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Nicolae

Mi reacción no había sido la que se esperaría de mi. Demasiado humana, visceral. Me incomodaba que soñara con Drogo y que la tocara durante la cena fue algo que en definitiva no me había gustado. No era que no tuvieran contacto antes, es más jamás me había detenido a pensar en eso.

— Rose...— me aferre al reposa brazos del sillón con los ojos cerrados.

Inspire con fuerza buscando su esencia, tarde más de lo usual en encontrarla. Olía a viento y a corteza, estaba en el jardín y tuve el impulso de salir a buscarla pero percibí que no estaba sola... Estaba con Drogo.

Abrí los ojos y camine hasta el ventanal que daba al jardín trasero, la vi aparecer bajo un árbol y un segundo después Drogo estaba a su lado. Él solía escabullirse hasta ahí cuando quería estar solo.

Charlaban animadamente, como si se conocieran de toda la vida. No lo miraba con el recelo de siempre y el parecía mucho más joven a su lado, casi parecía humano. No me vieron cuando se acercaron a los escalones.

— Deberíamos repetirlo otra vez, no estuvo tan mal.— Escuché decir a Drogo antes de entrar. Mis sentidos de vampiro me mantenían alerta y aunque no quisiera escuchar su conversación ya no podía evitarlo.

— Lo pensaré.— dijo Rose con un tono juguetón.— Pero si le cuentas a alguien, lo negaré todo.

— No esperaba menos de ti, cosita.

¿Que querían repetir? No tenía idea y tampoco tenía ganas de saberlo. Apreté mis puños inconcientemente mientras seguía viendo a través de la noche.

Rosemarie

Tienes que dejar de llamarme así.— dije cuando paso de largo y estaba por subir la escalera.

— ¿Por que?.— se giró para verme desde lo alto.— Si eres una cosita.— fingió burlarse.

— Soy...

— ¿Mayor que yo?.— me leyó el pensamiento.— Todos en esta casa somos mayores que tú, incluso Lorie.

— Ya lo se.— gire los ojos.— Buenas noches Drogo.— me despedí caminando en dirección al salón.

Tenía la intención de buscar mis cosas, cuando vi a Nicolae salir de su despacho.

— ¡Hola! Creí que estabas en tu habitación.— dije sorprendida.

— Es mi turno para salir de cacería. ¿Y tu? ¿No puedes dormir?.— Dijo con un tono seco.

— No, la verdad no creo que pueda dormir está noche, solo estaba buscando mis cosas.

— Las dejaste en la mesa de la entrada.— caminó por el pasillo pasando de largo, antes de que pudiera darle las gracias.

Me quedé con una extraña sensación en el pecho, no estaba acostumbrada a que él fuera así de serio conmigo. Tal vez sería que el hambre lo ponía de mal humor, incluso los humanos nos poníamos de malas cuando no comíamos a nuestras horas.

Encontré mis cosas justo en el lugar donde Nicolae me había dicho, busque mi teléfono mientras subía a la habitación. Sentía la urgencia de llamar a mamá tenía tantas preguntas sin respuestas que sentía que mi corazón iba a estallar por culpa de una taquicardia. (Me preguntaba si los chicos serían capaz de escucharlo).

Cuando entré a la habitación me quite los zapatos y desabroche los primeros botones de mi blusa, antes de lanzarme a la cama. No tenía intención de dormir, aunque ya casi eran las 11: 00 p.m. sabía que mamá estaría por dormir y no me apetecía tener que incomodarla. Acostada en la cama comencé a buscar el número, no se cómo había tardado tanto en que su nombre llegara a mi cabeza.

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— ¿Rose? .— su voz sonaba adormilada, pero no me sentía tan culpable como lo hubiera estado con mi madre.

— Lamento despertarte, pero necesito hablar con alguien.— «Y Nicolae no parecía especialmente receptivo en estos momentos».— Creo que ya se por que estabas tan incómodo en casa de los Bartholy.

Escuché un jadeo al otro lado de la línea.

— ¿Estás bien? ¿Donde estas? ¿Te hicieron algo. ..?.— dijo con furia en la voz.— Si se atrevieron a lastimarte...

— Jack, estoy bien.— Dije con mi voz más tranquilizadora.— Estoy en mi habitación, acostada viendo el techo y hablando contigo.

— ¿¡Sigues con ellos!?.— preguntó incrédulo.

Lo imaginaba sentado al borde de la cama con los vaqueros aún puestos y jalando su cabello oscuro en señal de desesperación.

— Si.

Suspiró.

— Bueno. No voy a preguntarte por qué no saliste corriendo de ahí.— dijo con resignación.— Tengo que admitir que parecen diferentes a otros vampiros. ¿Cómo estás?

— No lo se.— Me derrumbe.— Jack... ¿Que más me oculta mi madre?

— Princesa...

— No estoy molesta, pero me pregunto si algún día voy a estar al corriente de todo. Un día soy una chica normal, con un trabajo común y corriente. Con la única interrogante de quién es su padre y la verdad es que tú sabes que jamás me había preocupado mucho por saber quién era.— dije frenetica.

— Lo se.

— Y al día siguiente resulta que la identidad de ese hombre trae consigo un montón de secretos...— Ambos nos quedamos en silencio por un momento, sabía que Jack me escucharía hasta el final y me daría el tiempo que necesitara.— ¿Como es posible Jack?.— y el supo de inmediato a que me refería.

— No tengo idea. Pero es obvio que es posible, si no tú y yo no tendríamos está conversación... ¿Has hablado con Andrea?

— Hablamos hoy pero Nicolae aún no me contaba nada, y no quise despertarla. Además ¿como se inicia una conversación asi?

— Si es complicado para ti, imagina como es para ella. No hagas lo que yo, no la juzgues.— me dijo y me sorprendió que dijera algo así.

— ¿Tú la juzgaste? ¿A mi madre?

— Cuando él tío Marcus me lo dijo no podía dar crédito a sus palabras. Me sentí... Horrorizado.— sonaba avergonzado.

No sabía si eso tenía que hacerme sentir ofendida o no.

— Tuve miedo por ti.— continuó.— Miedo de lo que pudiera significar para ti, miedo de que esto cambiará algo de lo que siento por ti o que la naturaleza de tu padre influyera en ti. No entendí como Andrea había permitido que le hicieran eso a su bebé, y actúe como un imbecil, no estoy orgulloso de eso. Finalmente me di cuenta que esto no te cambia y que gracias a las acciones de tus padres eres la maravillosa mujer que conozco.

Sus palabras me llegaron al corazón.

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LAZOS DE SANGRE ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora