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-Te ries poruqe sabes que no estoy ahí para mirarte mal.
-No...es...es muy gracioso.
Intenté normalizar mi respiración pero se me complicaba a cada segundo que avanzaba la conversacion.
-No es gracioso, Beti,  me mira diferente, se que lo estoy conseguiendo.
Se me removió el corazón pero no podía traicionar a mi amiga
-Dios, no me creo lo que dices.
-pero bueno, me llamaste para pedirme un favor así que hazlo.
-Tan rápido?
-Si, ya te dije, estoy feliz así que puedes usarme.
-Yo sigo pensando que te equivocas pero no pienso contradecirte, Beti, como la llamas, es demasiado inteligente para ti. Pero bueno, al punto, te enviare unas invitaciones a un desfile, me serviría mucho que tu y tu madre asistan. Sería muy ventajoso.
-Sabes que no voy a esos eventos.
-Por eso es un favor iper especial, la chica es muda, pero tiene un talento brutal, no quisiera que se desperdiciara.
El se quedo en silencio unos minutos y luego contesto.
-De acuerdo, envíame la información a mi correo, no te prometo que me quede, pero asistire.
-Eso seria suficiente. Gracias.
-No es nada, ah, espera...
-¿Que pasa?
-¿Le diste mi número a Faviola Divanti?
-Yo...
-Tranquila, no importa, pero la próxima,  avisame.
-Listo. Nos vemos ese dia.
Corte la llamada y me deje caer en la cama circular de mi estudio en casa. Mire el techo y sentí como todo el cuerpo me comenzaba a pesar, increíblemente me sentía agotada todos los días. Esta tarde debo terminar mi maleta para poder viajar a España.
Salí de la habitacion y baje a la cocina, a pesar de haber comido hace poco, de nuevo tenía mucha hambre.
-Julie, me preparas un sándwich con muchísimo queso, y un jugo de manzana.
-Si señora.
Me sente en la isla para esperar pero cambie de idea...
-Espera... no lo prepares, mejor hazme una ensalada de frutas, muy frescas, el jugo si se mantiene.
-De acuerdo señora.
-Oh, mejor aun...preparame ambas cosas, tengo ganas de comer queso.
-Si señora.
Repitio ella. Y ne sentí mal por mi cambio, pero se me antojaban las dos cosas. Mientras lo preparaba abrió la eladera y vi adentro una torta de chocolate. Me baje de mi taburete y fui a por un trozo. Julie me miró extrañada y yo seguí comiendo. Cuando todo estuvo preparado empecé a comer, acabe con ambas cosas de inmediato pero aún tenía hambre.
Julie, me miraba suplicante de que saliera de la cosina y me sentí mal por ella.
-Gracias, Julie, estuvo delicioso.
Subí a mi habitacion y me metí a bañar, Lucas y Dilan estaban en el mentado partido de fútbol al que iban semanalmente.
Debían estar por llegar así que llene la bañera y le heche sales aromáticas al agua, hice burbujas y me meti adentro. El agua caliente relajó mis músculos tensiónados y el sueño me fue ganando poco a poco.

Pov Lucas
Entre a mi habitacion a toda prisa, después de un partido de fútbol un buen baño es lo único reparador. Me extrañó no ver a Katia, pero todo eso se esfumó al entrar al baño y ver su ropa desparramada en el piso y el suave olor de las sales que ella usa, fue solo cuestión de llegar a la bañera para encontrarla de espaldas dormida. La espuma cubría casi todo su cuerpo pero yo sabía que estaba totalmente desnuda, su cara tan bella, estaba sudorosa y su cabello que estaba recogido había soltado varias ebras de cabello. Tan pequeña, tan delicada, tan hermosa. Pensé para mi y una sonrisa se dibujo en mis labios. Desde que me acosté con ella esas emociones que sentía de solo verla se intensificaron, ella solo tenia fríos los ojos. Para mi, no había mujer mas fogosa y candente en el universo. Habíamos tenido sexo, habíamos follado, habíamos quedado saciados muchas veces, de hecho eso era así con cada mujer que me llevaba a la cama. Pero en este intante, justo ahora no quería solo sexo. Los dedos me picaban por enredarse en su cabello, mi nariz moría por pasearse por sus mejillas, quería acariciarla, besarla, quería grabarme su cuerpo como un tatuaje en mi corazón. Quería estudiarla, ver más de cerca sus peuqeñas pecas, quería a toda costa hacerle el amor.
Joder, Lucas, de que hablas, es tu esposa de mentira, ella mismo lo dijo, todo acabara.
Aunque mientras dure, que me cuesta disfrutarlo. Me acerque y bese su frente, acaricie su cuello, deje un regrero de besos en su rostro y ella despertó con una linda sonrisa en su rostro.
-Llegaste!
Dijo y yo la callé con un beso, pero no uno urgido, no uno pasional, ni violento. Sino uno lento, suave, la bese con necesidad de aprenderme su boca de memoria, y descubrí que ya me la sabia, su lengua estuvo  quieta unos segundos y luego me siguió en el juego, nos besamos con dulzura, con delicadeza. Sentí como todo mi cuerpo caía rendido ante ese simple beso. Mi pecho se agitó y mi corazón no paraba de bombear sangre a mil por segundo, todos mis sentidos estaban en ese beso, ese beso que lo cambio todo.
No es necesario decir lo que paso despues, mi ropa desapareció y me metí en la bañera con mi esposa, nos besamos mucho rato e hicimos por primera vez, el amor, despacio, lentamente. Le acaricie la espalda, le bese el cuello, la mire a los ojos adorando su belleza y en mi interior lo grite a viva voz...Te amo, Katia, te amo muchisimo.

De Mentira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora