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Axl acaba de cumplir sus diecisiete años, cuando Slash lo toma de la mano y lo mira fijamente a los ojos.

—Podrás hacerlo. —dijo el morocho.

El pelirrojo tomó aire por su nariz, exhaló y se soltó. Miró la tribuna desde las cortinas rojas, y notó que Kurt no llegó. Obviamente no lo haría, no después de la discusión que tuvieron. Axl simplemente se negó a pensar en él, y enderezó su espalda. Se colocó detrás de la fila de mujeres preciosas con vestuario de sus diseñadores, y acomodó su pañuelo blanco en la cabeza.

Su alma se elevó cuando salió a la pasarela rodeado de personas importantes de Nueva York. Mientras su cabeza mecaniza un pensamiento tras otro sobre qué estarán pensando sobre él, y deduce que probablemente están buscándole los defectos y murmullando cosas con sus acompañantes... Su rostro se tornó totalmente alejado de sus pensamientos, actuando de una manera sobresaliente, y no permitiendo que sus malditas emociones estropeen todo.

Funcionó. Al menos por algunos segundos.

Al otro día, fue la tapa de todos los periódicos por ser el «chico» que desbancó a las mujeres durante la pasarela.

—No entiendo qué estamos haciendo aquí

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—No entiendo qué estamos haciendo aquí. —dijo Axl sentado sobre su valija marrón en la parada de un autobús.

Kurt se encuentra levantando su brazo en la calle desolada esperando que algún autobús se digne a parar frente a ellos para poder viajar.

—Ya te dije, nos iremos de vacaciones.

—¿Nos iremos de vacaciones o Courtney nos echó?

—Basta Axl.

Axl siente realmente descompensarse si sigue bajo el sol. Y en el momento que bajó su mirada, notó que su abdomen está apretado sobre la playera blanca... Eso le molestó totalmente. Porque hasta hace menos de una semana, aquella playera le quedaba suelta.

—¡Vamos, Axl! —exclamó Kurt cuando un autobús se acercó.

Enseguida se levantó, dejando que Kurt tomara la valija donde él estaba sentado, y con una sonrisa tonta del rubio, el autobús paró frente a ellos. Primero subió Kurt, puso monedas sobre el monitor y fue a sentarse en uno de los asientos. Axl entendió que también pagó por él, así que caminó hasta Kurt sentándose a su lado.

Kurt abrió un poco la cortina de la ventanilla para que el sol llegara a su rostro y pudiera ver la ciudad mientras viajan. Axl no tiene ni la menor remota idea de a dónde irán pero se mantuvo sentado allí, justo al lado del pasillo. Casi todos los asientos están ocupados así que tuvieron suerte de conseguir dos lugares.

—Disculpa, ¿Tú eres Axl Rose? —preguntó una mujer del asiento de atrás.

Axl quitó sus lentes, miró hacia atrás y se encontró con una adolescente de no más de quince años que abrió sus ojos como platos al verlo. El pelirrojo simplemente sonrió falsamente.

—¡Oh Dios mío! ¿Puedo sacarme una foto contigo?

El resto de la hora y media de viaje se basó en Axl sacándose fotografías con medio autobús, y cuando giraba sus ojos para ver a Kurt, lo notaba sentado mirando la ventana... Con cierto incomodo y esperando a que termine el viaje. El rubio siempre fue de demostrar no estar familiarizado con la fama, incluso cuando eran adolescentes y estaban juntos, le solía decir al pelirrojo que la fama sería insoportable y ninguno de los dos podría soportarla.

Axl debió escucharlo.

Cuando el pelirrojo volvió a sentarse al lado del rubio, Kurt se paró tomando la maleta nuevamente y exclamó de mala manera:

—¡Ya llegamos!

Axl inmediatamente supo que arruinó el humor del rubio, y se levantó rodeando sus ojos. Bajaron del autobús quedando completamente ciegos ante el sol radiante que hay alumbrando el día. Kurt comenzó a dar pasos enormes hasta la vereda que deben cruzar.

—¿¡Puedes esperar!? —preguntó Axl algo descompensado.

Pero Kurt no respondió, siguió caminando como si no lo hubiese escuchado. Hasta que se paró frente a la enorme Alki Beach de Seattle, con el mar azul golpeando ola tras ola, y dejó que el viento fresco le renueve los pulmones.

—¿Se puede saber qué mierda estás haciendo? —preguntó Axl plantándose frente a él, interrumpiéndole la vista al mar.— Primero colocas mis cosas en una valija, dices que nos vamos de vacaciones pero no tenías ni la menor remota idea de dónde, ahora llegamos a Alki Beach y simulas estar enojado. ¿Qué mierda sucede contigo?

Kurt estaba por responder, pero una mujer se acercó a ellos y exclamó:

—¿¡AXL ROSE ME PUEDO SACAR UNA FOTO CONTIGO!?

Kurt enseguida rodeó sus ojos guardándose sus palabras, y caminó hacia un costado. Axl giró su cabeza hasta la mujer y gritó:

—¡NO!

De la peor manera posible, la mujer quedó realmente impactada al ver ésta reacción. Axl enseguida caminó por detrás de Kurt, y lo tomó de la mano provocando que el rubio se dé la vuelta y queden enfrentados rostro a rostro.

—Lamento que mi figura pública te moleste. —se queja Axl, provocando que Kurt achine sus ojos al verlo bajo el sol.— Hace un mes que estoy encerrado en tu casa y las personas están como locas preguntándose qué fue de mi vida. La semana que viene tengo que hacer una maldita portada para Vogue y no podré hacerla si no subo cinco malditos kilos. ¡Que si estoy muy delgado es porque soy anoréxico, que si estoy con un kilo de más es porque me la paso comiendo masas! ¡Esta es mi vida Kurt, y por más que intentes hacerte el rebelde ante mí, solo tendrás dos opciones; Abandonarme, o adaptarte!

Kurt sabe que sus palabras son reales, porque es así cómo ha visto la vida de Axl estos últimos días.

—Lo irónico, Axl, es que estos últimos días estuve pensando en cómo ayudarte, pero jamás de los jamases pensé en abandonarte, ni menos adaptarme en tu vida.

—¿Y entonces qué sentido tiene que aún me quieras ayudar, eh? ¿Por qué tanta bondad Kurt?

—Estás solo y necesitas ayuda.

—¿Y eso qué? —preguntó escupiendo y dando un paso adelante, y sus ojos se llenaron de brillo.— ¿Por qué mierda aceptaste volver a introducirme en tu vida, Kurt? ¿Por qué?

Kurt se tomó de su cabello, como si estuviese perdiendo el control, y escupió levantando su tono de voz:

—¡Porque te amo! —y sus ojos se abrillantaron.— ¿¡Acaso crees que algún día lo dejé de hacerlo!?

Sintió sus manos comenzando a sudar extremadamente, y las lágrimas comenzando a caer. En el momento que su vista se hizo doble gracias a su llanto, todo se agudizó cuando los labios de Axl se aplastaron en los de él. Generándole un sentimiento cálido entre todo el frío que recorría en su garganta.

El viento hace bailar sus cabellos y se une en sus labios mirntras que sus manos tocan mutuas espaldas. Sus bocas se entrelazan generando fuegos artificiales a su alrededor, y en el momento que sintieron un flash de cámara, enseguida se alejaron.

Se miraron fijamente dando un paso atrás y supieron que estaban jodidos cuando observaron el paparazzi al lado de ellos. No por mucho tiempo, porque en el momento que el pelirrojo levantó su puño; lo aplastó contra el rostro del maldito hombre, y éste enseguida cayó al suelo.

—¡Axl! —exclamó Kurt volviendo a tomarse del cabello.

Axl, como si fuera poco, tomó la cámara del paparazzi tirado en el suelo, y la aplastó con su pie una y otra vez hasta que todo el aparato estuviese totalmente destruido.

—¡Axl basta! —lo tomó Kurt de la cintura.

Y el pelirrojo respiró profundo, respondiendo:

—Vámonos de aquí. 

Is this happiness?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora