Almas de colores, corazones negros

De Regreso

"UN AMIGO ES MEJOR QUE EL HELADO DE CHOCOLATE.
UN AMIGO ES A QUIEN LE DAS TU ÚLTIMA GALLETA"

Ya era hora de partir de nuevo, a pesar de tantas cosas mi yo interior me decía que debía quedarme pero mi yo real me decía es hora de irse. Esa ciudad significaba mucho para mi y el estar ahí era maravilloso pero en esta vida todas las cosas deben acabar en algún momento.

Tomo casi 2 horas llegar al terminal, había mucho tráfico, la gente salía del trabajo y volvían a casa como nosotros y siendo ya las 6:30 de la tarde partimos en un viaje que tal vez no volvería a ocurrir sino hasta después de un año o más.

Los mensajes que no había contestado el día anterior por mi malestar las contesté en el bus, habían muchos pero me importaban los de Cristian, única y exclusivamente de él, la mayoría eran de como me encontraba, los pasé por alto porque eran demasiados y el contestarlos todos me llevaría tod una vida así que tome lo principal de cada mensaje y lo resumi en 2 o 3 de 4 renglones cada uno, apague los datos y me acosté a dormir, nos esperaba un largo viaje a casa de 8 horas seguidas sin parada alguna.

Cuando me desperté ya habíamos llegado y ni me enteré ni se me vino a la cabeza llegar tan pronto, tanto mis padres como mi hermana habíamos llegado bien, eran casi las 3 de la mañana y tenía solo dos horas para dormir de más y me di cuenta de lo afortunada que era por haber dormido en el bus de mi haber sido así me hubiera quedado dormida en plena clase, bueno en realidad ya no habían casi clases estábamos en final del año escolar y literalmente todas las horas eran libres.

Llegamos a casa, estaba fría y oscura, subí a mi cuarto deje mi maleta y me tire sin pensarlo sobre esas cobijas que me llamaban sin razón alguna, pero estaban frías y no era nada cómodo dormir así, lo único que quería y esperaba era que al acostarme no estuvieran igual de incómodas o no podría dormir, afortunadamente no lo estaban y dormí como un bebé recién nacido.

Mi alarma que marcaba las 5 de la mañana comenzó y sonar, no veía la hora para poder estar de nuevo en casa, bajo mis cobijas, durmiendo...
No quería pararme pero cuando el deber llama no puedes decirle que no, lo primero que quería hacer cuando llegara era ver a Cristian así fuera del otro extremo del colegio pero era necesario para mi. Me levante al fin y revise mi celular encontré mensajes de él como estos:

-hola❤️
-¿como esta la niña más hermosa de mi mundo?

Cosas muy cursis pero para mi era lo más hermoso del mundo y por esa razón me daban más y más ganas de llegar al colegio y verlo. Estaba feliz y la verdad no había nada que me arruinara mi felicidad.

Cuando llegue al salón recogí las llaves pues no había llegado la persona a la que le correspondían y quería estar sola adentro un poco para pensar bien las cosas además era la primera en llegar y como algunas veces me pasa puedo durar 15 casi 10 minutos esperando a los demás, eso a veces se puede ver un poco nerd pero la verdad es que no, soy buena estudiante pero no me gusta mucho estar pegada a un cuaderno 24/7. Lo hacía porque desde la ventana de aquel salón se veía absolutamente todo el colegio era la vista más hermosa del colegio y muchos anhelaban ese salón, era tranquilo y se sentía paz. Ese día abrí una ventana, mire hacia afuera, se podía aprecia el amanecer y a los pájaros cantando afuera, los árboles que rodeaban el colegio y a la vez mi salón era lo más hermoso y los olores de la flores en la mañana no se compara con nada.

Ore, fue lo primero que hice, Dios se había convertido en una parte muy fundamental en mi vida y que como muchos tenemos arranques en los que dejamos de creer y ese era uno de esos y pues no me sentía con ánimos para perder eso, la verdad fue mucho más hermoso asi disfrutar el momento.

No demoraron en llegar mis amigos por primera vez en todo el año habían llegado temprano tal ves porque era la semana final de clases pero pensé no puede ser esta debería ser en la que todos lleguen tarde incluyéndome pero ese día lo necesitaba en verdad. Hable con el primero que llegó, Andrés un amigo muy querido para mi que por más raro en todo el año no cruzamos palabra y si la última semana y así se fueron uniendo más al grupo.

Llegó un maestro a dar las notas del último periodo y la verdad no pensé que me hubiera ido tan mal obtuve 0.9 en el examen final eso era terrible pero a pesar de todo había pasado la materia ya, pero mis padres me habían dicho que si perdía materias en el periodo me quitaban el celular, cuando termino el maestro salí del salón con unos amigos y me ataque a llorar podría parecer muy bobo para unos pero la verdad no entendían el sacrificio que realmente significaba para mi.

Mis amigos trataban de calmarme cuando senti una mano en mi hombro y me gire para ver quien era, para sorpresa mía era la mejor amiga de Cristian, me llevó bajo un árbol grande y frondoso que estaba al lado de la sala de informática en el mismo lugar que la noche de halloween, ella se sentó al lado mio y me preguntaba porque me sentía así y que no había razón si ya había pasado y le conté que me quitarían el celular por ello y no podría hablar con Cristian.

Yo tenía mi cabeza agachada todo el tiempo no quería que me viera como una loca, estaba terrible, pero sin pensarlo vi unos zapatos que se pararon enfrente mio y era un hombre pues tenía pantalón ese día, en ese momento la mejor amiga de Cristian dijo:

-OK, entonces los dejaré solos no quiero incomodarlos

En mi mente no quería que se fuera sabia que era Cristian pero ni un hola fui capas de decirle de los nervios que tenia, se sentó a mi lado y comenzó a hablar, me hizo las mismas preguntas que su amiga y como se dio cuenta que seguía llorando me abrazo, mi corazón latía a mil por hora y por fin tuve la valentía de levantar la mirada y hablarle, comenzamos una conversación larga casi de una hora en ese lugar, mis amigas se sentaron cerca a donde estábamos y me miraban con admiración amorosa.

Cuando ya todos se estaban yendo Sebastián llegó con el bolso de Cristian que lo había dejado en el salón, y se me vino a la cabeza mi bolso si el salón ya estaba cerrado y gire mi cabeza y vía a Nátaly con el. Cristian comenzó a hablarle a Sebastián sobre lo que me pasó y yo también hablaba de los pequeños detalles olvidados y le dijo a Sebastián esto:

-Sebas... Quiero que me hagas un favor de aquí en adelante te mandare cartas para que las entregues a Reachel de mi parte

Todos nos reímos mucho y yo le dije que sería necesario si suplicaba para que no me lo quitaran.

Nos despedimos pues ya era un poco tarde y mi mamá había llamado ya. Y Cristian me hizo prometerle que nos veríamos al día siguiente en el mismo lugar porque me tendria una sorpresa.