La alarma empezó a sonar ya que había marcado las siete de la mañana, una mano se movía torpemente intentando buscar el botón de apagar, sus movimientos eran rápidos, hasta que logró apagar la alarma y en menos de unos segundos se escuchó un gruñido y luego un suspiro. Las sábanas se empezaron a mover que hasta podrían quedar en el suelo, quitando el gran trozo de tela que cubría su cuerpo para después sentarse sobre el colchón. Un somnoliento joven se estiró, colocando sus pies dentro de sus pantuflas, y así, se levantó para irse directo al baño.
Otro día más de escuela y eso lo estaba cansando.
Se miró en el espejo después de lavarse el rostro, esos cabellos castaños desordenados daban un toque de ternura, esos ojos llenos de cansancio aún lucían preciosos para cualquiera.
—¡Jungkook, baja a desayunar! — El grito de Seokjin hizo que se apresurara a cambiarse.
Se colocó lo primero que encontró y notó que no le había dado tiempo a bañarse, maldijo por lo bajo ante aquello. Tomó sus cosas y salió de su habitación para dirigirse al comedor, al sentarse recibió su desayuno, agradeció con una sonrisa fingida sobre sus labios, y notó que su mayor lo miraba con adoración, detestaba que lo miraran así.
—¿Qué? — Dijo confundido. — ¿Tengo algo en la cara?
—Te desvelaste de nuevo. — Respondió. — Anda apúrate, Namjoon no tarda en venir para dejarte a la escuela.
—Como tu novio tiene tanto tiempo para nosotros.
—Desde que viniste a vivir aquí, NamJoon se encargó de que nada nos falte, agradece de que yo logré salvarte de ese hombre.
—No era necesario que lo comentes, hyung. — Frunció el ceño.
—Jungkook, tu padre estuvo a punto de apostarte, y tu sabes muy bien que él ama jugar póker, por eso tu madre desapareció de sus vidas.
—Gracias por tu intento de que lo olvidara. — Habló con sarcasmo.
—Sé que a ti te afectó, pero yo te ayudaré a salir de esto y seguir adelante, cumpliré con mi promesa. — El castaño no dijo nada, solo continuó con su desayuno.
Había pasado un año desde que el padre de Jungkook llegó muy lejos en las apuestas, ya que todo lo que tenía, lo había perdido, y Jungkook era lo único que tenía. Si Seokjin no hubiera actuado antes, no hubiera podido salvarlo del infierno. El rubio iba hablar de nuevo pero el sonido del claxon evitó que lo hiciera.
—Bien, Namjoon hyung está aquí. — Dejó los palillos y tomó su mochila para después desaparecer, Seokjin reaccionó y tomó las llaves para seguir al castaño fuera de casa.
Al salir vio a un chico moreno saliendo del auto, acercándose a él con una sonrisa de oreja a oreja marcando sus hoyuelos, Seokjin sonrió al ver a su novio y lo abrazó del cuello para darle un pequeño beso en aquellos gruesos labios ajenos.
—¿Cómo amaneciste, hermoso? — Esa voz grave hacía que al rubio se sintiera nervioso y su corazón palpitar.
—Con energías de estar contigo. — Contestó con una dulce voz.
—¿Y Jungkook...? — Él volteó a ver al pequeño castaño que se encontraba a un lado ignorándolos. — ¿Cómo amaneció mi pequeño? — Desordenó su cabello como afecto, el menor soltó un pequeño bufido.
—Muy bien, hyung. — Su voz sonó fría, acto que Namjoon ignoró, estaba algo acostumbrado a que el menor actuara de esa forma.
Durante el camino, Jungkook permanecía callado mientras veía por la ventanilla e ignoraba las cursilerías que Seokjin le decía a Namjoon, robándole un beso cada vez que paraban en un semáforo, cosa que a Jeon Jungkook le daba náusea. Otro día más de escuela o más bien, de tortura.
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𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐌𝐚𝐳𝐞 [𝐊𝐓𝐇 + 𝐉𝐉𝐊]
RomanceAlgunos creen que el amor es algo que se pierde, un sentimiento que se pierde al momento de ver que ya no vale la pena sentir, sin importar que sea familiar, amistad o... simplemente de pareja. Este sentimiento se había perdido en Jungkook, un chico...