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Parte II

—¿Ya haz intentado gritar?

—No hay nadie —respondo.

—¿Empujar la puerta? —Inquiere.

—Me lo harían pagar. —Digo.

—Y que me dices de...

—Que ¡no!, ya lo eh intentado todo. —Me encogo más en el piso donde estoy sentada, escondiendo mi cabeza en las piernas.

Solo oigo los pasos del chico que hace un rato he desatado, y quiero que desaparezcan ya que me quiero sentir sola.

—Brisa... Estos últimos días haz estado rara, muy decaída...

Ya sé por donde esta yendo el tema, David quiere saber porque estoy triste, sin embargo no quiero decírselo a nadie.

Solo lo escucho hablar y hablar, sin prestarle mucha atención hasta que vibra algo en mi bolsillo. Es mi celular, veo en la pantalla es mi papá. Pienso en dejarlo sonando aunque David me mira expectante, por tanto me obligo a contestar forzadamente para que no me pregunte nada.

—¿Que quieres? —digo al celular.

—¿Dónde estás? ¿Quieres que te vaya a recoger, donde quiera que estés Bri? —se escucha una voz afable.

—No papá, solo quédate donde estas después voy. —Termino de hablar secamente y corto.

David no me ha quitado la mirada o al menos eso creo ya que creo que no se ha movido. No decimos nada, él se acerca y primera vez que me siento ansiosa de lo que vaya a hacer, se acuclilla ante mí entonces toca mi mejilla y limpia una lágrima que se me había escapado sin previo aviso.

No soporto más y los recuerdos me vienen de golpe, entonces provoca en mí algo que hace que lo abrace. Lo acerco a mí luego aprovecho para esconder mi cara en su cuello mientras que él solo soba mi cabeza con calma y pasividad.

El chico arrogante [Sin Editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora