5 minutos te quiero ver afuera, ¿está bien?

Asiento y cuando se va, me siento en aquel pequeño sofá qué hay en la habitacion, me miro al espejo fijamente durante unos cuantos minutos.

No sé en que momento me comencé a preparar, y cuando me doy cuenta ya estaba en el auto de camino al putero.

- Se ve que le gustaste al tipo de la otra vez y vino a verte de nuevo... -dice uno de los jefes-

No digo nada ya que no puedo dar absolutamente nada de información de él para no meterlo en problemas.

Llegamos al putero, me bajé del auto y me entraron en la misma sala del otro día.

Está oscura aunque una luz del fondo alumbra cierta parte del ascensor.

Antes de entrar y cerrar la puerta uno de los jefes me da una caja entera de preservativos. La agarro sin entender y entro en la habitación.

Unos minutos después escucho unos ruidos, es la puerta cerrándose. Veo una sombra que se acerca a una de las lámparas y la enciende.

- Volví yo -dice-

- Oh, eres tú, que gusto volver a verte... -dije sin saber su nombre-

- Ben. -dice-

- Lindo nombre. -digo sonriendo aún con los efectos de aquellas pastillas en mí-

Levanta una ceja y se acerca a mí mirando mis labios mientras roza los suyos con los míos.

- ¿Te alegra verme? -dice bajito- ¿Qué tomaste? ¿Cómo te fue hoy?

- ¿Porque estás tan interesado por saber cómo me fue hoy? -dije confusa-

- Porque noté que hoy... ¿fumaste? ¿Bebiste? Estás diferente a la primera vez que te vi tan tímida y... me contaste eso tan raro... -dice mirándome-

- La gente cambia, ahora dime a qué viniste a verme...-dije-

- Uh tranquila chica, vine a hablar contigo na' mas... a no ser que quieras otra cosa... -toca mis labios-

Me reí.

- Uhm... -lo miro-

- En los días que he estado viniendo aquí me he dado cuenta de que hay algo raro, me convencí de que estás diciendome la verdad y al ser bori tengo la necesidad de ayudarte. -dice mirándome-

- ¿Creíste que te estaba mintiendo? -dije mirándolo-

- No dije eso, pero es que...no todos los días me dicen eso. -dice- Por un momento desconfié.

- Ah okay, lo que tú digas. ¿Quieres algo más? -pregunto-

- Sí, te puedo pedir muchas cosas en este momento ya que pagué por verte... -dice poniendo sus manos en mis nalgas- ...pero no voy a pedirtelo porque sé que no estás en tus cinco sentidos.

- Uhm... pero a mí no me importa. -digo en un tono seductor-

- No, mami. -dice mordiendose el labio- Si quieres mañana vuelvo y hacemos lo que quieras, no creas que no me faltan las ganas.

- Entonces si no te faltan ganas, ¿por qué no quieres ahora?

- Mírate cómo andas. -dice- No, mami, así no.

- Bueno, ¿entonces nos seguiremos viendo? -pregunto-

- Sí, confía en mí, te voy a sacar de aquí. -dice apegandome más a él-

- Gracias. -digo-

- No, no tienes que agradecerme nada, beba. -dice haciendome sonreír-

Me agarra la barbilla suvemente y me da un beso sobre los labios.

- Chao, linda. -dice soltandome-

- Ehm... Ben. -digo antes de que se vaya-

- Dime.

- ¿Puedes llevarte esto? -le pregunto extendiendo la caja de condones-

- Guardatelos para la proxima que nos veamos. -dice guiñandome un ojo antes de irse de allí dejandome sola y con una sensación extraña en mi barriga-

¿Qué creen que pase en el siguiente capítulo?

50 Sombras de Ben (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora