Ratos

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En las agujas del reloj,
bailaba un hadita,
sonreía,
bonita siempre sonreía,
su música favorita iba lento pero siempre al compás,
un baile perfecto.

Uno, dos, tres...
Vamos ya.

Unos, dos, tres...
Es tiempo de olvidar.

Paso mucho rato,
cuando la música empezó a cesar.

Su cancionero se había ido,
no la pudo esperar.

Uno, dos, tres...
No te he dejado de amar.

El otro lado de mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora