9.
Axl se observó en el espejo una vez más; Sus ojos están hundidos en bolsas oscuras, su piel de rostro reseca, sus labios bordos, sus huesos del pecho terriblemente marcados y sobresaliendo de su piel con lastimaduras y sombras grises sobre ellos, sus costillas marcándose por su abdomen, su cintura más pequeña al tamaño de su mano, su trasero completamente delgado y flácido, sus piernas como si fuesen dos palos de escobillón dejando notar sus huesos, y sus pies perdiendo el equilibrio encontrándose sumamente venosos.
―Ya no puedo verte así. ―dijo Kurt al lado del espejo.
Si hay algo que a Axl le molesta, es que Kurt sufra por él. Podría decirse que ya están conviviendo hace un mes juntos, y el pelirrojo se siente culpable de tener que generar esta angustia en el rubio. Pero al mismo tiempo, no puede evitarla; Cada vez que coloca un gramo de comida en su boca, se asquea. Piensa que está consumiendo al enemigo, que lo va contaminar, que lo va envenenar, y que realmente no puede aceptar que caiga a su estómago.
Sin embargo, intentó comer un poco más después de saber que el médico le aseguró consecuencias graves si no lo hace. Kurt lo ha estado alimentando estos días como si fuese un bebé, pero apenas con poca cantidad que hizo subir sólo dos gramos de su peso. Axl no puede incorporar en su cuerpo más de media manzana o un cuarto de banana que corre al baño a vomitarla. Y por más que intente no hacerlo, su cuerpo lo hace de igual manera.
Lo importante, es que finalmente reconoce su enfermedad. Entiende que no es sano verse cómo se está viendo ahora mismo frente al espejo, y está teniendo una guerra y debate consigo mismo preguntándose si se ve más bello o no. Porque para Axl, cada vez que baja más de peso, se siente precioso aunque aún necesita menos gramos para llegar a lo que él llama perfección. Pero aún así, comprende que su salud mental está dañada y debe cambiarla en cuánto antes.
―Lamento que tengas que verme así. ―dijo subiendo a la balanza.― No lo mereces.
―No te culpes. ―niega Kurt como si no fuese algo importante y observa el número de la balanza.― Bueno, subiste un poco más. Estás pesando cuarenta y cinco kilos. Es un gran avance.
Pero no para Axl, siente que su estómago se revuelve del sólo pensar que dejó ingresar comida a su organismo generando que suba de peso.
―Escucha, Slash llamó, dice que Vogue aún quiere ponerte como tapa de revista en un mes pero con la condición que peses más de cincuenta y ocho kilos. Así que tienes treinta días para alimentarte, ¿Sí? Lo haremos lento, paso por paso, pero por favor no te rindas. ―sonrió cálidamente y colocó una mano en la mejilla del pelirrojo.― Lo estás haciendo muy bien, ya falta poco para sanarte.
Ni por todas las sonrisas cálidas del mundo, ni por los ojos celestiales del rubio, y ni por Kurt Cobain; Harán que Axl se sienta bien. Podrá sanarse físicamente, pero, mentalmente cree nunca poder escapar de sus propios demonios.
―No me mires así. ―quitó la mano Kurt del pelirrojo.― Piensas que no puedes pero sí puedes, sólo hay que seguir empuj...
―Empujando. ―interrumpe Axl dando un paso atrás, alejándose de la balanza para ir a colocarse vestuario.― Lo dices siempre. De verdad que tus palabras de aliento son dignas de un escritor barato y comercial.
―Ahí estás devuelta, poniéndote de malhumor y castigándome con tus palabras. ―se queja Kurt siguiéndolo por detrás.― Ni porque me insultes con toda la agresividad del mundo podrás alejarme de ti. ¿Entiendes?
Axl se sentó cansado en la punta de la cama de su habitación, y encendió un cigarrillo. Kurt ya no lo repudia por fumar dentro de la casa; Lo hizo tantas veces en vano que se cansó de hacerlo.
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Is this happiness?
FanfictionCansado de su vida, lleno de flashes y presiones exteriores. Axl Rose recurre a sus últimas circunstancias para poder aliviarse, y su tentación a la imagen perfecta lo obsesionará. Pero allí están, los recuerdos de ese amor que no olvidará jamás, s...