QUINCE

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Pasaron otra hora en la playa antes de volver a cargar el bote y, para la tarde, estaban cruzando a través de la ensenada. Yoongi se detuvo a comprar camarones de un pescador local; para la hora que finalmente atracaron, los tres niños estaban profundamente dormidos. Los adultos volteaban de frente al viento, contentos, con sus rostros oscurecidos por horas de sol.

Una vez que el vote estuvo descargado, las parejas partieron una por una y sólo quedaron Jimin, Geum-jae y Yoongi. Yoongi estaba en el muelle, desplegando el paracaídas para que se pudiera secar.

Geum-jae estiró sus brazos  sobre la cabeza.

-Supongo que también debo seguir mi camino. Ceno con amigos esta noche. Déjame decirle adiós a Yoongi.

Jimin asintió mientras Geum-jae se inclinaba alegremente sobre la borda de la cubierta.

-¡Oye, Yoon!- gritó-. Me largo de aquí. ¡Gracias! 

-Qué bueno que viniste- le grito y lo despidió con la mano.

-Quizás quieras echar algo a la parrilla. ¡Jimin acaba de decir que se muere de hambre!

Antes de que Jimin pudiera decir algo al respecto, vio a Yoongi levantar sus pulgares.

-¡Estaré allí en un minuto!- gritó.

Geum-jae pasó tranquilamente junto a Jimin, obviamente orgulloso de sí mismo. 

-¿Por qué le dijiste eso?- susurró Jimin

- Porque no quiero que mi pobre hermano tenga que pasar el resto de la tarde solo. Le agrada estar con gente- se colgó su mochila sobre el hombro-. Oye, fue genial que nos encontráramos. Me alegra que tuviéramos la oportunidad de conocernos. ¿Te has paseado alguna vez por el área de suwon?

-En ocasiones-  dijo Jimin, aún confundido por lo que acababa de pasar e inseguro de si estar alegre o enojado con Geum-jae.

-Bueno. Podemos almorzar- se quitó las gafas de sol y las colgó en su camisa-. ¿Te veré de nuevo?

-Seguro- dijo Jimin.

Geum-jae fue a la puerta del patio, atravesando la casa en su camino hacia la salida. Para ese momento, Yoongi regresaba caminando con Holly trotando felizmente a su lado. Por primera vez en el día, se puso una camisa de manga corta, aunque la dejó sin abotonar. 

-Sólo déjame poner los carbones. ¿Esta bien unas brochetas de camarones?

Debatió consigo mismo sólo un instante.

-¿Me das cinco minutos para cambiarme?

Mientras Yoongi ponía los carbones, Jimin revisó a Molly y la encontró profundamente dormida junto con sus cachorros.

Tomó una rápida ducha antes de ponerse una ligera remera y unos pantalones de chandal. Después de secar su cabello, se echó un poco de perfume y crema. cuando se alejó un paso del espejo, se le ocurrió que habían pasado años desde la última vez que había cenado con otro hombre aparte de Jungkook.

¿Su decisión era algo de lo que debería sentirse culpable? ¿Un día inocente era el gran problema?

Por supuesto, están cenando solos, le susurró una pequeña voz.

¿Pero ese era el verdadero problema? Geum-jae tenía razón: él tenía hambre de nuevo y su vecino tenía comida. Eran amigos, después de todo. Y si Jungkook estuviera aquí, estaba seguro de que Yoongi también lo hubiera invitado. 

Pero no esta aquí, insistió la voz. ¿Le contaras a Jungkook sobre tu pequeña cena para dos? 

-Definitivamente. Definitivamente le contaré- murmuró, tratando de aquietar la pequeña voz. Había  veces en que definitivamente odiaba esa voz. La vocecita sonaba como su madre.

LA DECISIÓNWhere stories live. Discover now