Hoy iba a dar un gran paso. Me iba a acercar a Jane, trataría de sacar tema de conversación con ella.Los nervios trataban de apoderarse de mí, la idea de sólo pensar que me acercaría a ella para conversar; me daba pánico, pero a pesar de todos esos nerviosos en mi mente ya me había imaginado la escena donde conversaba con ella, era una escena increíble, pero había un dato importante en el cuál no había pasado por mi cabeza hasta ahora; "Las amigas de Jane", eran un factor importante, era evidente que yo no les agradaba a ellas, pero no quiero que esto me impida hablar con Jane. Antes de seguir con mi debate mental, alguien llamó a mi puerta; al abrir un poco vi que la persona que llamaba era Papá.
-Zoé, cariño, date prisa. Se nos hace tarde -
-Lo siento, dame 5 minutos y estoy lista -
Él sonrió y asistió con la cabeza, luego de eso se empezó a marchar. Papá iría a dejarme está mañana, hacia tiempo que no lo hacía me resultaba bastante agradable el gesto. Como Papá me fue a dejar llegué con tiempo de sobra,al entrar en la clase pude ver que Jane estaba ahí, parecía que practicaba hablar con alguien; mis nervios aparecieron, crecían cada vez que me acercaba a ella. Paré un segundo tome un poco de aire, tragué algo de saliva antes de soltar una palabra.
-Buenos días, Jane -
Ella volvió a verme sorprendida, escondió lo que tenía sobre su mesa y luego me sonrió.
-No pensé que alguien llegará tan pronto, pero es bueno verte -
Mis mejillas se ruborizaron levemente, Jane sonrió se levantó de su asiento y empezó a acercarse a mí, traía algo detrás de la espalda y antes de que pudiera decir algo sus amigas entraron riendo y arruinando el momento. Jane no dijo nada en ese momento, sólo se alejó de mí y fue con sus amigas. En toda la mañana me sentía desanimada, cada vez que quería llevar a cabo mi idea; las amigas de Jane evitaban que le hablará. La hora del almuerzo llegó, no quería escuchar a Jane y sus amigas, así que me fui a comer sola.
-Gran trabajo Zoé, fuiste muy valiente -
Antes de que pudiera seguir reprochandome a mí misma alguien se aclaró la garganta, miré hacia la persona quién había hecho aquel gesto; era Jane y con ella traía su almuerzo.
-¿Puedo sentarme? Quería pedirtelo desde temprano, pero no pude. Y la las veces que voy buscarte nunca te encuentro, así que hoy fue un milagro -
-Jane, claro que puedes sentarte -
Jane se rió un poco, almorzamos juntas, charlamos; pasamos un gran rato, deseaba que este momento durará un poco más, pero debíamos volver a clase. El resto del día no hablé mucho con Jane, sus amigas le reprocharon por desaparecer en el almuerzo. Al acabar el día ya había quedado con Papá para que viniera a recogerme, así que me tocaba esperarlo.
-¿Esperas a alguien? ¿Quieres que te acompañé a casa? -
-Espero a mi papá, lo siento ojalá pudiera irme contigo, Jane -
-No te preocupes, puedo quedarme contigo, ya sabes para que no esperes sola -
Le di una sonrisa y ella me devolvió el gesto, para matar el tiempo ella me prestó uno de sus audífonos, rezaba porque a Papá se le hiciera más tarde recogerme, quería pasar toda la noche escuchando su música. Antes de darme cuenta Papá ya estaba saliendo el auto buscando con la mirada, Jane preguntó sí aquel hombre era mi padre. El dije que sí, ella parecía estar un poco decepcionada mientras Papá se acercaba algo apresurado.
-¡Zoé! Lo siento, se me hizo tarde, pero veo que no tuviste que esperar sola -
-Mucho gusto, Sr. Rosell. Mi nombre es Jane, su hija y yo somos muy buenas amigas -
Papá le sonrió amablemente a Jane y le dio la mano para hacer un saludo cortés, sin darme cuenta Papá había invitado a Jane a cenar con nosotros, el camino a casa tenía un ambiente agradable; Papá y Jane se llevaron bastante bien lo cual era bastante bueno, por mí parte casi no dije nada en el transcurso del viaje y Jane notó eso, al llegar a casa preguntó sí estaba de acuerdo en qué viniera ¿Cómo no estar de acuerdo? Era mi oportunidad de acercame a ella, hacer que nuestra relación se volviera más fuerte, no habría nadie que la alejara de mí por el resto del día.
-Gracias por tomarte el tiempo de venir aquí -
Jane me sonrió, me agarró de la mano y juntas fuimos adentro. Papá dijo que la cena sólo debía calentarse así que nosotras pusimos la mesa, fueron cuestión de minutos para que todo estuviera listo y pudiéramos sentarnos comer. Papá quería saber sobre Jane, le interesaba saber sobre la nueva amiga de su hija. Luego de recoger los platos sucios, Papá empezó a lavarlos y Jane se ofreció ayudarle ya que él la había invitado, y yo llevaba los platos para que ellos los limpiaran. Papá terminó con los platos, él se acercó a Jane y le susurró algo al oído, ella le respondió del mismo modo; tenía curiosidad.
-Papá, ¿Puedo saber que le dijiste a Jane? -
-Yo le pregunté sí se quedaba a dormir ¿no es así, Jane? -
Volví a ver a Jane, ella estaba algo sorprendida, pero le siguió el juego a mi padre. Era obvio que yo no debía saber lo que él le había dicho.
-Sí, él me preguntó eso. Y yo me quedaría, pero creo que ya sería abusar de su confianza -
-No, está bien. Sí mi padre te ofreció hacerlo, además yo estaría encantada de que te quedarás -
Jane volvió a ver a Papá, él le dio una sonrisa y luego ella depósito su mirada en mí, me dio una sonrisa y al final aceptó la oferta, sólo llamaría a su familia para avisar que estaría aquí. Luego de la llamada a sus padres, Jane y yo fuimos hasta mi habitación; Papá dijo que estaría trabajando en su oficina.
-Espero no te sintieras obligada, no me gustaría que te quedarás sí te sientes incómoda -
-No me siento incómoda, realmente me hace feliz que nuestra amistad avance tan rápido -
Le di una sonrisa a Jane, pasamos la noche conversando; podría decir que está noche nos volvimos cercanas. Ya era bastante tarde así que decidimos irnos a dormir. Como mi cama era bastante grande Jane podría dormir junto a mí.
-Gracias por quedarte, la verdad es que eres mi primera amiga -
-¿En serio? Me hace muy feliz estar contigo, Zoé -
Jane se dio la vuelta y me acarició la mejilla, agradecía que la habitación estuviera a oscuras para que no viera mis mejillas ruborizadas.
-Descansa, Zoé -
Luego de decir eso, Jane depositó un beso en mi frente, estaba más que ruborizada, pero estaba segura que está noche dormiría excelente.
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El silencio del Corazón
RomanceY le tocó el alma como a las teclas de un piano; con ganas, sentimiento y delicadeza.