Extra DOS

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- Como la nueva del equipo, ligarás este disfraz

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- Como la nueva del equipo, ligarás este disfraz.- Yvonne lo coloca frente a mis ojos el disfraz de payaso junto a la peluca verde, color de mi nuevo equipo y arrugo mi nariz en desaprobación- Todas pasamos por esto Britt, les han a encantar a los niños.

- Lo hago solo por ellos y por lo que pasamos. Además, no soy la única...- observo sus ojos grises y lo tomo- ¿Es necesario la peluca?- señalo mi cabello que es un rubio claro- Me pones ese líquido que tiene tu cabello por el brillo y nadie se dará cuenta.

- No puedes.- niega con cabeza y coloca la peluca por encima de mi cabello- No te queda nada mal, con la pintura en tu rostro, resaltará esos celestes.- ahora señala mis ojos- Tienes la suerte de que te toque ser de payaso, Dana no la tiene nada fácil con lo que le tocó.

- Britt, no queremos a una niña caprichosa en el equipo.- la voz de Anna, la capitana del equipo, termina con la discusión con Yvonne- Para caprichosa tenemos a una muy insoportable...- mira a mi amiga y se aleja riéndose de su expresión.

- Ahí te lo dijo ella, para niña caprichosa estoy yo.- deja todo en mi cama y me empuja a una silla- Pero antes de colocarte el disfraz, haré arte en tu rostro.- suspiro frustrada y asiento.

Con Yvonne nos conocemos desde niñas, teníamos cuatro años y fue por circunstancias desagradables de nuestras vidas. Crecimos en un orfanato a causa de que mis padres fallecieron en el accidente de tránsito y a ella junto a su gemela las dejaron abandonadas en la puerta de la casa de los Storstrand. Tengo una hermana menor que está en el equipo donde jugaba anteriormente. El handball fue un escape de nuestra realidad, para las cuatro. Ya en la adolescencia, la directora nos había anotado en el club de la ciudad en la que pasábamos entrenando todos los días. Jugamos torneos nacionales, ganamos dos finales consecutivas. ¿La contra de todo esto? A Yvonne la llevaron a la liga de Holanda y a mí junto a mi hermana fuimos a París.

Gracias a mi amiga es que el entrenador se interesó por mí, en mi juego en especial y porque en mi última visita vine en pleno entrenamiento y, recordando viejos tiempos, jugamos una contra una. Para sorpresa de nosotras, su entrenador no se había ido y nos vio. Esa vez tenía una lesión en mi hombro y aproveché escaparme unos días, pero eso no me impidió divertirme un rato con Yvonne. Le habíamos pedido que no mencionara que jugaba a pesar de que lo tenía prohibido.

Y ahora me toca disfrazarme como bautismo en el equipo. La idea es hacer visita en el hospital de la ciudad. Sorprenderemos a los niños que están internados allí y alegrar su día, pero no me imaginé que iría disfrazada. Mientras sea para dar alegría para los que más necesitan, haré lo que esté a mi alcance.

Despierto de mis pensamientos cuando Yvonne me gira hacia el espejo y me río. Espero que tome como segunda opción dedicarse al maquillaje. La sonrisa dibujada cubre hasta mis pómulos, el rostro todo cubierto de blanco, las cejas negras y por encima de las mías... Ha hecho bien su trabajo.

- ¡No has perdido el pulso!- es una extraña manera de felicitarla y me sonríe orgullosa- Había olvidado que no solo haces maravillas con un balón en mano.

Mi destino, tu corazón (Extras)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora