Jeon JungKook, es un chico "común". Comprometido a los 17, para no "desperdiciar" (como diría su madre) su belleza, sumándole un futuro que escribir y habilidades recién encontradas harán de su vida un infierno. "Hasta que la muerte los separe" es...
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JungKook caminaba al lado del pelinegro en silencio, todo el bosque estaba en oscuridad a excepción del sendero por el que caminaba, las ramas crujían al pisarlas, las hadas volaban despavoridas cuando los veían acercarse a paso lento. Los lobos aullaban para las lunas que iluminaban el cielo negro.
— Hyung, siento que me observan. —JungKook se aferró al brazo de su mayor sin notar la cara de desagrado que éste puso.
— Sólo son los vampiros, ellos son inofensivos mientras estés conmigo, no creo que se les ocurra intentar acercarse al Rey del inframundo.
El mayor habló con un deje de burla, mirando a los árboles que rodeaban el sendero que ellos seguían, hasta que una voz fuerte, malhumorada los hizo detenerse.
— Príncipe, Azazel, eres un simple príncipe. —La voz sonaba desde la oscuridad del bosque, todo se encontraba en un silencio aterrador, los lobos callaron y no se veía la brillantez de las hadas flotando por el cielo. JungKook sentía la tensión del cuerpo de su mayor mientras se agazapaba más junto a él.
— Lo siento, padre. —Dijo el mayor inclinándose en una rodilla mientras agachaba la cabeza, JungKook lo imitó sin soltar el brazo contrario.
— No tienes porqué disculparte por tu estupidez, sin embargo debes disculparte por no presentarme al delicioso chico que llevas tan pegado a ti.
Un hombre joven vestido totalmente de negro hizo su aparición, rodeando a los dos chicos que estaban en el suelo como si fueran sus presas. JungKook podía ver los zapatos brillosos del hombre que hablaba pero se negaba a levantar la mirada, estaba asustado, el sujeto le dijo "delicioso", eso era preocupante.
— Él es un amigo, padre.
TaeHyung o Azazel, se levantó y con él lo hizo JungKook.
— Espero que pueda tener el honor de conocerlo como es debido, por ahora tengo asuntos que atender. —El sujeto padre de TaeHyung miraba con sus ojos verdes a JungKook, haciendo que su piel se erice. —Azazel, espero que no regreses hoy a la mansión.
Los sonidos volvieron al bosque al segundo en el que se dejó de sentir la tensión el aire, el padre de TaeHyung no se veía por ningún lado así que significaba que había desaparecido tan rápido como llegó.
TaeHyung se soltó del agarre del menor en un movimiento brusco mientras caminaba de un lado a otro por lo ancho del sendero. Qué se supone que haría ahora que su padre le dijo indirectamente que estaba prohibido ir a su reino. Se suponía que llevaría al pequeño Gabriel para mantenerlo en su reino hasta que se debilitara tanto que le diría donde está el oráculo.
— Maldición, esto está saliendo terriblemente mal. —Murmuró el mayor mientras jalaba sus negros cabellos entre sus dedos.
JungKook sabía que debía quedarse callado para dejar que su hyung se calme, si no todo el enojo le caería a él y eso no sería bueno, al menos no sería bueno para él.
