Un tremendo hijo de puta. De esas personas a las que nunca has querido conocer, que te repugnan hasta el mas mínimo segundo. Incluso muertos darían asco. De esos que evitas ver cuándo te lo encuentras, de los que cuando te habla asientes sin ningún interés, de los que no contestas cuando pide un favor por WhatsApp, de los que cuando te encuentras de fiesta le miras y ni le saludas, de los que no te ríes de sus chistes. Él, en concreto era un asqueroso despreocupado, no hacía nada por nadie que no fuese su entorno más cercano, por muy importante que fuese. De aquellos que son unos mujeriegos que aún teniendo pareja se buscan a otra chica o flirtean con la primera que pasa. De aquellos que repugnan por su guarrería, con esto me refiero a que se limpian el culo con la toalla de manos y la dejan donde estaba o que escupen donde sea sin ningún escrúpulo. De aquellos a los que le gusta tener todo controlado y a su gusto: cerrar todas las puertas porqué si aunque la gente tenga que salir o entrar. De aquellos que son unos posesivos, cuándo vas a coger el mando de la tele que está a su lado y hace el acto reflejo de cogerlo para que tú no lo hagas. Puto engreído. De aquellos que son unos hipócritas, se cabrean en casa por la mínima pero con los amigos todo son risas, que sepas que eres un bastardo. De aquellos que son unas putas ratas tacañas, ese es su perfil, hay que ahorrar hasta el punto de estar a ciegas en el salón. Te dedico estas palabras hermanito, ojalá te mueras de lo asqueroso que eres.
