Capítulo 9

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CAPÍTULO 9

LA NO CITA DE JAMES

—Te lo digo, fue la cosa más rara que he visto. — Me contaba James mientras ambos charlábamos en el sofá de la sala común.

Aquella noche solo quedábamos nosotros dos hablando a las doce de la noche, había pasado muchísimo tiempo desde que teníamos la oportunidad de hablar solos. Hace tan solo una hora se había ido el último estudiante a dormir.

— Nunca la había visto tan loca.

— Yo vivo con ella, ¿De que hablas?

Peter se había quedado dormido en el mueble y Remus se ofreció a llevarlo a dormir pero en cuanto intentó levantarlo su cara se puso roja por el esfuerzo. «Te ayudare, debilucho» Habló Sirius poniéndose de pie ¿Cómo lograron ambos subir las escaleras con Remus? No sé, pero de lo que estoy segura es que les saldrá una hernia.

— No entiendo porque se puso tan celosa, solo estaba hablando con Rebeca.

— Quizás tu manera de hablar es demasiado coqueta para mi hermana, James, no lo has pensado.

— Solo le pregunte si podía ponerme con ella en el trabajo de herbología, teniendo en cuenta que Sirius te robo, Peter le rogó a Remus que lo ayudara y ella se puso con Alice, tengo que hacer la tarea con alguien.

— Supongo que se siente algo insegura porque Rebeca es realmente hermosa he inteligente y morena. Hasta yo me sentiría insegura ante ella— Por no decir que me siento.

— No negaré que es una chica bellísima, pero no engañare a mi novia, eso es lo más cobarde del mundo. Yo no soy así.

James y yo estábamos acostados en el piso frente a la chimen con las cabezas a lados opuestos, mirando al cielo mientras charlábamos.

— Además, no es que tenga nada malo, pero Rebeca no es mi tipo.

— ¿Tienes un tipo? — Me reí— No creí que fueras de esos chicos.

— Pues sí, me gustan las pelirrojas ¿Qué puedo decir? Es como una maldición.

— Supongo que nada.

— Aunque...— Dejo aquella palabra en el aire.

— ¿Aunque qué?

— Aunque supongo que también me gustan las rubias.

Sonreí como estúpida, sabía que no me estaba mirando, que podía no estar haciendo referencia a mí, una simple casualidad o hasta una broma, y aún así sonreí. Y luego nada, mi cerebro reaccionó dándome un baldazo de agua fría, regresándome a la realidad, después de todo el seguía siendo «El novio de Lily»

— ¿Puedo hacerte una pregunta?

— Supongo que ya serán dos.

— No, en realidad era esa— Respondió encogiéndose de hombros, confundida me senté para mirarlo, él sonreía con sorna.

— Estás loco, Potter.

— Lo sé, Evans—Contestó sentándose, estábamos frente a frente en aquel momento, no había nadie— ¿Te atreverías a hacer algo loco conmigo?

— ¿Algo loco? Con tu amistad no es suficiente locura.

— Creo que no.

***

— James, de verdad esto es lo más loco que hemos hecho ¿Qué si alguien nos descubre? — Interrogué mientras era arrastrada por los pasillos del castillo.

Secretos de una MerodeadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora