ESTABA PERFILÁNDOSE para ser uno de esos días, cuando Jimin se preguntó por qué había decidido trabajar en un consultorio pediátrico. Tuvo la oportunidad, después de todo, de trabajar en una unidad de cardiología en el hospital de su pueblo natal, pero en lugar de eso había aceptado el trabajo con los doctores Kang Daesung y Choi Seung Hyun, porque era una oportunidad para estar más cerca de Jungkook. Incluso aunque el doctor Choi le impacientaba con su coqueteo, la mayor parte del tiempo adoraba trabajar con niños. Eran los padres los que lo volvían loco, los padres neuróticos sabelotodo que pensaban que, sin ser él técnicamente médico y por su relativa juventud, era apenas poco más que un enfermero cuando llegó medio día y terminó con su último paciente de la mañana.
Apretó su monedero, sabiendo que no tenía mucho tiempo. Su siguiente cita era en cuarenta y cinco minutos, pero asumiendo que no se retrasara con el veterinario, estaría bien. Era una de las cosas agradables de vivir en un pueblo pequeño de menos de cuatro mil personal. Todo estaba a unos minutos de distancia. Mientras que donde vivía estaba cruzando el puente que abarcaba la carretera intercostera, las distancias cortas eran suficientes para hacer que este pueblo se situará distinto y aislado.
Era un lugar bonito, especialmente el distrito histórico. Calles anchas, árboles umbrosos y poco más de cien hogares restaurados ocupaban varias cuadras, que a la larga desembocaban en un pequeño malecón que daba al puerto. El muelle estaba ocupado por botes de lujo y trabajo de todos tamaños y formas; un magnífico yate de valor millonario podría estar atracado junto a un pequeño bote cangrejero de un lado y un velero amorosamente cuidado del otro. Había un par de restaurantes con increíbles panoramas, patios cubiertos y mesas de picnic. En el lado opuesto de la calle, había oficinas de bienes raíces mezcladas con tiendas de arte y trampas para turistas.
Algunos minutos más tardes, Jimin entró en su propio sendero. Molly la encontró en el porche, se tomó el tiempo de olfatear las flores hasta que Jimin se hizo cargo y la subió al asiento del pasajero.
La clínica veterinaria estaba a sólo un par de minutos de distancia. El edificio victoriano de la clínica, rústico y erosionado, parecía más una casa que un consultorio. La puerta con tela metálica se abrió con un rechinido fuerte y Jimin sintió que Molly jalaba su correa mientras se aproximaban al escritorio. Antes de que pudiera hablar, la recepcionista se puso de pie.
- ¿Ella es Molly?- Preguntó
Jimin no se molestó en esconder su sorpresa. Todavía no se acostumbraba a vivir en un pueblo pequeño.
- Sí. Yo soy Park Jimin.
- Justo en conocerte. Yo soy Terry. Nos preguntábamos cuándo vendrías. Tiene que regresar al trabajo , ¿cierto? - tomó un sujetapapeles -. Permíteme llevarte a una habitación. Puedes hacer todo el papeleo ahí. esa manera, el veterinario puede verte en seguida.
- Perfecto- dijo Jimin -. De verdad lo aprecio.
La recepcionista se dirigió por el corredor hacia una pequeña habitación decorada con una mesa de metal y una silla de plástico y le pasó el sujetapapeles a Jimin.
- Sólo llena eso y diré al doctor que estás aquí.
Terry los dejó solos y Jimin tomó asiento, después llenó el papeleo mientras Molly vagaba por la habitación.
Menos de un minuto después, la puerta se abrió y lo primero que Jimin notó fue el nombre bordado en letras azules sobre la bata blanca.
Estaba a punto de hablar, pero el reconocimiento súbito lo hizo imposible.
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LA DECISIÓN
FanfictionPark Jimin y Min Yoongi son vecinos nuevos y se identifican mutuamente por el amor que comparten por los perros.Al momento de conocerse, tanto Jimin como Yoongi saben que el curso de sus vidas está a punto de cambiar. este es un relato conmovedor e...