Capítulo 29.

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Llegué al trabajo sin ningún problema, Henry y yo seguíamos trabajando en el puesto de helados y de pronto llega Alejandra con nosotros.

- Hey, buenos días jefa.

- Buenos días chicos, vine a interrumpir un momento.

- Díganos ¿qué pasa?- Le pregunta Henry mientras se acomoda para escuchar a Alejandra.

- Bueno, quiero avisarles que la próxima semana empiezan mis vacaciones de tres semanas, así que tomé la decisión de que durante ese tiempo se quede a cargo de la gerencia Nadia; no sé si tengan algún inconveniente con ello.

- Por mí está bien.- Dice Henry mirándome y luego a la jefa.

- Sí, no hay problema, entonces ¿a partir del lunes será la encargada?

- Exactamente, pero decidí decirles a todos de una vez ¿okay?

- Claro.- Respondimos Henry y yo al mismo tiempo.

- Bien, entonces, sigan trabajando.

- Gracias jefa.- Se fue y nosotros empezamos a hablar sobre Nadia, es una buena trabajadora y al parecer se lo merece.

Llegó el tiempo de mi descanso que comparto con Nadia, pero a decir verdad no fue el mejor momento, Nadia no habló mucho, sólo me preguntó si ya había desempacado todo en la nueva casa y por David y los chicos, de ahí en fuera yo fui quien platicaba sobre lo que pasó durante aquella tarde con Richie, pero regularmente ella es quien no para de hablar y se me hace muy raro que hoy haya cambiado; incluso le pregunté si le pasa algo hoy pero me dijo que no habría de preocuparme, así que mejor lo dejé.

Volvimos al trabajo, me fui rápido al puesto para que Henry fuese ahora a comer mientras yo atiendo a los clientes, y de pronto escucho sonar mi teléfono en forma de ladrillo y al contestar reconozco la voz de David diciéndome que estarán ellos en la disquera un rato hablando sobre el nuevo video que grabarán más adelante y en la tarde podría él pasar por mí para estar juntos sin molestia de los otros.

Cuando colgué guardé mi teléfono y en eso llega Nadia con una caja en la que traía conos, vasos y demás que sirven para los helados y aproveché para felicitarla por ser la próxima nueva gerente ya que durante el descanso no quería decirle.

- Sí, ammmm... Gracias.- Me dice algo incómoda, como si le hubiese dicho algo malo.

- De nada; sé que te irá bien.

- Espero, je.- Fue lo último que dijo, se fue sin decir nada más y me hizo sentir algo mal, como si me estuviese tratando de evitar.

El resto del día en el trabajo estuvo muy bien, pasó el tiempo muy rápido y yo ya tenía que salir, alisté mis cosas y al salir ví a David al otro lado de la calle, crucé con cuidado y lo saludé con un pequeño beso en sus labios y él puso sus manos en mi cintura y yo lo agarro de sus hombros.

- ¿Qué tal te fue?- Me pregunta.

- Bien, supongo.

- ¿"Supongo"?- Me pregunta y a la vez alza su ceja derecha.

- Olvídalo, me fue muy bien, enserio.

En eso entrecierra un poco los ojos y voltea un poco su cabeza sin dejar de mirarme.

- Amor, estoy bien... y me fue bien, de verdad.

Después de lo que dije abre los ojos repentimnamente- ¿Me dijiste "amor"? ¿Tú? ¿La menos romántica del planeta?

- Bueno, creo que tú solo haces que sea así.

Luego simplemente nos reímos y empezamos a caminar a una plaza en donde aprovechamos a comprar algunas cosas en un pequeño supermercado dentro de ahí para llevar a casa y luego nos fuimos a un paradero de autobús cerca de ahí y nos sentamos a comer helado; en ocasiones me aburría el comerlo cada vez que salíamos, pero es lo típico de nosotros, además ¿cómo decirle que no a él?

Sin Importar El Tiempo... [David Bryan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora