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Axl se encuentra con su valija oscura y sus lentes de sol blancos, vestido de su chaqueta de cuero negra y jean ajustado mientras se mantiene cruzado de brazos al lado de Slash en el medio del aeropuerto Internacional de Los Ángeles.

—¡En serio no entiendo qué estamos esperando! —se queja el pelirrojo.

—Ya te dije, hay alguien que quiere verte y por eso es importante que te quedes aquí en Los Ángeles por un tiempo.

—No me gusta Los Ángeles.

—Siempre amaste Los Ángeles.

Axl rodó sus ojos, pero obviamente Slash no los vio porque tiene sus lentes de sol en ellos.

—¿Y tú vendrás conmigo? —preguntó.

—No. —niega Slash.— Es un amigo tuyo que quiere estar contigo, así que te hospedarás en su casa.

—¿Qué amigo?

—¡Axl deja de ser histérico! Ya te dije que es sorpresa.

Fue justo cuando dejó de observar a Slash para observar su frente, y no evitó sacarse sus lentes para entender que no está soñando ni imaginando al ver a Kurt Cobain caminando entre las personas tratando de llegar a él, con su traje oscuro de tres mil dólares, su corbata apretada a su cuello, su cabello cortado por arriba de sus hombros y su caminata como si fuese un hombre empresarial. ¡Ese no es Kurt Cobain! Bueno, y en caso de que lo fuera, sorprendería mucho a Axl.

—No es cierto. —susurra Axl dando un paso atrás.— No es él. ¿¡Slash estás haciendo esto apropósito!?

—¿De qué hablas?

—¡Está mi ex caminando hacia aquí!

Slash no dijo nada. Solo se mantuvo en silencio notando como los ojos del pelirrojo cada vez se abren más a medida que más se acerca el rubio, y sus manos apenas tiemblan sosteniendo los lentes. Sus hombros se achican y se puede notar que su mente está procesando a mil por segundo.

—No puedo creer que me hayas traicionado así. ¡Te dije hace nueve años que no quería volver a tener que ver con él!

—Tranquilízate, Axl, es solo alguien que quiere ayudarte.

—¿Ayudarme a qué, eh? —se quejó Axl.—¡Estoy bien y estoy cansado que me trates como si estuviese enfermo!

Slash volvió a quedar mudo sin querer dar siquiera un gesto de respuesta.

Axl se dio la vuelta mirando a Slash cuando Kurt llegó a la altura de ambos y se colocó frente a ellos.

—¿Vamos, William? —fue todo lo que preguntó Kurt.

Y Dios mío, al escuchar su voz, todos los vellos de su piel se erizaron. Y no contestó.

Nueve años y todo para lo que tiene decir es "¿Vamos, William?" Ja. Piensa Axl.

—¡Sí! —sonrió Slash.— ¡Axl ya está preparado!

—No estoy preparado. —se niega el pelirrojo y da su vuelta enfrentándose a Kurt.— ¿A dónde iremos? Y no me llames William.

Verlo a través de los lentes de sol puede ser favorable para Axl porque al hacerlo solo puede volver a debilitarse ante los ojos de Kurt. Aunque ya no tiene la misma apariencia que antes y se nota su cambio radical a lo que realmente era, sigue siendo en el fondo, el mismo adolescente que intentó suicidarse con él.

—A mi casa. —asume Kurt con media sonrisa.— Te quedarás a vivir por un tiempo. Vamos, te llevaré la valija.

Intentó tomar la manija de esta, pero Axl la colocó detrás de él tomándolo por sorpresa a Kurt.

Is this happiness?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora