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-¿Qué haces aquí?
-Vine a verte, necesito hablar contigo.
Por un minuto pense en negarme,pero al mal paso, darle prisa, ya se que no me queda otro remedio.
- entremos.
Pase junto a el y abri la puerta. El entro y se sentó en el sillón  frente a mi.
-¿Ya aberiguaste?
-Si. No le des vueltas y dime que quieres de mi.
-Quiero que vivamos juntos, que conozcas a mi familia y que llevemos esto a cabo por un tiempo.
-¿Cuánto tiempo?
-No lo se, unos dos años.
Comencé a reir como loca y el frunció el ceño por mi gesto.
-Quieres que finja estar casada contigo dos años enteros.
-Si.
-Estas loco. Yo no pienso estar contigo tanto tiempo.
-No pues si quieres para siempre.
-Ahora yo si se que tu estas mal.
-Lo haras te guste o no, porque te puedo demandar.
Lo mire detenidamente sin bajar la mirada de sus ojos, parecía una guerra de poder entre ambos.
-Bien, pero Dilan viene conmigo.
-¿Quién demonios es Dilan?
-Mi hermano.
-¿No lo pueden cuidar tus padres?
-No.
-¿Por qué?
-No te importa.
-Bueno no discutamos, dime cuando te puedes mudar a mi casa.
-Mañana.
-Perfecto. Te dejare una lista con mis gustos personales y aficciones, aprendetelo.
-De acuerdo.
-Así me gusta, obediente.
El se levanta para irse y antes de que salga yo hablo.
-Mi nombre es Katia Laurens, tengo 23 años, mis padres murieron hace tres años, mi hermano mayor es Grek Laurens dueño del Hospital de Investigaciones Oncológicas Laurens, mi otro hermano más peuqeño es Dilan Laurens y Vivirá con nosotros porque tengo su custodia. Estudie fotografía en Francia y me gradue de periodista en Italia. Mi color favorito el blanco, cumplo el 15 de octubre y soy libra en el zodiaco. Soy alérgica al pescado pero adoro los mariscos, odio las verduras y casi todas las frutas, los dulces y postres caseros no me agradan pero soy buena preparandolos y soy amante del helado y el chocolate. Mi mejor amiga se llama Beatriz Foxter. También Irina Jilecton es mi amiga, ella esta casada con mi hermano Grek, amo viajar pero le temo a las alturas, no se nadar pero me encanta ir al mar para liberar las penas cuando me siento frustrada y lo más importante, odio que me den ordenes. Esa es mi informacion, aprendetela.
Me pare junto a el y le abri la puerta, su expresión es digna de una foto, esta palido y no se si se difine como enojo o sorpresa pero no lo descubriré, lo empuje fuera de mi casa y cerre la puerta tras él.
El día siguió con normalidad, llame a Bea y dijo que estaban en el supermercado. En la información de el no había nada mas que sus muy obvios gustos.
Entre a mi habitacion y comience a preparar las maletas.

Pov Lucas
-Amigo este fin de semana iremos a Ibisa.
-No puedo.
-Porque no. No me digas que te dio por ser fiel.
-No, pero no me quiero arriesgar. Ella es un mujer bastante fuerte, no quiero malos entendidos.
-Yo creo que a ti te gusta tu esposa.
-Me intriga no saber lo que hicimos esa noche. Joel la tuve sobre o debajo de mi, como eran sus movimientos, el sonido de su voz diciendo mi nombre es increible, te imaginas lo que habrán sido sus gemidos, o su pelo rojo revuelto sobre su cara. Joder el solo imaginarme a esa chica me enloquesco.
-Creo que te diste un fuerte golpe en la cabeza.
-No seas idiota. Me gusta, es solo eso.
-Pues cuidado compadre, no vaya a ser que te haya llegado el amor y no te hayas dado cuenta.

Pov Katia.
Cuando detuve el auto fuera de la casa de Lucas quede totalmente sorprendida, estaba parada frente a la que por muchos años fue mi sueño, de niña desia que viviría en esta casa de inmensos jardines, queria correr y subirme a los arboles, pero nunca fue así,  mis padres no pensaban igual.
Pasamos el portón y mire a mi pequeño hermano, estaba nervioso, sus manitos sudaban y Apesar de estar sonriendo sus ojitos demostraban el miedo que tenia.
-Tranquilo mi vida, verás que todo saldrá bien.
-¿Estas segura?
-Si.
Llegamos a la puerta y cuando tocamos una señora mayor de tez blanca y con unos inmensos ojos negros nos abrió la puerta.
- buenas tardes.
Dijo amablemente y yo sonreí y respondí igual de amable.
-Yo soy Katia, la esposa de Lucas Divanti.
La señora llevo una mano a su boca y sus ojos se aguaron.
-Dios santo pero si eres bellisima. Pasa , ven.- me abrazo y me dio dos besos.La emoción en su voz aumento cuando le hablo a Dilan.-Tu debes ser Dilan, -Ella le extendio la mano y mi hermano se la estrecho muy cortesmente.
-Un placer señora.
-Nada de señora llamame Greta o si prefieres nana.
-He... señora Greta ¿Lucas esta?
La sonrisa desapareció y hizo un gesto de molestia que me deconcerto.
-No me diga señora, háblame de tú.
-Si usted también lo hace, yo lo hare.
Ella dudo unos minutos y luego asintio.
-Ok, ah, Lucas esta en su despacho, es esa puerta, mientras hablan llevare al niño a la cosina
-Gracias Nana.
Ella volvió a sonreír y no pude pasar desapercibido que sus ojos se volvieron a cristalizar.
Mire ha mi alrededor y si esa casa por fuera era bella, por dentro era un sueño, avance a la puerta de la despacho y sin tocar entre encontrándome una espantosa imagen.
-¡Mierda! Que asco.
Lucas abrió sus ojos sorprendido y subio su pantalón con mucha agilidad, la chica de servicio, lo se por su uniforme, se bajo la falda y se abrocho un par de botones, ella era más alta que yo y de tez morena, tenía los ojos negros azabache y una gran constitución física. Su pelo negro estaba recojido en un moño arruinado por la acción que estaba realizando.
-¿¡Que no sabes tocar!?
Grito mi marido y la muchacha se asusto.
-Señor, con su permiso.
-No, linda no te vayas, hablemos tu y yo.
-Te hice una pregunta.
Volvío a gritar él y yo lo ignore por completo. La chica se acercó a mi y me miró a los ojos fijamente.
Yo la mire de arriba a abajo, su falda estaba extremadamente corta y su blusa demasiado ajustada. Ella sonrio de lado y me paso por alado para salir.
-De más está decir que estas despedida.
Ella paro en seco, lo se porque dejaron de escucharse sus ruidosos zapatos en el piso.
-¿Que dice?
-Esta usted despedida señorita.
-Usted no me puede despedir.
Ahora levantaba su voz. Retrocedio y se paró frente a mi nuevamemte.
-Si, puedo, soy tu esposa ¿cierto Lucas?-Dije mirando a mi esposo  con una sonrisa en mi rostro.
Ella lo miro a él que estaba rojo de rabia.
-¿Que mierda haces?
-Lucas soy tu esposa, ¿si o no?
Le grite y el parecía frustrado.
-Si.
Dijo finalmente y la chica palidecio.
-Ahora largate zorra, antes de que te mande a sacar.

De Mentira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora