PREDILECTOS

¿Sentimientos?

ENRIQUE 

Al entrar a la habitación pude notar algo sobre la cama, era un pequeño felino negro, sabia que era ella por su olor, quien no la conociera pensaría que es adorable e inofensiva, aquellos que si la conocemos solo podríamos definirla cómo una belleza letal, aparte la vista de ella, necesitaba concentrarme, hacerlo rápido y salir, la habitación solo la iluminaba la luz exterior, que a pesar de que era tenue iluminaba lo suficientemente, seria difícil teniendo en cuenta la inmensidad de la propia habitación, pero estaba seguro que abría algo oculto en algún rincón, así que inicie a registrar sus cosas, procurando de volver a dejar todo como estaba al terminar de registrar la zona, al menos lo intentaba.

“¿Quién necesita tantas cosas?”

Era la pregunta que rondaba mi cabeza, libros, objetos extraños, tanto energéticamente cómo físicamente; diferentes tipos de armas, confieso que esa parte la comprendo; un sinfín de botellitas, supongo que de pociones o algo parecido; en una zona como de trabajo encontré dos cosas que llamaron mi atención, un diario, creo que es hábito de Predilectos o algo por que no se de alguna otra criatura que haga un auto registro de su día a día, lo tenía a la mitad, solo lo hojeaba evite leer algo… Aunque ahora que lo pienso pude haber encontrado ahí lo que buscaba, en fin; y obviamente no menos importante un códice, lo admito era impresionante, no solo por el tamaño, si no por las escrituras, estoy seguro que es el lenguaje de nuestra raza —¿Cómo lo recuperaste? - fue todo lo que pude murmurar al voltear a verla con cierto asombro, deje aquello de lado para seguir en mi labor.

ANGELA 

Me había quedado dormida después de haber terminado con mi lectura, pese a que hace tiempo que Padre me había entregado aquel códice no he logrado terminarlo, desde la portada está lleno de códigos e información, pero después de unas horas mentalmente estaba agotada, tome mi forma animal, con ese tamaño tenía mas espacio, no soñaba y aunque podría hacerlo realmente disfrutaba de aquel momento de tranquilidad, lo único que llegaba a mis oídos eran mis latidos y mi respiración, parecía que descansaría tranquilamente hasta hartarme, pero un fuerte golpe me despertó, tome mi usual aspecto aunque al hacerlo mi cabello creció de golpe, Luna seguramente había intentado algo; prendí la luz con un chasquido.

Vi mi habitación, se encontraba un tanto desordenada, aunque no era mucho era detectable, mi vista no tardó en dirigirse a mi librero tirado encima de Takishawa, quien yacía en el pisó con un gesto como si en serio le hubiera dolido aquel golpe, por lo menos fueron libros y no algo más, baje de la cama con cierta molestia, no, molestia no, en serio quería matarlo, ¿Cómo carajos se atreve?, Mis intenciones se esfumaron cuando lo vi desviar la mirada con un ligero sonrojo, Raro, pensé para mí antes de hablar.

—¿Qué insantos hacías? - Otro chasquido y todo volvió a su lugar —Podías haber llamado a la puerta ¿Sabes?

—Nada - Se levanto acomodando sus ropas y evitando en todo momento dirigir su vista directamente a mi persona, ¿Estaba apenado o algo?

—¿Por qué tus azules recorren toda la puta habitación y no me ves cuando te hablo? - Elevé el volumen al final con molestia.

—Podrías… - Dudo en decirlo —Ponerte algo… Por favor

Me había confundido hasta que caí en cuenta de a lo que se refería —¡Diablos! - Si, claro esto solo me pasa a mi, de inmediato mi ropaje se hizo presente —¿Viste algo? - no pude evitar preguntar y era obvia la vergüenza mis latidos lo delataban —Dime que no viste nada.

—Tranquila no lo hice - Hizo una “x” sobre su pecho como si fuera un juramento o algo por el estilo.

-No pude evitar el suspiro de alivio que se hizo presente en cuanto escuché aquello —Gracias y disculpa yo no me percate que… Bueno, que estaba de esa forma - Me abracé a mi misma debido a un escalofrío, mi guardia se había bajado y me estaba costando recuperarla.