Capítulo 31

5.2K 442 161
                                    

Al llegar a aquella taberna lo primero que hicieron los pocos hombres que nos seguían fue buscar una mesa para sentarse, ayudó mucho que el local no estuviera lleno. En su lugar Camila buscó a la dueña y no tardó mucho tiempo en encontrarla, ahí estaba ella en una de las mesas del fondo hablando con tres hombres que le sonreían encantados. La castaña dejó mi lado para caminar hacia Ally, tocó el hombro de la más baja haciendo que esta volteara. Sorprendida se abalanzó contra mi chica sonriendo enormemente mientras la abrazaba. Camila le devolvió el abrazo y cuando se apartó pude ver como le decía algo a su amiga que solo asintió dirigiéndose a los hombres que antes la acompañaban. Estos lucieron desepcionados pero terminaron por mover la cabeza y encogiéndose de hombros para continuar hablando entre ellos.

Las dos chicas se alejaron y caminaron hasta la barra, Ally le dió la vuelta, quedando detrás de ella y la castaña se sentó en uno de los taburetes. Decidí acercarme porque eso era mejor que estar de pie cerca de la puerta sin hacer absolutamente nada. Lentamente me senté a un lado de Camila que giró su cabeza y me regaló una brillante sonrisa la cual correspondí. Volteé y saludé a la mujer frente a nosotras.

–¡Chicas no saben los feliz que estoy de verlas!–comenzó diciendo emocionada–Me estaba preocupando ya que no sueles tardar tanto en este tipo de trabajos–dijo dirigiéndose a Camila.

–Sobre eso–habló la castaña de forma seria–¿Por qué mierda dijiste que eran franceses?. Cuando llegamos a la maldita isla encontramos españoles y tú sabes cual es nuestra situación con ellos–terminó molesta frunciendo el ceño.

–¿Q-qué?–preguntó sorprendida.

–Lo que escuchas.

–Oh dios mío–Ally llevó sus manos a su boca, cubriéndola–Te juro que no lo sabía, de verdad lo siento. Si lo hubiera sabido no te habría dado la información sobre el trabajo, yo te lo mencioné porque el sujeto que me la dió preguntó por tí.

–¿Por mí?–fue el turno de Camila para preguntar.

–Así es–contestó la chica–Quería que tú hicieras el trabajo porque según dijo eras muy buena en lo que haces. Además me dió mucho dinero para asegurarse de que te lo dejaría solo a tí–comentó después como si estuviera recordando.

Me límite a observarlas y escucharlas mientras ellas hablaban, luego de asimilar las palabras de Ally no me cabía ninguna duda de que esto gritaba trampa por todas partes. Justo después de mi conclusión un fuerte golpe hizo que me sobresaltara un poco, miré la mano de la castaña hecha un puño sobre la madera de la barra. La chica más baja al igual que yo la miraba sorprendida por su repentina acción.

–Maldición–dijo entre dientes pero simplemente no entendía nada–Fue él, ese idiota quería tenderme una trampa.

–No puede ser... –susurró Ally con horror.

–Mata a mi familia y ahora quiere verme muerta a mí también–apretó aún más sus puños en un intento de controlarse.

Con esas palabras puede entender bien a lo que se refería.

–Hey, Camz–tomé su rostro entre mis manos haciendo que me mirara–Cariño, respira un poco. Todo está bien, no te va a hacer daño–sonreí para ella.

Entonces pude ver como sus ojos se suavizaban un poco y asentía lentamente con su cabeza. Antes de soltarla no pude evitar dejar un pequeño beso en su frente. Al voltear de nuevo ambas vimos como Ally nos miraba con una sonrisa en sus labios.

–Dinah, ¿has hablado con ella?–preguntó Camila esta vez más tranquila.

La más baja negó y luego señaló despreocupadamente hacia una puerta que había al fondo de la taberna. Me sonrojé al recordar que yo había salido de la misma habitación después de esa noche, que al parecer la había pasado con la castaña. Me odiaba ahora mismo por no recordar nada de lo que había sucedido.

Sueños de agua (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora