Tutorial para llorar

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He aquí un capítulo para llorar cuando lo necesites.

Hazte de un equipo de deporte: anímalo como si no hubiese un mañana, sientelo, vivelo hasta que pierda una final o baje de división, verás que tristeza, toda esa ilusión tirada a la basura, como vuela, como te abandona, como se va a la mierda.

Busca pareja: enamórate y sé feliz con esa persona. Los primeros días espléndidos llenos de amor puro y promesas imposibles. Vive ratos pasionales y únete mucho a esa persona. Después espera al primer malentendido y verás como se derrumba todo como un castillo de naipes: esa persona te abandona, te deja solo, te hace sentir una sensación de vacío que nunca antes habías sentido. Tienes ganas de llorar pero te aguantas. Piensa en esa persona, los momentos compartidos y te preguntaras porqué tú. Recuerda a esa cosa que llamabas alma gemela, que tantos momentos felices te había dado y ahora te abandona de golpe, sin preludios, de tajo. Entonces llora y llora agusto, aunque no dejes de pensar en esa persona.

Trabaja mucho: ya sea estudiar o trabajar, céntrate en ello y observa como la gente trata de desestabilizarte o apropiarse de ello. Haz un trabajo en equipo, verás que risa, una persona acaparará toda la atención. O haz uno individual, la gente no hará más que ponerle pegas para restarle valor. Siente la envidia, la ira dirigida hacia ti hasta que alguien lo consiga: te derrumbe o te robe lo que sea tuyo. Siente la rabia constante en tus venas hasta el punto que no puedas tener más y estalla. Estalla en ríos de agua salada que recorren tus mejillas junto a sollozos de impotencia.

Invierte dinero: pon mucho capital tuyo en proyectos que te den más de lo que tienes. Una esperanza de ganar, sea mucho o poco. Revisa cada día cómo avanza, orgulloso de poder haber invertido en algo que te dará ganancias fáciles. De pronto ese proyecto se cancela, el dinero se va al garete, se volatiliza en tu cara de tonto. Así de golpe, tu dinero, el que utilizabas para comprar comida, pagar el agua, la hipoteca, la electricidad. Siente el miedo en tu cuerpo, el ¿Que haré ahora? Llora, tu futuro es más incierto que la ruleta del casino. Tu vida cambiará totalmente, igual tendrás que vivir en la calle, entonces lloraras por la mala decisión que tomaste.

Compra lotería: preguntale al lotero que número saldrá premiado de broma y compra cualquiera. En ese momento sabes que no te tocará, pero ¿Y por que no? Hasta el día del sorteo te olvidas del boleto. No existe, está perdido en el fondo de tu cartera, pidiendo un poco de atención. El día del sorteo llega y tú ni te enteras. La causalidad hace que tu boleto sea premiado. Llevas treinta millones de euros en el bolsillo y no tienes ni idea. Un día decides ir a comprobar el boleto. De camino, cuando ya estás en la calle de la administración, a tan solo unos diez metros, te encuentras un carterista. Por desgracia no te ve atractivo, una persona con una billetera no muy grande, por desgracia para él claro, milagro para ti, que realmente tampoco tienes una cartera tan pobre. Entras en la administración, entregas el boleto como si fuese tu correo electrónico, una persona más a la que se lo das, como si nada. El lotero se queda con los ojos abiertos, nunca le había pasado esto, un tres con siete ceros. Te mira atónito y tú te preguntas que le estará pasando a ese pobre desgraciado. Te cuenta la noticia. Empiezas a saltar como un loco, mientras lloras. Al fin y al cabo no solo se puede llorar de tristeza ¿No?

¿Para que sirven las piedras?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora