50 Sombras de Ben (+18)

Capitulo 7

- Aquí estaremos seguros. -dice Ben abriendo la puerta de lo que parece ser un apartamento-

- Ben, no vamos a estar seguros nunca. -digo con el miedo recorriendo mi cuerpo constantemente-

- Nena, si de mí depende, nunca va pasarte nada. -dice agarrando suavemente mi cara entre sus manos-

- No me dejes sola, por favor. -digo-

- Nunca. -responde abrazándome-

- Ben. -digo-

- ¿mmm?

- Suéltame. -digo riéndome levemente-

Hace lo que le digo y nos quedamos mirando durante unos minutos.

- Eres hermosa. -dice dejando de lado el profundo silencio de la casa-

- Ay, cállate. -digo avergonzada intentando fallidamente reprimir una sonrisa-

- Tengo ganas de...

- No es buen momento, Ben. -digo sin dejarlo terminar-

- Comprendo. -dice decepcionado-

- Gracias por todo, por ayudarme. -le digo-

- No tienes porqué darme las gracias. -dice- Mera, toma una ducha para que te relajes, yo voy a salir un rato a comprar algunas cosas.

- ¿Me voy a quedar yo aquí sola? -pregunto con el miedo volviendo a mí-

- No va a pasar nada, te lo prometo. Si te sientes más segura, puedes ponerle el bloqueo a la puerta. -dice-

Asiento y me acerco mucho a él.

- Gracias. -digo para después besarlo-

- mmm... -gime poniendo sus manos en mi culo-

Me río entre el beso y me separo.

- Me voy, nena. Ya mismo vengo. -dice dándome un pico-

- Okay, ves con cuidado. -digo-

-Sí, bye.

Sale de la casa y yo rápidamente le pongo seguro a la puerta del apartamento.

Doy un recorrido por toda la casa acabando en un cuarto grande y muy lindo.

Las paredes son de color gris claro y del techo cuelga un candelabro blanco y muy bonito que tiene unos cuantos focos.

La cama es del mismo color de las paredes y tiene un cabecero muy grande de piel vuelta también en color gris. Sobre la cama hay una sábana gruesa blanca, hay seis almohadas blancas, menos dos de ellas que son grises.

A los pies de la cama hay un mueble reposapiés del mismo material y color que el cabecero.

A cada lado de la cama hay una mesita de noche blanca de madera con unos portavelas.

Cerca de una de las ventanas hay un estante de madera de color blanco con libros y discos de distintos generos de música.

Hay un armario empotrado a la pared y un mueble sobre el que hay una televisión.

Abro una puerta y veo el baño que también es muy lindo. Agarro la primera toalla que encuentro y me comienzo a quitar la poca ropa que llevo puesta.

Me meto en la ducha y me quedo un largo rato disfrutando la sensación.

Ni siquiera recuerdo la última vez que pude tomar una ducha calentita y sin tener que darme prisa.