Capítulo 1

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Despertó sobre una superficie suave en medio de la noche, tenía una pequeña cosita peluda sobre su pecho y un libro abierto en su abdomen. Se levantó dejando que la pequeña cosa cayera sobre el suelo y maullara de dolor antes de salir corriendo. Él, al verla correr de su presencia, se sintió culpable por el pobre animal.
Giró su vista hacia el lugar donde estaba, encontrándose en un departamento con las luces apagadas y la calefacción puesta. "Es invierno" se dijo a sí mismo.

Caminó perezosamente por la estancia, recorriendo cada lugar del pequeño piso. Claro que conocía todo, hasta el más mínimo rincón cubierto de polvillo que no había limpiado porque era muy perezoso para ello; pero aunque su mente estaba inundada de recuerdos en ese lugar, él se sentía como un extraño invadiendo un espacio que no era suyo.

Escuchó la puerta abrirse y unas llaves tintineando. Su mente le reveló recuerdos de sí mismo corriendo hasta la puerta para recibir al recién llegado. Sin embargo, no hizo más que caminar hacia él.

- Beka... - susurró, el hombre que recién había llegado prendió las luces aturdiendo un poco su mente y lastimando sus sensibles ojos - Beka... mierda ... mis ojos - cubrió estos con su brazo, lo cual no le dejó ver que el otro se acercó a él y solo se percató cuando se vio envuelto en sus brazos.

- Estoy en casa... Yura - le dijo en una suave voz anhelante.

Otra vez su mente le reveló imágenes y esta vez cargadas de emociones que hicieron mella en su corazón, pero otra vez no los sintió como propios.

Alejó su mano de su rostro para posar su mirada sobre el otro hombre reconociéndolo inmediatamente como su prometido, Otabek Altin, con quien llevaba ya 6 años de relación. Sin embargo, no era exactamente como estaba en sus recuerdos. Este Otabek se veía más pálido, demacrado, con unos cuantos kilos menos y unas ojeras muy pronunciadas. Elevó sus manos hacia el rostro de su novio, envolviéndolo en sus delicadas manos, antes de darle un corto beso como bienvenida, tal cual le decía su mente que era lo habitual.

- Te ves pálido - se alejó de él sin mirarlo y se encaminó hacia la pequeña cocina del lugar para hacer el café de su Beka - ¿Has tenido mucho trabajo? Deberías pedir una semana de descanso - prendió la cafetera y puso agua a calentar en la cocina justo cuando sintió los brazos del moreno rodear su cintura y ocultar su rostro en sus desordenados y largo cabellos rubios donde lo escuchó inspirar con fuerza. "A Beka le gusta el aroma de mi cabello" pensó.

-Te extrañé Yura... - sus recuerdos se confundieron un poco, eso no era un hábito y por lo tanto no sabía cómo reaccionar ante ello. Se quedó estático por unos segundos antes de decidirse a salir de sus brazos como tratando de huír, pero al verlo se arrepintió, pues parecía como si le hubiera dolido tal actitud.

-Vamos a cenar Beka - sonrió forzadamente y luego se dejó llevar por lo que su mente decía que debía de hacer.

Se vio sobre el sofá poco después, con su cabeza sobre el pecho de su novio mientras veían una película en el enorme televisor de la sala. Otabek quiso ponerla en la habitación, pero Yuri se quejó e hizo un berrinche porque, según el libro de Fen - Shui que él había leído para decorar el departamento cuando decidieron mudarse juntos, no deberían haber superficies reflejantes en la habitación. Así que se vieron obligados a adquirir un suave y cómodo sofá para pasar el rato como en ese momento.

- Mamá llamó para saber cuando será la boda, dice que necesita hacer la reserva del local y empezar a contratar el catering - Yuri miró a su novio por un momento, sabía que los padres de ambos querían una boda por todo lo alto, después de todo, uno de los más altos rangos de la armada se iba a casar y seguramente iba a salir en todos los titulares del país.

Experimento 27 [OtaYuri] (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora