Is this happiness?

12.

12.

Penúltimo capítulo.

Después de diez días caminando y usando sus tarjetas para sobrevivir, Kurt finalmente llegó a la puerta de su casa. Cerró sus ojos sabiendo que deberá enfrentarse a Courtney y su enojo. Y es que, desde que abandonó a Axl hace casi dos semanas, no tuvo cobertura para llamarla ni enviarle mensajes de textos... Apenas logró viajar en autos desconocidos y dormir en moteles hasta el siguiente día.

—Lo haré. —susurró tomando fuerzas. Y golpeó un par de veces la puerta de madera.

Al no recibir respuesta, volvió apoyar su puño contra ella. Tampoco. Así que decidido, dobló la manija y ésta enseguida permitió el acceso. ¿Por qué Courtney dejó la puerta sin cerradura?

Al ingresar, todas las luces están apagadas, y Courtney se encuentra sentada en la silla de madera leyendo una revista mientras su camisón blanco llega hasta sus muslos. Apenas levantó su mirada para observar fijamente a Kurt, y con cierto desinterés decidió hablar:

—Llegaste un poco tarde, ¿No crees?

—¿Tarde a dónde?

—Tarde a nuestro matrimonio. —respondió casi gruñendo.

Kurt cerró la puerta detrás de él, y tiró al suelo su pequeña valija. Dio un par de pasos adelante y tomando aire, respondió:

—Tenías razón. No puedo ayudarlo. Sólo él puede hacerlo. Y soy un tonto por haber creído que iba ser su salvación. También fui un tonto en recaer en mi pasado y creer que todo sigue siendo igual que antes; El tiempo pasa, y las personas cambian. Axl no es el muchacho audaz y romántico que conocí alguna vez, y es mi error haberlo confundido. Te pido perdón por no haberte escuchado.

Courtney levantó una de sus cejas, y se lo quedó mirando fijamente como si estuviera analizando la situación. Hecho esto, cerró la revista de un golpe y la colocó arriba de la mesa. Bajó sus pies de la otra silla, colocándolos en el suelo, y se levantó para acercarse frente a frente a Kurt.

—Sigues llegando tarde. —insistió.

—¿Qué más quieres que haga? —dio otro paso adelante Kurt, pero con cierto suspiro en su tono de voz y lamento.—Te estoy diciendo lo que siempre quisiste escuchar, y además te estoy pidiendo disculpas. ¿Qué más quieres de mí?

—¿Desapareces diez días con tu amante y quieres que te perdone con unas simples palabras? Sé muy bien que tú me traicionaste varias veces por ese enfermo. Y lo he visto, Kurt. —sus ojos automáticamente se llenaron de lágrimas.

—¿Qué cosa?

—He visto cómo lo observas. Ya te lo dije, tú aún lo amas. Y lo amas de una manera que jamás harás conmigo. Intenté ser optimista y tener una posición neutra, pero no puedo cuando me doy cuenta que mi esposo tiene corazón para una sola persona; Y esa persona no soy yo.

—¿Qué cosas dices? —intentó tomarla de los hombros. Pero ella inmediatamente quitó sus manos.

—Tomé la decisión mientras tú estabas de aventuras con tu amante, y decidí que vamos a divorciarnos. Ya te lo dije la última vez, no quiero seguir casada contigo. No es justo que sigamos creyendo en esta relación cuando tú sientes por otra. No puedes negar tus sentimientos por tu realidad. Ya no más.

—Courtney... Tú y yo somos familia. Tenemos una hija y...

—La semana que viene te llegarán los papeles para comenzar el divorcio, ya hablé con nuestro abogado. Podrás ver a Frances los sábados y domingos.

—¿Qué? —achinó su vista y tragó saliva.— No, espera, primero no quiero divorciarme porque te amo y eres mi familia, y segundo ¡Es demasiado poco verla solo los sábados y domingos! La extrañaré demasiado.