Jimin
Tonto, tonto, tonto ¡Tonto Yoongi!
Me di cuenta de que no lo estaba pensando, sino, estaba llamándole tonto a mi hermano mientras me subía en su cuerpo en el suelo, comenzando a darle pequeñas cachetadas con mis manitos.
—¡Bájate de encima, enano asqueroso!
—¡Eres un....!
Todos me miraron sorprendidos.
—No lo digas —pidió Taehyung tapándole las orejas a Jungkook.
—¡Un baboso!
Todos soltaron un grito.
—¡Lo dijo! —Hoseok se escondió atrás de Taehyung.
—Pues tu eres un zángano hijo de puta. —escupió Yoongi.
Juré que Hoseok se desmayó, hasta que abrió un ojito para seguir viendo la escena.
Mis manitos llegaron al cuello de mi hermano blanquito y comencé a apretárselo hasta que quedó color fantasma.
—¡Jimin, ¿pero qué demonios te pasa?!
Era mamá.
Me dolió cuando me jaló del brazo y me metió al sótano. Yoongi estaba llorando, apenas podía hablar.
—Escuincle maleducado ¿Qué te he dicho de pelearte? ¡Casi matas a Yoongi!
—Yoongi casi mata la esperanza del mariachi que vino a buscarte con flores.
Pude notar cómo los ojos de mi padre, al cual le gustaba que le llamásemos madre, se aguaron.
—Jimin... N-No digas cosas sin sentido. Te quedarás un rato aquí hasta que entiendas que estrangular a tu hermanito mayor no está bien.
Jin se levantó del suelo y salió del sótano. Me dejó sólo ahí.
Estaba oscuro y hacía frío. Busqué los bolsillos de mi suetercito pero mis deditos se encontraron con un pequeño papel.
Lo saqué rápidamente y lo comencé a leer.
Seokjin
Desde que te vi, un remolino de emociones invadió mi estómago. Pude ver cómo regañabas a tus hijos, a esos pequeños a los que llamas mocosos cuando son todos unos angelitos.
Reí ante eso. Namjoon sabía perfectamente que no era así.
Tus ojos color miel ante el sol, oscuros cuando te sonrojas y desvías la mirada. Lamentablemente no he tenido mucho tiempo para apreciarte, pero si tuviera todo el tiempo del mundo, miraría tu sonrisa una y otra vez.
Tu cabello castaño me encanta, me parece gracioso cómo intentas pasarte un mechón detrás de la oreja cuando tienes el cabello corto.
Ese no es el punto de esta nota. Quería disculparme por aquella cita, por haberme retirado como no era debido. La camioneta de los mariachis estaba cerca, me pidieron que te dejara o perdería mi trabajo... Puede que mi trabajo no sea lo mejor, pero ¿sabes? He estado ahorrando muchísimo para conseguir una casa. Por ahora no tengo un lugar en dónde vivir, y cuando lo tenga, te aseguro que te invitaré a cenar todas las noches en la terraza, donde después te cantaré "El triste" con mi grupo.
Estoy perdidamente enamorado de ti, Seokjin. Eres un padre, bueno, una madre ejemplar.
Yo quisiera ser un padre ejemplar.
No entendí mucho de la carta, pero sin darme cuenta, mis ojitos se habían llenado de lágrimas.
Lágrimas de felicidad. Namjoon era un hombre puro, y si él tenía que ser mi padrastro, iba a serlo.
—¡Mamá! —golpeé la puerta del sótano. Quería que leyera esto.
La puerta se abrió y caí al suelo. ¡Hoseok!
—Jiminie, mamá está en su cuarto y dejó la llave sobre la mesa. Pensé que no la alcanzaria ¡Pero me subí sobre Jungkook!
—¿QUÉ HICISTE QUÉ?
—No importa, salgamos de aquí, me castigarán si Yoongi se da cuenta que vine a rescatarte.
Reí y juntos salimos del sótano.
Toqué la puerta varias veces. No había respuesta.
—¡Mamá! —rápido, Jimin, una mentira para que atienda rápido— ¡Jungkook se cagó!
Escuché pasos rápidos y la puerta se abrió.
—¡A ver, Jungkook, te cambié el pañal apenas una hora! ¡No chingues!
Reí y tomé su mano, entrando a la habitación.
—Jimin ¿Pero cómo....?
—¡Eso no importa! Mira esto. —le entregué la hojita que Namjoon me había dado, él la miró curioso.
—¿Es otro de tus dibujitos?
—¡No! ¡Mamá! Tienes que leerlo, el mariachi lo dejó en la puerta esta mañana.
Noté sus ojos humedecerse. Me senté en el suelo y esperé a que leyera.
Al terminar de hacerlo, comenzó a llorar. Lloró mucho.
—Mami ¿estás bien?
Seokjin me abrazó fuerte. Seguía llorando.
—Mi amor... gracias por mostrarme esto. Iré a buscarlo por mar y tierra. Es la clase de hombre que siempre he buscado para mí, para ustedes...
Sonrió levemente y tomó mis mejillas.
—Mamá... a Yoongi no le agrada Namjoon. Trata de alejarte de él, pero yo quiero que estén juntos.
Jin sonrió una vez más —Ese Yoongi... ya se acostumbrará, Jimin, él no puede pasar toda su vida alejándome del hombre que amo. Simplemente no puede, y aunque lo intente, al final yo seguiré luchando por pasar el resto de mis días junto al precioso mariachi de tez morena.
No entendí mucho, pero sé que mamá está enamorado del mariachi.
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el mariachi
Humorkim namjoon, mejor conocido como el mariachi negro, toca serenatas por las noches a jin, madre de cinco mocosos, llamados la familia bangtan. ➡humor mexicano ➡capítulos cortos