Is this happiness?

8.

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—Axl, apaga eso. —se quejó Kurt.

Pero el pelirrojo mantiene el cigarrillo en sus secos labios haciendo una nube de humo mientras el rubio conduce.

Después de ser dado de alta, Kurt cree que es ahora cuando más debe imponer su fuerza en Axl. Estuvo a nada de morir y no va permitir que eso vuelva a suceder.

—Antes fumabas.

—Lo dijiste muy bien «antes». Así que ahora apaga el cigarrillo.

—No quiero. —hizo puchero.

—Axl, tengo una niña pequeña y no quiero que al subirse al carro, sus pulmones se llenen de humo.

—¿Y?

—¡Axl apágalo ya!

Pero Axl no hizo caso, y lo terminó en el mismísimo auto sin importarle que durante todo el viaje Kurt se mantuviera criticándolo. Ambos bajaron del carro para entrar a la casa, y fue entonces cuando el pelirrojo decidió irse a su habitación al ver el rostro frustrado de Courtney mientras toma una taza de café.

—¿Dónde estabas? —le preguntó a Kurt.

—Axl intentó suicidarse. —respondió cuando el pelirrojo cerró la puerta de su habitación.— Fue una noche bastante larga.

—Aja, ¿Hasta cuándo tenemos que hacer obra de caridad con un histérico de mierda?

—Courtney...

—¡Escúchame! —se levantó de la silla señalándolo con el dedo índice. Kurt pudo notar en sus ojos su inmensa furia.— No me importa qué mierda de pasado tuviste con él, porque ya no forma parte de tu presente. Yo soy tu presente, tu hija lo es, no puedes seguir cuidando a alguien que no le importas. ¿O acaso crees que ese idiota te quiere? ¡Eres demasiado bondadoso, Kurt!

—No lo entiendes. —se dio la vuelta yendo a la cocina para servirse café.— Axl fue un gran soporte en mi adolescencia para que yo no terminara muerto en las vías del tren. Si no fuese por él, probablemente no estaría vivo hablando contigo, ni siquiera nos hubiéramos conocido. Le debo la vida y...

—¡Pues intérnalo en un manicomio! ¡Ya no más caridad en nuestra casa! Anoche durante la fiesta, sus amigos destruyeron todo y la estúpida que tuvo que limpiar fui yo. ¿Piensas que es sano para nuestra hija ver todo lo que está viendo?

Axl salió de su habitación porque incluso estando lejos del living puede escuchar la discusión de la pareja. Caminó por los pasillos tratando de no prestarle atención a los gritos, y con intriga abrió la puerta del dormitorio de Kurt.

Tiene paredes grises, techo blanco, frazadas de colchón marrones y un televisor enorme al lado del balcón. Era anteriormente la habitación de huéspedes, cuando Axl usurpó el dormitorio anterior de la pareja. Hay pequeños cuadros de fotografías en las mesitas de madera, donde a Kurt se lo ve plenamente feliz con su esposa embarazada.

—¿Qué haces aquí? —preguntó una voz aguda.

Axl miró por detrás de la cama, y se encontró con Frances sentada en el suelo mirando la pared.

—¿Qué haces tú allí? —preguntó el pelirrojo acercándose.

—Intento no escuchar a mis padres. —soltó.

Axl se sentó a su lado, de forma de indio y con la vista fija en la pared gris.

—Últimamente discuten mucho, y no me gusta verlos discutir. Es como si no fueran ellos.