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Rosemarie

Viktor Bartholy...

Era el nombre que había esperado escuchar toda mi vida, y no sólo eso ahora me daba cuenta de algo que jamás cruzó por mi cabeza ¡¡Tenía tres hermanos y una hermanita!! Y aún así sentía que había algo que no estaba bien.

-- Si todo esto no hubiera pasado... ¿Me lo habrías contado alguna vez.-- le pregunte a mamá.

-- Algún día tenias que saberlo, solo lamento no haber tenido el valor de hacerlo antes ¿Podrías perdonarme, cielo?.-- decía mirándome.

-- No hay nada que perdonar, si lo hiciste fue por algo... solo siento que hay algo más que no me dices.

-- Eres intuitiva... si, hay algo que no te he dicho y es que no todos los secretos son míos cariño.-- decía mirando a la mansión..-- No confío en Viktor, pero si en el resto de los Bartholy.

-- ¿Puedo confiar en ellos?.-- pregunté.

-- Completamente, ellos son diferentes a tu padre. Se mantuvieron alejados por que yo así lo quise... pero ellos querían conocerte.

-- Entonces ¿Ellos siempre supieron de mí?.-- dije con un nudo en la garganta.

-- Si Viktor jamas te oculto, mereces saberlo todo y lo harás cuando sea necesario, es solo que... implica a más personas, no es un secreto que me corresponda solo a mí .-- dijo mirándome con dulzura.--Sólo tienes que entender, que jamás hubo alguien como tú.

Suspire, era mi madre, que más podía decir. El resto de la mañana la pasamos hablando de sus habilidades, me explicó que todas las mujeres de la familia tenían alguna habilidad, la de ella consistía en la sanación, por eso había elegido medicina, específicamente psiquiatría, le interesaba la salud mental de las personas y consideraba que aún no existían los suficientes avances para ayudar a los pacientes con trastornos mentales.

Me contó que mi abuela tenía un don para leer las cartas del tarot y que muchísimas personas la buscaban en busca de respuestas. Y lo más exótico que habíamos tenido en la familia, era una médium que era capaz de invocar a los espíritus a voluntad, hasta que llegue yo《según ella》no entendía que podía tener de singular ante todas esas mujeres, sin contar con la anomalía en mis ojos.

Lo más curioso de todo era que solo las mujeres desarrollaban estas habilidades, jamás el hijo varón de una bruja heredaría algún don. Según mi madre la sensibilidad que poseemos las mujeres era la responsable de eso.

Nicolae

Cuando regrese a casa después de dejar a Lorie en el colegio, vi a Rose y Andrea en la terraza. Ellas aún tenían muchísimas cosas de que hablar. Percibía nerviosismo por parte de Andrea, pero de Rose sólo se desprendía curiosidad.

Las observe por horas hasta que decidieron regresar a la casa. Entonces me dirigí al estudio para leer una poco, cuando escuché que llamaban a la puerta, levante la vista y vi a Andrea parada en el umbral.

-- Andrea, por favor.-- le ofrecí la silla frente a mí.-- ¿Cómo se encuentra tu hija?

-- Por increíble que me parezca, se encuentra bien.

-- Me alegra saberlo.-- respondí con una amplia sonrisa.

-- Le conté que Viktor es su padre.-- soltó de pronto.-- sólo le dije eso... sabe que hay más, pero le dije que no sólo me corresponde a mi.

Me quitaba un peso de encima que supiera al menos que formaba parte de la familia, así al menos podíamos estar cerca de ella y para ser honesto aunque no se lo hubiera dicho,  comenzaba a darme cuenta que seria muy difícil mantenerme alejado de ella.

-- Fue lo mejor en vista de las circunstancias, ya no tenía caso mentirle. Y te agradezco que lo demás nos lo dejes a nosotros.

-- ¿Crees que tu hermana pueda manejarlo?.-' dijo alzando una ceja.

Ella y Lorie jamás se habían llevado bien, Andrea sólo la toleraba y a Lorie le encantaba hacerla enfurecer.

-- Te parecerá increíble, pero a Lorie le simpatiza Rose.-- dije sonriendo.

Seguramente creería que era una broma de mal gusto.

-- ¿Se conocen?.-- Preguntaba.

-- Por supuesto.-- le respondí.

No le diría que se habían conocido en el bosque, que Lorie se había escapado de Drogo y que ambas estaban solas, eso la enloqueceria.

-- Bueno... espero que no la atormente como a mi.-- decía Andrea.

Rosemarie

Quería regresar a mi casa, había mucho que asimilar y quería hacerlo en mi propio espacio. Me mire al espejo, tenía un pequeño raspón sobre el ojo derecho, levante la playera y comencé a despegar los parches que tenia en el costado.

Escuche que tocaban la puerta y despues que la habrían.

-- ¡¿Que estas haciendo?! Deberías dejar que alguien más lo haga.-- decía Jack al entrar.

Hice una mueca, aun dolia un poco.

-- Pues hazlo tú entonces.-- dije señalando con el mentón el banquillo frente al tocador y manteniendo mi playera levantada.

Se sentó frente a mi y comenzó a poner antiséptico en mi heridas con una torunda, no me ardía pero de vez en cuando reprimía un gesto de dolor.

-- Las heridas se ven mejor, los moretones se te quitarán en unas semanas.-- decía concentrado en su labor.

-- Jack... ¿Estas bien?.-- pregunté con recelo.

Meneo la cabeza de un lado a otro.

-- Tu no deberías hacerme esa pregunta.-- hizo un gesto de desdén.

-- Jack mírame.-- le sostuve la cabeza para obligarlo a verme a la cara.-- ¿Crees que te tengo miedo?.-- pregunté con incredulidad.

-- Sin duda eres demasiado ingenua como para tenerme miedo.-- decía con amargura.

Levante una ceja y lo mire exasperada.

-- Me dejas posar las garras en tu cintura, cielo.-- decía con una sonrisita descarada.

Ahí comenzaba a asomarse un poco el Jack que conocía, aunque la mención de la palabra garras me hizo estremecerme un poco, esperaba que lo asociara al ligero escozor que me provocaba la curación.

-- Empiezo a reconocerte Jackie.-- le dije con suficiencia.

Comenzó poner gasas estériles de nuevo sobre las heridas.

-- No sabes lo que fue verte en el suelo cubierta de sangre... imaginé lo peor.-- dijo con extremada seriedad.

Era muy extraño verlo así, él siempre tomaba todo con humor incluso las situaciones serias, pero bueno el creyó que yo moriría y a decir verdad yo también lo creí... hasta que paralice a ese hombre...

Deje caer mi brazos y solté mi blusa la cual cayó de nuevo en su sitio.

-- ¡Oye! Levanta eso, ya solo faltaba poner uno.-- dijo levantando mi blusa otra vez y volviéndome a la realidad.

Justo en el momento en que levantaba mi blusa escuchamos un carraspeo en la puerta.




LAZOS DE SANGRE ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora