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-No me mires así.
-Tu no eres dueña de esta. empresa, deja de tomar decisisones, esa chica es recepcionista porque no tiene estudios.
-¿Ana si los tenia? Porque eso que la vi haciendo no requiere una escuela.
-Katia no es gracioso, no cualquiera puede ser mi secretaria, Ana sabe hablar tres idiomas y estudio Hoteleria. Y mira que casualidad, esto- señaló haciendo círculos refiriéndose al lugar- Es un Holding Hotelero.
-A que bien por ella. Yo hablo 10 idiomas y estudie periodismo y fotografía. Me acuesto con quien se me pega la gana, y nunca he tenido la necesidad de buscar hombres casados y menos, si son mis jefes.
-No es gracioso Katia.
-A mi tampoco me parece gracioso ver a mi esposo desnudo sobre su secretaria en su oficina.
-Katia no seas dramatica.
-No, Lucas no soy dramtica. Tu quieres que hayan cuernos, pues bien.
Saque mi celular para marcar el numero de Hunter. Un chico con el que suelo pasar el rato.
-¿Que haces?
-Estoy llamando a mi cita de esta noche. No me esperes despierto.
Me arrebato el teléfono de las manos con rabia.
-¡Tu no iras a ningún lugar!
-Pues tu tampoco te acostarás con más ninguna puta.
-¡Que quieres!, soy hombre.
-Si, y yo mujer, tengo las mismas necesidades que tú.
-Ya basta.
Se levantó dando un golpe a la mesa con sus manos.
-Te lo adverti Lucas, te dije lo que le pasaría a cada una de tus zorritas a medida que las fuera descubriendo. Ahora no te quejes.
-Eres una maldita inmadura.
-Tu eres un idiota que no es capaz de mantener su polla dentro de sus pantalones ni una semana.
-Estoy harto, no puedo con una mujer como tú, casarse con Teresa seria mas sencillo, follaria a diario y podría poner cuanto cuerno quisiera.
-Ya, claro, y también tendrías que aguantar su estupida vocesita a cada segundo.-Rei al pensar en Lucas con Teresa. -Ya lo imagino ''Lucas, quiero un auto'' ''Lucas quiero un anillo de diamantes'' ''Lucas quiero ir a las vegas'' ''Lucas quiero follar''., dios me dan náuseas de solo inaginarlo.
Su semblante se relajo y comenzó a reir a carcajada.
-Sería una pesadilla.
Ambos seguimos riendo hasta que nos fuimos calmando, mire a sus ojos y encontré dicersion.
Me relaje y hable sonando cuerda para él por primera vez desde que comenzamos a hablar.
-Porque no volvemos a intentar, una semana, solo eso te pido, si eres capaz de serme fiel siete días juro que te mostraré que tan fogosa puedo ser.
El pareció pensarlo y luego asintió resignado-No me queda de otra, la próxima vez la pobre muchacha podría acabar en un hospital.
Rei por su chiste y asenti.
-Ahora vamonos, la decoración nos espera.
-¿La decoración?
-Faviola imbecil.
-Ah, cierto. Vamonos. Y por cierto te ves muy bonita.
-No seas hipócrita te acabo de ver follando con otra.
-Eres muy comprensiva.
-No soy comprensiva, soy realista. Pero estas advertido, si no quieres arruina...
-Si, si, si. Entendi. Nos vamos ya.
-Vamonos.
⌚⌚⌚⌚⌚⌚⌚⌚⌚⌚⌚⌚⌚⌚⌚⌚
El almuerzo con Faviola fue divertido, desidimos los detalles faltantes y ella nos habló de una nueva campaña que haría y de paso me pidió que fuera la fotografa.
El rato se paso volando y ya nos debíamos irnos. En el camino al estacionamiento se me torció un tobillo y mi esposo me cargo en sus brazos para ayudarme
- No me ayudes.
-Eres mi esposa.
Sonrei y enrede mis brazos alrededor de su cuello.
-No actúes como si fuésemos amigos.
-Pero podemos ser amigos, si tu lo quieres claro.
-No, yo no quiero que seamos amigos, tú eres mi esposo.
Se detuvo frente al auto pero no me solto.
-Eres una caprichosa.
Sus labios se curvaron en una pícara sonrisa.
-Y tu eres un insufrible.
-Pero soy guapo.
-Y yo soy sexi.
Nos quedamos cayado unos minutos, sus ojos puestos en los mios.
-Sabes que quiero hacer ahora mismo?
Me pregunto sin dejar de mirar mis ojos.
-¿Qué?
-Quiero darte un beso.
Sonreí y lo mire directo a los ojos.
-Es una lastima que no puedas hacerlo.
El dejo de sonreir y me puso en el suelo.
-E ahí a la Katia de siempre. ¿Nunca dejas de ser fria?
-En la cama.
Respondi sin más.
- No comprendo porque te empeñas en acabar conmigo.
-Tú te empeñas en acabar contigo, yo no hago nada, solo descubrirte.
Se acercó peligrosamente a mi y me tomo por la cintura. Mi corazón empezó a latir a gran velocidad, y sentí que el podía escucharlo también.
-Juro que esta vez si aguantaré y que en siete días te tendré sobre mi cama gimiendo de placer.
-Yo te juro que no seré la única gimiendo.

De Mentira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora