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Seokjin

Era un simple día donde mis crías y yo cenabamos un trozo de pan porque las madres luchonas hacen lo que pueden por sacar adelante a sus bendiciones

—¡Mamá! —gritó hoseok cuando taehyung le lanzó una bola de pan con mocos —¡Taehyung me lanzó el pan!

—Pinche escuincle cochino, a ver chamaco deja de molestar a tu hermano y basta de desperdiciar la comida que me tardo mil años en conseguir, morro idiota.

Taehyung dejó de sonreír.

—Ufas ma, te pasas —el hermano blanquito se rió y una chancla voladora pasó por su frente y terminó dejándole un moretón en el ojo derecho.

—No te burles Yoongi, a ver lepes a su cuarto todos ¿quién me ayudará a cambiarle el pañal a Jungkook? —dije molesto.

Todos los niños corrieron a su cuarto, malditos mocosos, todo yo, todo yo y nunca me ayudan.

Fui al cuarto a limpiarle el pañal al morro, estaba todo surrado y me dió tanto asco que vomité en su cobija.

—Ahora tendre que lavar otra vez.

Mi rutina diaria es hacerle de tragar a los escuincles para que se vayan a la escuela, lavar su ropa y sus calzones, alistar sus cosas y tender su cama, limpiar la casa y salir a comprar la despensa, más cuidar al inútil de juncleto que no hace nada porque es un ingeniero, no tengo tiempo para ir a buscar a un joven guapo que me ayude a mantener a mis hijos.

—Mamá...—jimin salió de la habitación— ¿vas a contarnos un cuento?

Podrían estresarme demasiado estos huercos, pero nunca los dejaría de amar.

—Claro chimchim, voy en un momento.

el bajito sonrió y regresó saltando a la habitación.





Terminé de cambiarle el pañal a Jungkook y lo llevé al cuarto con los demás, les conté una historia y todos se durmieron menos yoongi.

—no duermas tarde—él asintió y le di un beso en la frente para después irme a dormir.

Hoy no era un buen día

el mariachi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora