Noticias Merodeadoras:
Mi cumpleaños ya había pasado y yo aun seguía embobada mirando la bola de cristal que contenía figurillas de un ciervo plateado y un fénix del mismo color que pareaban alrededor del pequeño mundo como diciendo que nunca se abandonarían. Le había costado hacerlo, lo sabía ahora porque Sirius no paraba de hacerle bromas diciendo que James había tenido que pedirle a McGonagall un libro de transformaciones y a cambio el dejaría de hacer bromas por dos semanas.
— Espero que valga la pena—Bufo James cuando Sirius siguió burlándose— Ya estoy aburrido y no ha terminado de pasar la primera semana.
— A mi me encantó— Le sonreí levantando mi mirada de la bola de nieve— Muchísimas gracias James.
— Sí, bueno...—Comenzó a desordenarse el cabello y no pude evitar reír antes de volver mi mirada al maravilloso paisaje invernal que mostraba la bola de nieve— Tenía buenas cosas con las que competir.
— ¿Cuál fue el regalo más raro que te dieron ayer, Jill? — Interrogó Peter intentando reunirse a la conversación
— Supongo que fue el de Haiden Jules— Murmuré dejando el regalo de James de lado— me dio una rana de chocolate y luego se la comió.
— ¿Qué? — Se carcajeó Sirius — Ese niño esta coladito por ti, cuando te ve se choca contra las paredes, es más torpe que Peter, con eso te digo todo.
— Solo esta en segundo, déjalo tranquilo, Sirius.
— ¿Recuerdan esa canción que le escribió el año pasado? — Preguntó Sirius con una sonrisa traviesa.
Sabía a donde iría esto así que decidí ponerme de pie y con mi varita indicarle a mis regalos que subieran a mi habitación. James no pudo evitar mirar a Sirius por complicidad y como Peter hacía lo que esos dos idiotas hicieran solo tuve dos segundos para levantarme antes que empezara el canto. No fui lo suficientemente rápida.
— Cabello rojo cual tomate bajo el sol, mi corazón haces un cordón. Con pecas en tu cara que sin duda te engalanan— Cantaban mientras me seguían por el camino hacia el comedor—. Tan madura y valiente como serpiente...
—Esta es mi parte favorita—Señaló James casi apunto de asfixiarse de tanto reír.
— Con esos ojos verdes como un sapo.
— Idiotas— Bufé entrando al gran comedor.
Las mesas no estaban del todo llenas, era lunes en la mañana y algunos todavía no se quitaban la pesadez y la añoranza del fin de semana, así que tuvimos mucho lugar donde sentarnos.
— A mi me gusto, por lo menos él fue más detallista que ustedes.
— ¿Quieres que te escribamos una canción? —Interrogó James con su sonrisa diabólica.
— James no es lo que quise decir...
— Pues una canción te daremos.
— No hagan una idiotez, saben que eso no fue lo que quise...
— Danos ritmo, Peter—Pidió Sirius. El pobre Peter, que poco sabía de eso, me miro y luego comenzó a hacer sonidos extraños con su boca logrando que todos en la mesa de Gryffindor se giraran solo para saber si estaba bien o se había ahogado, de nuevo, con una pierna de pavo. — Olvídalo Pete. ¡Hey Jack!
El prefecto de la casa de Hufflepuff, moreno de ojos verdes y cabello negro sedoso camino hacia nosotros robándose más de un suspiro por las chicas de su mesa y de la nuestra.
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Secretos de una Merodeadora
Fanfiction- Evans y Potter castigados, en un problema que ni siquiera iniciaron juntos ¡No entiendo! ¿Qué les paso?-Interrogó la profesora McGonagall frente a nosotras. Estaba iracunda, no era mi culpa que estuviéramos así, menos que allí, él había iniciado y...