Jimin
Hoy es el día.
El día en que Namjoon y mamá Jin tengan una cita a solas.
El plan sería un éxito, confirmado.
— ¡Namjoon vendría temprano mientras Jin se arreglaría, entonces le hablaré a Minhyuk para cancelar todo y ellos dos serán felices hoy y ataremos a Yoongi y lo colgaremos en la pared!
Taehyung me miró confundido y Hoseok rió.
—¡No estoy bromeando! —chillé.
—¿Crees que saldrá bien? Yoongi siempre arruina todo. —suspiró Taehyung.
—Puto —Jungkook me miraba atentamente desde los brazos de Taehyung.
—Cállate, niño —Tae cubrió su boca—¿Qué haremos para distraerlo?
—Bueno, Hoseok se encargará de eso. Como lo planeamos Hobi, es tu hora.
Hoseok se levantó del suelo y asintió con nervios, saliendo de la habitación para dirigirse con Yoongi.
—Mientras, llamaré a Nam Hyung, encárgate de que Jin no salga de la habitación.
Taehyung corrió a proteger el cuarto de mamá. Esto estará bien hecho, lo presiento.
Hoseok
Tengo miedo.
Caminé lentamente a la habitación de Yoongi, estaba dormido así que cerré la puerta con llave y me acerqué a su cama despacio, acomodándome sobre su cuerpo.
Yoongi ronroneó como un gatito y me miró, abriendo lento sus ojos. —¿Quién interrumpe mi...? Oh, eres tú, Hoseok. El único que puede hacerme despertar.
Él me sonrió y yo traté de sonreír también.
—¿Al fin decidiste empezar tú? —rió acomodándose debajo de mí.
Asentí con una gran sonrisa para suspirar. —Cierra los ojos.
Yoongi lo hizo, sí que es un tonto. Tomé el pequeño saco y cubrí su cuerpo para cerrarlo con cuerdas.
—¡Hey, estúpido! ¡Sácame de aquí! —gritó, ganándose un golpe de mi parte.
—Nop. Vamos, hermanito, sólo deja de molestar hoy.
Llevé a Yoongi al sótano y lo dejé libre, encerrándolo por supuesto.
Espero que Jimin tenga suerte.
Jimin
Llamé a Namjoon y llegó lo más pronto posible.
Entró a mi habitación y se arregló, tenía unas flores, se veían muy lindas.
—¿Esto funcionará? —preguntó algo nervioso.
—Síp, vamos, ve a la sala.
Le di una señal a Taehyung para alejarse de la puerta cuando Namjoon estaba en la sala. Jin bajó lentamente y se quedó paralizado al ver a Nam ahí.
—Niños... ¿Q-qué hace Namjoon aquí?
—Tendrán una c...salida juntos. Namjoon Hyung tiene el día libre y la pasará genial con ustedes. ¡Seguro que sí!
Jin me daría diez chanclazos al llegar a casa, pero eso no era lo importante ahora.
—Cuídense, besitos.
Jin se perdió en el rostro de Namjoon y sus ojos, que nos ignoró completamente y ambos salieron de casa.
—¡Lo hice! ¡Al fin lo logré! Hoseok, trae a Yoongi, quiero burlarme en su cara.
Hoseok llegaba con un saco que se movía, abriéndolo para que el estorbo de Yoongi saliera de él.
—¡Ya verás, inútil! Todo saldrá mal... —dijo molesto.
Me acerqué a Yoongi para abrazarlo y sonreí.
—¿P-por qué me abrazas, tonto?
—Eres un bobito. Puedes hacer lo que quieras ahora que está la casa sola.
Hoseok corrió a su habitación a encerrarse.
—¡Ven aquí, Kim Hoseok! —gritó Yoongi alcanzando a Hobi.
Taehyung rió y cargó a Jungkook en sus brazos. —¿Ahora qué haremos?
—Esperar a mamá y hacer desmadre.
Seokjin
¡Era un sueño!
Estaba con el negrito ojos claros de Namjoon, dios, es bellísimo. Agradezco por primera vez a los escuincles babosos, sin ellos no pudiese salir así con alto galán como el mariachi negro.
Tomé su mano, estaba cálida y él me sonreía cada vez que me miraba. De repente, una camioneta negra se estacionó frente a el parque donde estábamos. Namjoon estaba preocupado, así que sólo me dijo "vuelvo en un rato, príncipe" y se fue hacia esa camioneta.
Llevábamos ya un tiempo en aquel parque y apenas pude darme cuenta. Era tan hermoso estar con él que parecía irreal. Nunca pensé que alguien tuviese tanto interés en mi.
Namjoon no volvía, hasta que la camioneta se fue. Pensé que él vendría, pero no. Me quedé en aquel parque solo, comenzaba a hacerse tarde y nunca volvió. Tuve que regresar caminando a casa, empecé a sentirme tan mal.
Entré a la casa y todo era un desastre. Yoongi estaba mordiéndole el pie a Hoseok, Taehyung lanzaba a Jungkook al aire y éste caía en sus brazos, pero Jimin no estaba. Decidí no decir nada y fui a mi habitación a recostarme, ya no me importaba nadie, mucho menos ese estúpido mariachi del quien me había enamorado.
Namjoon
La pasé tan bien con Kim, me di cuenta que era una persona interesante que me contaba sus situaciones con sus adorables hijos. De repente sentí cómo latía mi corazón, Seokjin me gustaba de verdad.
Pero no podía ponerse mejor, pensé, aunque se volvió todo tan terrible. Los mariachinos lograron encontrarme, así que para seguir a solas con Jin, fui a ver qué necesitaban.
—¿Qué sucede, Jihoon? Ahora estoy ocupado.
—¡Sí que lo estás! Por eso mismo eres el próximo en ser despedido. No puedo creer que hayas estado una semana sin asistir a los ensayos. —Jihoon hablaba molesto mientras se acomodaba sobre los libros en el asiento ya que sus pies no alcanzaban los pedales.
—¿Despedido? —era verdad, estuve una semana componiendo una canción para Jin que no me había dado cuenta. Pensaba a diario en él, podría perder mi trabajo.
—Jooheon ya se fue, el siguiente eres tú. Sube si no quieres ser un fracasado.
Mierda, sin el dinero de ese tonto trabajo no tendría para pagar el departamento y menos para comprarle regalos a Seokjin. Quería avisarle que tenía que irme, pero la mirada de Jihoon me lo impidió. No quería irme, no ahora, en verdad tenía que aprovechar este momento con él.
—Jihoon, estoy en una cita. Por favor, déjame quedarme. Es importante.
—Hazlo si quieres desaparecer de la fama y vivir bajo un puente.
Era tan frío y astuto, no tenía otra opción. Subí a la camioneta con tanta vergüenza ¿Qué diría Jin ahora?
Al irme, pude notar su rostro de preocupación. Soy una persona terrible, y lo he arruinado todo.
ESTÁS LEYENDO
el mariachi
Mizahkim namjoon, mejor conocido como el mariachi negro, toca serenatas por las noches a jin, madre de cinco mocosos, llamados la familia bangtan. ➡humor mexicano ➡capítulos cortos