OCHO

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- Hola, Jimin -  dijo Yoongi -. Supongo que es Molly -  se agachó y acarició el cuello de Molly -. Hola, jovencita, ¿Cómo te sientes?

- Tú eres ... ¿tú eres el veterinario? - tartamudeó Jimin.

Yoongi asintió mientras continuaba rascando el cuello de Molly 

- Junto con mi Papá. Él comenzó la clínica y yo me uní después de terminar la escuela.

Esto no podía estar sucediendo. 

- ¿Por qué no dijiste nada la otra noche?

Yoongi alzó la vista.

- ¿Te refieres a lo de ser veterinario? Intenté decírtelo pero no me dejaste.

- De todas maneras debiste decir algo.

- No creo que estuvieras de humor para oírlo.  Pero eso es agua pasada. Sin resentimientos - sonrió-. Déjame revisar a esta chica, ¿bien? Sé que tienes que regresar a trabajar, así que lo haré rápido.

Pudo sentir su enojo subir ante su actitud despreocupada. "Sin resentimientos". Parte de él quería largarse de inmediato. Desafortunadamente, Yoongi ya estaba comenzando a empujar el vientre de Molly. Disgustado cruzó los brazos mientras Yoongi preparaba el estetoscopio. Lo movió, escuchó de nuevo, después examinó una de sus tetillas. Finalmente, se puso un guante de plástico con un chasquido e hizo una rápida revisión interna.

- Bueno, definitivamente está embarazada - dijo Yoongi, quitándose el guante y arrojándolo al bote -. Por como se ven las cosas, ya tiene unas siete semanas.

- Te lo dije - lo miró fijamente. Y Holly es responsable, quiso decir pero se refrenó.

Yoongi alcanzó el sujetapapeles y pasó la página.

- Sólo para que sepas, Holly no es el responsable.

- ¿ Ah, no? ¿Qué te hace estar tan seguro?

Yoongi comenzó a tomar notas, después se encogió de hombros.

- Bueno, por una cosa: está castrado. 

HAY MOMENTOS en que la sobrecarga mental vierte palabras imposibles. De golpe, Jimin vio el mortificante montaje que había armado parloteando y gritando y finalmente explotando. Tenía un vago recuerdo de él tratando de decir algo.

- ¿Castrado? -  susurró.

- Ajá- alzó la vista del sujetapapeles -. Desde hace dos años. Mi papá lo hizo aquí en el consultorio.

- Ah ...

- Traté de decírtelo también. Pero te fuiste antes de que tuviera oportunidad. Me sentí mal por eso, así que me di una vuelta por allá el domingo para decírtelo, pero estabas fuera. 

Requirió cierto esfuerzo, pero jimin descruzo los brazos.

- Supongo que te debo una disculpa.

- Sin resentimientos - dijo de nuevo -. Sé que tiene prisa, así que déjame contarte un poco de Molly, ¿está bien? El periodo de gestación dura nueve semanas, así que tienes otras dos semana. No hay nada que tengas que hacer, pero ten en mente que ella querrá un lugar fresco y oscuro para tener a sus cachorros, así que quizá quieras poner algunas viejas sábanas en el piso del garaje. Tienes una puerta en la cocina, ¿cierto? Jimin asintió, sintiendo como si se estuviera encogiendo.

- Sólo déjala abierta y probablemente cuando esté tranquila, en la noche, o mientras estás en el trabajo. Saben cómo cuidarse, así que no necesitas preocuparte por eso.

Jimin asintió de nuevo, sintiéndose más pequeño. 

- Aparte de eso, no hay mucho que necesites saber. Si hay algún problema, sabes dónde vivo.

Jimi aclaró su garganta.

- Está bien.

Como no agregó nada más, Yoongi sonrió y comenzó a dirigirse hacia la puerta.

- Es todo. Puedes llevarla a casa si lo deseas.

- Gracias - susurró Jimin-.  Y de nuevo, me siento muy apenado ... Yoongi levantó la mano.

- No hay problema. Fue un error. Te veré por ahí, ¿cierto?

Una vez que Yoongi (el doctor Min) salió de la habitación de examen, Jimin esperó un largo rato hasta estar seguro que de había ido. Entonces se dirigió hacia el escritorio de la recepcionista, donde pagó tranquilamente su cuenta. 

Para el momento que regresaba al trabajo, lo único que Jimin sabía con seguridad era que nunca olvidaría lo que había hecho y que por su propio bien debía evitar a Yoongi por un rato. No para siempre, por supuesto. Algo razonable. Como los siguientes cincuenta años.


LA DECISIÓNWhere stories live. Discover now