Sentimientos encontrados

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Después de lo ocurrido con los chats, todos (los del grupo) en el colegio actuaban como si no hubiese pasado nada. Ni se miraban siquiera. La profesora Mcgonagall avisó a todos los alumnos sobre una visita a Hogsmeade, y en enseguida partieron.

Pansy se alejó de su típico grupo y caminaba por sola y cabizbaja mientras se dirigía a HoneyDukes. Para su sorpresa, al entrar, vió a cierta castaña Gryffindor comiendo dulces de miel, varitas de goma, pasteles de caldero y ranas de chocolate.

Hermione no dudó y la saludo con un movimiento de su mano y se acercó a ella, no le importaba que otras personas la vieran raro.

—¿Quieres? — preguntó amistosa ofreciéndole sus golosinas.

Pansy estaba muy confundida por el acto de amabilidad de Hermione, se suponía que no se caían bien, que acaban de "discutir" por chats. Pero le sorprendió aún más la cálida sonrisa que la gryffindor le ofrecía.

—De hecho iba a comprar pasteles de calabaza— dijo Pansy desalentando a Hermione, la Slytherin se percató al instante de su comportamiento.

—¿Quieres acompañarme Granger?

Directamente no lo pensó, simplemente lo dijo, fue como un reflejo. Hermione sonrió aún más, cosa que hizo sonrojar a Pansy.

Y así sin mas se fueron, muchos alumnos las veían raro. Jamás iban a creer que ese par llegaría a llevarse bien. Ambas caminaban juntas mientras comían dulces, hasta que llegaron a Las Tres Escobas.

Ahí, se sentaron un poco alejadas de la multitud para no sentir la pesada mirada de los demás sobre ellas. Compartieron una mesa mientras ambas conversaban y reían divertidas.

—¡Cerveza de mantequilla!— dijeron al unísono y rieron como niñas de ocho años.

Cuando las bebidas llegaron, siguieron con su conversación.

—¡No sabía que eras tan divertida, Granger!— dijo entre risas.

—¡Ni yo, Parkinson! — imitó dándole un sorbo a la cerveza.

Ambas parecían conectar, ya que ninguna ponía resistencia a tratar de llevarse bien, Pansy por su lado comentó algo que hizo que la castaña se pusiera sería.

—Sabes, no eres como Draco te ha descrito— soltó de repente, y al instante se arrepintió de haberlo dicho en voz alta teniendo arruinar en buen momento.

—¿Ah sí? Como que— preguntó llevándose una mano a la barbilla.

Por dentro la slytherin temblaba de nervios, no quería que Hermione se enojara con ella así que decidió decirle la verdad, pero con cuidado y sutil.

—Bien, decía cosas como: Ratón de biblioteca, dientes de castor y obviamente sangre sucia

Hermione se quedó callada, y bajó su mirada abajo. Oh, genial Pansy pensó, por dentro de estaba muriendo de la lástima al ver que la castaña no levantaba la vista, hasta que sin darse cuenta lo hizo.

—¿Y tu que crees?— dijo mirandola dijo a los ojos.

—Estaba equivocado— dijo lo último con algo de confusión. Nunca creyó que se llevaría tan bien con ella en tan poco tiempo, sería mucho más fácil llevarse a partir de ahora. En cuando a Hermione, estaba igual, solo que deseaba que dejara de llamarla por el apellido, pero ya tendrían tiempo de hablar sobre eso.

Dentro de la gryffindor yacía algo que se cuestionaba y decidió sacarse la duda.
Al terminar de beber sus cervezas, se fueron nuevamente al castillo, pero antes de que cada una se despida, Hermione tomó a Pansy de su túnica.

—Quería... preguntate algo— su voz de oyó cortada por los nervios.

—Dime— le dijo mirandola a los ojos.

—Dejalo, tal vez no deba— negó con la cabeza y bajó la vista.

—Anda dime

Hermione apretó sus mangas y soltó.

—¿Por que te interesas tanto en Draco?

Hubo un silencio.

Pansy bajo la vista antes de contestar, le habían hecho esa pregunta miles de veces, pero ahora algo había cambiado. Se encontraba totalmente ausente, estaba ¿dudando?, así es, estaba dudando y eso la asustó.

—¿Parkinson?— llamó la gryffindor.

La slytherin la miro, su mirada era sería y firme.

—Tenías razón, no debiste preguntarme— finalizó siguiendo su camino hacía las mazmorras dejando a Hermione inmóvil.

La castaña se dirigió a su torre cabizbaja y cuando llegó comenzó a hacer tarea, eso solía ponerla de buen humor. Mientras tanto, Pansy llegó a su sala común y por su cabeza pasaban mil cuestionamientos, decidió irse a la cama para aclarar su mente, pero sobre todo se sentía culpable.

De pronto, comenzó a sonar su celular.

Todo comenzó con un mensajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora