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Oye, arrogante me sorprende que te hayas hecho amigo de Roger, él es muy buena persona para soportar tus anécdotas arrogantes e idiotas.

-B

***

—Hey, belicosa, podías decírmelo a la cara. —Habla David acercándose a mí.

Estamos en pleno recreo donde estoy disfrutando de mi deliciosa comida, además de estar totalmente tranquila y sentada en mi carpeta, pero tiene que aparecer para arruinarlo. Él está frente a mí, parado, mirándome con mofa.

—Es que me da miedo que se me pegue lo arrogante. —Respondo rápido para poder darle otra mordida a mi pan con queso.

—Oh, no me creo eso, tal vez es que estas desarrollando una especie de cariño hacia mí. No me sorprendería.

Ya una no puede comer su pan en paz, que clase de situación es esta. De verdad piensa que estoy enamorada de él, bueno le daré la razón para que deje de fastidiar.

—Oh... Como supiste eso, David, estas leyendo mi mente. Descubriste mi más oscuro secreto. Tienes razón, me gustas. —Hablo con sarcasmo pero en la última oración pongo mayor entonación para que logre entender que esa es la mayor mentira que he dicho.

—¡Oh, mierda!¡Sabía que pasaría! ¡Raúl me debes veinte soles! Yo te dije que ellos pasarían a la siguiente fase. —Grita Piero en voz alta haciendo que las pocas personas en el salón le presten atención.

—¡Piero! ¿Qué escuchaste de todo lo que dije? —Inquiero a sabiendas que mi pregunta me puede meter en más problemas.

—¡Que el David te gusta! —Grita con más euforia haciendo que los susurros comiencen entre las pocas personas.

Sabiendo el problema en que estoy, aún así, no puedo ignorar su falta de cuidado con su habla.

—Se dice David te gusta. —Le corrijo.

—A mí no, a ti pes. Sabía que la Brisa no podía ocultar más sus sentimientos, vez te lo dije Raúl. —Dice pegándole con el codo a su amigo mirándonos.

Después de unos segundos los estudiantes empiezan entrar al salón,  al mismo tiempo empiezan a correr el chisme de lo que acaban de escuchar y terminan por exagerarlo.

David se inclina hacia mi oído. —Va a ser una semana divertida.

Luego se va caminando campante hacia su lugar, mientras que yo doy un mordisco con furia a lo que queda de mi pan.

El chico arrogante [Sin Editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora