°•[Capítulo 33]•°

70 9 5
                                    

Narra:  su humilde servidora. uwu

—¡sostente! ¡Elizabeth! ¡Sostente! —gritó John.

—¡AYUDAME! —lloró Elizabeth a gritos.

— no... No logró alcanzarte... —sonrió malévolo pero fingiendo estar triste—. Cre-creo que este es el fin... Lo siento... Elizabeth.

—¡PERO JOHN! —lloró y sintió un peso en su pecho—. ¿¡POR QUÉ ME HACES ESTO!? —dijo Elizabeth colgando de aquel precipicio.

—tú... —bajó la mirada—. Tú sabias que esto sucedería algún día...

—¡YA NO ME PUEDO SOSTENER MÁS! ¡POR FAVOR! —gritó.

—no...

—¿¡YO QUE TE HE HECHO!? ¡YO PONÍA MIS MANOS AL FUEGO POR TI! —lloró; sus manos ya no lograban sostenerse más...

—JAJAJA... Pero si tú me odiabas...

—¡MIENTES!

—jaja... ¿No recuerdas aquella vez en mi casa? ¿No recuerdas todas las veces que te hice daño? ¿NO TE ACUERDAS QUE ME DISTE TU ALMA A CAMBIO DE QUE TODO CAMBIARA? —gritó.

—¿¡de qué hablas!? —lloró—. ¡AYUDAA! ¡YA NO AGUANTO! —gritó Elizabeth; sentía que su corazón se saldría de su pecho, sentía pequeñas cosquillas en sus pies y estómago, sentia miedo.

—no... No te voy a ayudar —rio— es más... Te ayudaré a terminar con esto de una manera más rápida y sencilla...

—¡JOHN! —lloró a gritos.

—JAJA... —sonrió malévolo— sostente... Preciosa... —pisó los dedos de Elizabeth haciendo que aquella chica caiga a lo más profundo de aquel precipicio...

—¡NOO! —lloró.

Narra: Elizabeth.

—¡auxilió! —grité.

Me levanté rápidamente de mi cama, mi corazón latía a mil y estaba completamente llena de sudor, sin duda alguna ese ha sido la peor pesadilla del mundo... Pero, no logro comprender porque sueño con este chico... Aunque, se me hace bastante familiar... Pero no logró recordar ¡Quién carajos es!, me alisté rápidamente y bajé al primer piso...

—hija? —dijo mi padre.

—¿qué? —pregunté.

—¿a dónde vas? Hoy es sábado...

—¿Uhm? ¿Sabado? —dije confundida.

—sí... —rió— ve a dormir...

—creo que saldré a tomar aire fresco, papá...

—bueno...

—te amo papá... Te amo mucho... —lo abracé.

—y yo a ti, hija...

Salí de la casa, y logré divisar a aquel chico... Iba vestido con la misma ropa, corrí un poco para lograr alcanzarlo, y cuando toqué su espalda, él volteó a verme rápidamente, y cuando lo hizo, lo único que salió de mí, fue un enorme grito, ya que su rostro estaba completamente... No sé describirlo, pero era horrible...

—perdón... —dijo— no creí verte hoy... —tapó mis ojos— lo siento...

—¿qué? —saqué sus manos de mis ojos— ¿qué le pasó a tu ca... —su cara había vuelto a la normalidad...

—¿de qué hablas, Elizabeth? —preguntó.

—no, nad... ¿Cómo te sabes mi nombre? —pregunté extrañada.

—Emm... Jaja... ¿Qué?

—...

—¿no me recuerdas? —preguntó.

—no...

—soy John... Ese día en la fiesta... ¿No recuerdas?

—¿qué? Yo no salgo a fiestas... ¿¡Cómo sabes mi nombre!? —grité.

—calmate... Vamos a la misma clase...

—mmm...

—¿qué pasa?

—dime la verdad... Sé que te he visto antes... Y no fue en la clase...

Narra: John.

¡Mierda! ¿Qué hago? ¿Le digo que ella firmó el contrato ese día y yo hice que se olvidara de todo y que le hice pensar que sus padres habían muerto a base de una pesadilla que creé? ¡Ah! No lo sé... ¡Se lo diré!

—acercate... —dije.

—¿para? —preguntó.

—cierra los ojos... —dije.

—yo n...

—¡que los cierres! —grité.

—ok, ok... —los cerró.

Puse mi dedo índice en su sien, e hice que todos los recuerdos que ella tenía de mí volvieran a su mente (ya que yo los había borrado), y al hacerlo, ella sólo grito.

—¡Puto! —gritó fuerte— ¡te odio! ¡Maldito idiota! ¡Me obligaste a firmar!

—yo no te obligue... Sólo te hice ver lo que te pasaría en un futuro... Y tú, eres tan inteligente, que optaste por firmar, así nada de eso ocurriría... Y podrías tener a tus dos papis a tu lado...

—ok, debe irme...

—¿por qué? Estabas ansiosa por saber quién era... Y ahora que lo sabes, ¿te vas?

—no me interesa hablar contigo... Te odio...

—tú me amas... Te mueres por mí...

—jaja, literalmente me muero por ti... ¡Por tu culpa! Cada vez mí ser se irá muriendo poco a poco y todo  porque tú no me dejas vivir en paz... ¡Te odio! —dijo enojada.

—ya me diste lo que quería... Yo ya no te molestaré... Los demás puede que sí, pero yo no... Ya no más, mi amor...

—ok...

—jaja...

—adiós... ¡Puto! —puso sus auriculares; desde lejos se podía escuchar que estaba oyendo al men de las licuadoras...

—oye... ¡Cuidado! —grité.

Narra: Elizabeth.

—¡Déjame en paz! —crucé la calle y el fuerte sonido de la vocina y una enorme luz me aturdieron por completo. Poco a poco todo mi alrededor se fue tornando borroso, y lograba escuchar una voz a lo lejos que se iba desvaneciendo levemente haciendo que yo la escuchará entre cortada.

—estas bie... —dijo alguien— tranquil... Llam... Una ambulanc... —escuchaba todo cortado y apenas lograba moverme.




Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 06, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿tienes miedo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora