Jimin
Chingazo.
La palabra perfecta para describir aquel fuerte golpe que se dio Yoongi en la madre.
—¡Yoongi! —chilló Jin mirando a su hijo que estaba en el suelo sobándose el trasero.
—¡Mamá! —Hoseok sobaba su propia rodilla, pero su golpe no fue muy grave. En cambio, Yoongi seguramente tenía un gigante moretón en sus nalgas.
Esperen...¿Cuáles?
—Uy, se dio en la madre el morro... —pensó Namjoon. Ahora puedo leer pensamientos.—Uh, ¿Les ayudo? —preguntó nerviosamente.
—¡Me duele! ¡A la verga me dueleeeee! —gimió Yoongi y Taehyung sacó su Perafon 5000 X Z Y Plus y comenzó a grabarlo.—¡Deja de grabarme el culo y ayúdame, inútil!
Jungkook empezó a llorar. Otra vez, todo quedó arruinado...gracias a Yoongi. Aunque ésta vez fue un accidente.
Cargué al pequeño Jungkook para hacerlo dormir y lo recosté en la habitación de Yoongi, en su pequeña camita. Volví junto a mamá y le dije a Taehyung que fuera por la cajita de emergencias que había en el baño, donde se encontraban banditas y agua oxígenada.
—Mamá me partí el trasero...—Yoongi comenzó a llorar silenciosamente, pero su jeta de gruñón no se la quitaba nada ni nadie.
—Lo sé, cariño...Taehyung vendrá...
Miré el reloj. Ya era tarde, dios, no pude lograr lo que quise. Tal vez era de noche, pero el día aún no terminaba así que levanté a Hoseok del suelo y tomé a Yoongi entre mis brazos.
—Iremos a la habitación...Ustedes disfruten de una buena cena y charlen un rato. Adiós, cuídense. —sonreí corriendo escaleras arriba, pero me pisé y Yoongi se cayó de mis brazos.
—¡Ay! Nalgón estúpido, mira por dónde caminas. —me gritó el pálido joto de mi hermanito querido.
—Ow, perdón, hermanito. Ven, tendré más cuidado. —lo cargué otra vez en mis brazos y besé su cabeza con cierta delicadeza, él sólo gruñó.
Fuimos a la habitación y lo recostamos ahí. Con almohadas alrededor, y una cuerda encima.
—¿Qué diablos haces, Jimin? —preguntó, con desesperación.
—Tú...tú arruinaste esto, pero yo lo arreglé y no lo volverás a hacer, tonto.
Taehyung y Hoseok se miraron con preocupación.
—¿Qué? Ah, qué bien. El niñito piensa que aún puede salvar la noche para que ese mariachi negro y la jefa enojona puedan hablar. —Yoongi rodó los ojos y soltó una carcajada.
—Bobo. —sonreí y me puse detrás de él, poniéndolo en cuatro sobre la cama. —Hoseok, ven aquí.
Hoseok sonrió también y se puso en mi lugar, observando el inexistente, digo, el trasero de Yoongi cubierto por sus cortos shorts color café.
—Hoseok, ya te he dicho que no me dejaré pasivear. Además, estoy adolorido y...
Hoseok le dio una fuerte nalgada a Yoongi.
—¡Mierda! —gritó, abrazando con fuerza una almohada. —¿Qué les pasa, estúpidos?
—Por cada idiotez que digas o intentes hacer, te ganarás un golpe en tus pompis, tonto. —le mostré mi lengua burlonamente y reí.
—Uy, como si fueran tan rebeldes para...¡Ay! Hoseok, ¡Para ya!
—Ésto va para xvideos. —Taehyung sonrió sosteniendo su celular.
—¿Qué? ¡Taehyung no subas eso a internet!
Castigar a Yoongi era divertido. Él había arruinado mis planes un montón de veces, era mi turno de arruinarle algo a él.
—¡Jimin! ¡Haz que paren! —los gritos y súplicas de mi hermano parecían nada más o nada menos que extraños ruidos como los vídeos de las chicas rubias que se escuchan desde su celular cuando Hoseok trata de dormir.
—Perdón, pero nop. Es tu castigo por ser un mal gatito.
—¿Gatito? —Yoongi gritó frustrado—¡¿Pero qué demonios les sucede, pendejos?!
Me acerqué a Yoongi y le puse un pequeño collar que decía "putito".
—¿Qué mierda? ¡Jimin! —Yoongi comenzó a patalear.—¡Basta ya!
Y no le haría caso, porque él ya hizo demasiado desastre. Creo que merecía un pequeño castigo.
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el mariachi
Humorkim namjoon, mejor conocido como el mariachi negro, toca serenatas por las noches a jin, madre de cinco mocosos, llamados la familia bangtan. ➡humor mexicano ➡capítulos cortos