LA DECISIÓN

PRÓLOGO

LAS HISTORIAS son tan singulares como la gente que las cuentas y las mejores historias son aquellas en las que el final es una sorpresa. Al menos, eso era lo que Min Yoongi recordaba que su papá le había dicho cuando era niño. Yoongi recordaba la manera en que su papá se sentaba sobre la cama, a un lado de él, con la boca curva en sonrisa mientras Yoongi rogaba por una historia. 

- ¿Qué clase de historia quieres) - pregunta su papá.

- La mejor de todas - contesta yoongi.

a menudo, su papá permanecía sentado tranquilamente por unos instantes y después sus ojos se encendían. ponía el brazo alrededor de Yoongi y, con voz perfectamente modulada, comenzaba una historia que a menudo mantenía a Yoongi despierto mucho después de que si padre hubiera apagado las luces. Siempre había aventura, peligro, emoción y lances que ocurrían en y alrededor del pequeño pueblo Boseong, Corea del sur, el lugar donde Yoongi creció y al que aún llamaba Hogar, Extrañamente, la mayoría de ellas incluían osos. Osos Grizzly, osos cafés, osos Kodiak ... su papá no eran riguroso con la realidad en cuanto se refería al hábitat natural de un oso. Se enfocaba en escenas escalofriantes de  persecución a través de arenosas tierras bajas, lo que provocó pesadillas en Yoongi sobre osos polares enloquecidos hasta que iba a mitad de la primaria. sin embargo, no importaba cuánto espanto le provocarán las historias, inevitablemente preguntaba: "¿ Y qué pasó después ?"

Para Yoongi, aquellos días parecían inocentes vestigios de otra era. Ahora tenía cuarenta y tres, y mientras estacionaba su automóvil en el estacionamiento del Hospital General, donde su esposo había trabajado los últimos díez años, pensó de nuevo en las palabras que siempre le había dicho a su padre.

Después de bajar del automóvil, alcanzó las flores que había comprado. La última vez que él y su esposo hablaron tuvieron una discusión y lo que más deseaba era retractarse de sus palabras y hacer las paces. No se hacía ilusiones de que las flores mejorarían las cosas entre ellos, pero no estaba seguro de que algo más lo hiciera. No era necesario decir que se sentía culpable sobre lo que había sucedido, pero amigos casados le habían asegurado que la culpa era la piedra angular de cualquier buen matrimonio. Significaba que la conciencia estaba trabajando. "Todo mundo se equivoca", le dijeron y aunque él asintió como si les creyer, sabía que nunca entendería por lo que estaba pasando. No podía. Después de todo, sus esposos aún dormían cada noche al lado de ellos.

Mientras cruzaba el estacionamiento, pensó en sus dos hijas, su trabajo, su esposo. En ese momento, nada de eso le daba mucho consuelo. Negando con la cabeza, se acercó a la puerta del hospital, imaginándose a sí mismo escuchando las historias de su padre. Su propia vida había sido la mejor historia, susurró, la clases de historia que debía haber terminado con un final feliz. Mientras alcanzaba la puesta, sintió la ráfaga familiar de recuerdo y arrepentimiento.

Sólo más tarde, después de que dejara que los recuerdos lo agobiaran de nuevo, se preguntaría que pasará después.

ESPERO QUE ESTA HISTORIA LOS/AS ATRAPE Y CAUTIVE