LA DECISIÓN

CUATRO

Su rostro se frunció de nuevo. Muy bien, no era perfecto tampoco, pero esto no se trataba de una nota de gracias olvidada. Se trataba de Molly y del perro vago del hombre, y ahora era buen momento para discutir la situación.

Ella caminó por la terraza trasera y se dirigió hacia la alta hilera de setos que separaban su casa de la de él. Parte de él deseaba que Jungkook estuviera acompañandolo, pero eso no iba a pasar. No después de su discusión de esa mañana, la cual comenzó después de que jimin casualmente mencionó que su primo se iba a casar. Jungkook, ensimismado en la sección deportiva del periódico, no soltó ni una palabra en respuesta. Cualquier cosa sobre el matrimonio hacía que el hombre se quedara tan tranquilo como una piedra, especialmente en los últimos tiempos.

Pero Jungkook no era el problema. Y tampoco era la terrible semana en la oficina, una con la que alcanzaba tres (¡tres!) viernes sola. Tampoco el estar enojado con Choi Seung-hyun, el doctor casado de su oficina a quien le tocarlo cada vez que hablaban, con su mano rozando demasiado rato como para sentirse a gusto.

No, señor, esto tenía que ver con que el Señor Fiesta fuera un vecino responsable. Mientras Jimin avanzaba por el césped, trataba de imaginar exactamente cómo comenzar. Frente a él observó una apertura en los setos y se dirigió hacia allá. Probablemente era el mismo por el que se introdujo ese Hobby para aprovecharse de la pobre y dulce Molly. Su corazón se oprimió de nuevo y esta vez ella intentó capturar esa sensación. Eso era importante. Muy importante.

Tan enfocado estaba Jimin en su misión que no se dio cuenta que una pelota de tenis volaba hacia él mientras aparecía en la entrada. Sin embargo, sí registró a la distancia el sonido de un perro galopando hacia ella un segundo antes de que cayera al suelo.

MIENTRAS estaba tirada de espalda, Jimin notó débilmente que había demasiadas estrellas en el cielo demasiado brillante. Por un momento se preguntó por qué no podría respirar tranquilamente, después rápidamente se preocupó más por el dolor que lo traspasaba.

De algún lugar lejano, escuchaba un revoltijo de sonidos, y el mundo comenzó lentamente a tomar forma. Intentó concentrarse y se dio cuenta que escuchaba voces. O, más bien, una sola voz. Parecía estar preguntando si estaba bien. 

Al mismo tiempo, se volvió gradualmente consciente de una sucesión de calor, una olorosa brisa en su mejilla. volteó su cabeza lentamente y se confrontó con una enorme, peluda y redonda cabeza. Hobby, dedujo confusamente.

- Ahhh ... - gimoteó, tratando de sentarse. Mientras de movía, el perro le lamió el rostro.

- ¡Holly! ¡Abajo! - dijo la voz, sonando más cerca -. ¿Estás bien? ¡Quizá no debas tratar de levantarte aún!

- Estoy bien - dijo jimin, finalmente incorporándose en posición sentada. En la oscuridad, sentía a alguien de cuclilla a su lado.

- Estoy muy apenado -  dijo la voz.

- ¿Qué pasó?

- Holly accidentalmente te tumbó. Iba detrás de la pelota.

-¿Quién es Holly?

- Mi perro.

-¿Entonces quién es hobby?

-¿Qué?

Jimin se llevó la mano a su sien.

- Nada.

-¿Estás seguro que te encuentras bien?

- Sí - Dijo, aún mareado pero sintiendo que el dolor descendía a una baja vibración.

Mientras comenzaba a levantarse, sintió que su vecino ponía su mano sobre el hombro, ayudándole  a levantarse.

-Vaya bienvenida, ¿eh? - Preguntó.

Su voz aún sonaba lejana, pero jimin sabía que no lo estaba y, cuando lo encaró, se descubrió concentrado en alguien al menos quince centímetros, abrió la boca para decir algo, luego la volvió a cerrar, dándose cuenta que había olvidado la pregunta.

-Quiero decir, aquí estás, vienes de visita y te derriba mi perro - continuó -.Como dije, lo siento mucho.

El perro estaba sentado sobre sus ancas, actuando satisfecho, y de pronto jimin recordó el propósito de su visita. A su lado, Holly levantó una pata en señal de saludo. Era lindo, pero él no estaba de ánimo como para que le agradaba. 

-¿Seguro que estás bien?

-Estoy bien- dijo con tono duro.

Por un incómodo instante, se miraron con uno al otro sin hablar. Finalmente, yoongi señaló con el pulgar por sobre su hombro.

- ¿Te gustaría sentarte en la terraza? Estaba escuchando algo de música.

-¿Por qué crees que querría sentarme en la terraza? - Contestó bruscamente.

Yoongi dudó.

- ¿Porque viniste acá?

oh, sí, Pensó jimin. Eso.

Levantó sus manos, impacientemente por acabar con esto.

- Vine acá porque quería hablar contigo ...

Imaginense el Patio de la saca de Yoongi así  😊

Hola!!! Espero que les esté gustando la historia.