Parte III
Los recuerdos de mi madre aparecen en mi mente, de cuando éramos una familia feliz, eso era a mis diez años. A los trece falleció de cáncer y lo único que me dejo de regalo un año atrás fue un perrito y ahora... También él se fue, el único recuerdo de mi mamá... se fue y no puedo hacer más que sentirme triste. Salió corriendo cuando la nueva esposa de mi papá, dejó la puerta abierta... Debió ser horrible la escena y agradezco en parte no haber estado ahí porque se me hubiera partido el corazón.
Ahora abrazo fuertemente a David del cuello, tratando de reconfortante, mientras él soba mi espalda intentando tranquilizarme. Sin embargo, la tristeza me la he estado guardando una semana así que los sollozos y gemidos de frustración salen sin vergüenza, para sacar toda la tristeza que siento. Esa tristeza que me esta rompiendo.
—Yo quería que-e... se quedara más tiempo-o conmigo, era lo único que que-ería —Trato de hablar escondiéndome más en él.
—Tranquila, no sé lo que ha pasado, sin embargo, todo va a pasar Bri. El dolor no dura mucho, pasará. Lo sé. —Dice con mucha ataraxia que hace que los sollozos se calmen.
Sus palabras han apaciguado mis recuerdos. Después de unos minutos, aún no deja de abrazarme y yo tampoco lo suelto. No me siento con ganas de sentirme vulnerable ante él.
Al poco rato se escucha unas voces en el pasadizo, reconozco la de mi padre y la que ahora es su esposa. Se escucha la llave de la clase, entonces suena la puerta abriéndose. No quiero que mi padre, menos su esposa, me vean en este estado.
Siento que David mueve su cuello viendo de quien se trata, yo en cambio me escondo más en su cuello. Luego le pido un favor que para mí, puede ser el más importante.
—Por favor no me sueltes —susurro.
Mis brazos no han soltado su cuello y él no ha hecho el ademán de hacerlos a un lado. Así que los mantengo ahí.
—De acuerdo, belicosa. —Responde con un voz que es la más dulce que le he escuchado.
Las personas entran, se escuchan murmullos que parecen estar lejos pero poco a poco se van haciendo más audibles.
—¡Ahí esta! —Grita la esposa de mi padre.
—Bri... ven, vamos a casa. Afuera esta el auto —Se abre paso la voz de mi padre en todo el silencio que ahora abunda.
Niego con la cabeza, ignorando si me ha visto el gesto o no. Antes que alguien más vuelva a hablar, la siguiente persona que opina es una sorpresa.
—Señor, disculpe ella no me quiere soltar, ¿le molestaría mucho si yo la puedo llevar a su casa? Mientras en el camino la tranquilizo para que puedan hablar de forma calmada, porque ahora mismo no se siente bien.
Se escucha de parte mi padre un monosílabo que hace que una sonrisa de agradecimiento se asome en mis labios, gracias a David.
Yo colgada de él, apoyando mis piernas en sus caderas y brazos en su cuello, de esa manera salimos de la dichosa institución. Entonces lo único que hago es dirigirlo hasta mi casa dándole indicaciones y referencias.
En todo ese tramo de caminata mis pensamientos se calman, dejo de llorar y poco a poco voy recuperando mi estabilidad psicológica.
Cuando llegamos me bajo de estar encima de él. Antes que pueda decir algo le intento dar un beso en la mejilla, el voltea al lado equivocado provocando que se produzca un yerro de un beso en los labios.
Siento sus labios fríos y suaves, sin embargo al instante me separo. Dejando una palabra de agradecimiento en el aire mientras me voy corriendo a la casa de mi padre.
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El chico arrogante [Sin Editar]
Cerita PendekÉl... Bueno, él sabe como hacer sentir mal a las personas en algunas ocasiones. También es muy inteligente de modo que presume sus cualidades intelectuales despreciando a los demás. Y a veces se comporta muy huraño... Solo sabría decir que él es un...