Capítulo 7

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Capítulo 7
El día en que las manzana fueron lo único que no cayó

Si debía elegir lo mejor de estar concentrada en el mapa del merodeador, era el simple hecho de que no me perdía entre los recuerdos cada vez que entraba en el aula para la clase de defensa contra las artes oscuras.

Pero aquella tarde no tenía más esa escusa, me veía confinada a la tarea de prestar atención al profesor, si es que eso era posible.

Lily llevaba semanas pidiéndome ser compañeras de asiento, no había accedido por la simple idea de que podría lanzársele al profesor y yo no podría, ni quería detenerla, James había ocupado el lugar mientras tanto, eso la mantenía distraída gran parte de la hora.

— Hoy no huyes.

Sin embargo, después de terminar el almuerzo, Lily había sujetado mi brazo y me había guiado al salón de Martin.

— ¿Cómo has hecho? — Interrogó ella mientras nos sentábamos— Para mantenerte tan serena, lo normal es que así sea yo.

— He tenido cosas en las cuales pensar.

— Como esas escapadas nocturnas los martes— Murmuró de manera jocosa mientras los colores se subían a mi cara—. ¿Hay alguien? Es obvio que si o no te sonrojarías, ¿Quién es? Lo conozco.

— Lily, te haces ideas erróneas— Reí— No hay nadie, y no lo habrá por un largo tiempo.

— Solo digo, que si hubiera alguien yo podría ser tu confidente, hasta podría cubrirte cuando los chicos preguntan por ti, y vaya que preguntan por ti.

— Deben aprender a vivir sin mi un rato— Sonreí a lo que ella alzo las manos.

— Eso mismo les dije yo el sábado pasado, pero parecían algo enojados mientras buscaban algo, tenían la habitación patas arribas y Peter temblaba en una esquina.

Aun podía recordar esa noche, después de regresar de mi «Charla» con Regulus, me había encontrado a una tropa en la sala común, todos preguntando que había hecho con el mapa, «A veces una chica necesita tiempo de privacidad» les había dicho.

No quedaron muy contentos con aquella respuesta, pero terminaron aceptando que no necesitaba protección.

— Oh, míralas, son todas tan ingenuas— bufó Lily, las tres primeras filas estaban ocupadas por chicas, de Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y hasta Slytherin, todas arreglaban su cabello y se llenaban de perfume—, tampoco están atractivo.

Aquello era una mentira, una de esas que te dices para no sentirte mal contigo misma.

— Buenas tardes clase— Saludo el profesor entrando al salón.

Había cambiado mucho con los años pero podía asegurar que seguía siendo tan atractivo como en esa feria hace algunos años, su cabello se había mantenido corto, siempre peinado hacia arriba resaltando su piel olivácea y sus ojos oscuros. Todo en el dictaba misterio y no lo podía negar, era bastante atrayente.

— Abran sus libros en la pagina diecisiete, hoy hablaremos de los hechizo de defensa avanzado.

Hablaba, lo sabía porque sus labios se movían, pero no podía concentrarme en nada de lo que decía, en lo que pensaba era en Petunia.

.*.*.*.*.*.*.

Hacía algunos años una relación había nacido entre mi hermana mayor y aquel chico de la feria, yo estaba encantada, me había dado cuenta mucho antes que mi hermana, estaba segura de que algún día yo misma podría averiguar quien gustaría de mi sin siquiera dudarlo, parecía un sexto sentido.

Secretos de una MerodeadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora