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—Oye, David. —Hablo en voz baja.

Voltea a verme con una mirada dicaz, yo por mi parte simplemente lo veo con inocencia.

—Pensé que me llamaba arrogante para ti. —Dice con una mano en la quijada.

—No te hagas el... —respira, respira, recuerda el favor que le pediremos, hazlo como lo ensayamos—, David, querido, te quería pe-

—No. —Responde.

Y cuando reacciono a su respuesta él ya se está yendo caminando con mucha paz y tranquilidad.

Mi cólera sube de un 05% a un 75% hace que patee la primera cosa que veo, lo cual es un tacho de basurero y salen volando algunas las botellas de plástico que hay.

—Tranquila fiera, miau miau. ¿Ya te tranqullizaste? Me estoy comunicando en tu idioma.

Que chucha.

Volteo a mirar a la persona y es un alumno de último año, ese que era mi crush, pero que ahora me vale.

—Mal día eh, ¿podrías ayudarme a recoger las botellas?, se suponen que son para reciclar. —Me habla con una cara de total calma.

Doy un suspiro dejando salir mi frustración para poder ayudarlo.

—Me llamo Carl, ¿tú?

Lo ignoro y solo me concentro en las botellas. A los pocos minutos siento un dolor en la cien, resulta que es una tapa de una botella que fue lanzada por Carl.

—Brisa —Respondo de mala gana.

—Sabes... Eres muy amigable. —Inquiere dándome una sonrisa dulce.

No quiero chicos en mi vida, joder que agotador.

El chico arrogante [Sin Editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora