Harry Potter y el Apocalipsis Muggle

Capitulo 18

¡No estoy solo!..

Ya que todos estaban con sus manos sobre la roca a excepción de Hermione, Harry y Draco, desaparecieron en un remolino, entonces se dispusieron a ir por la Señora Parkinson..

Al verlos irse, Harry dijo, - Bien.. ya se fueron, y ahora nosotros debemos hacer lo mismo..- Draco lo interrumpió, - Granger.. ¿Por qué no podemos llevarnos también a mi madre?.. se que ella te pidió algo.. lo veo en tu mirada.. ¿Qué fue?- la castaña le contestó, - Ahora no Malfoy.. tu Madre me... dijo que.. que la dejáramos.. ella nos contactará al debido tiempo.. créeme que a mi también me cuesta mucho dejarla tan.. vulnerable.. pero ella tomo su decisión y a nosotros nos toca respetarla..-

Malfoy le dijo, - pero..- Hermione molesta le dijo, - ¡Ella así lo pidió!.. me encargare de que no le pase nada.. ahora vámonos ya perdimos mucho tiempo, tenemos que caminar más de tres kilometros para ir a la tienda de campaña.. ya es de día y estamos siendo un blanco fácil.-

Draco al sentirse intimidado por las palabras de Granger, asintió y empezó a caminar de regreso por donde llegaron, Harry y Hermione se miraron un instante y siguieron al Slytherin.

Al salir de la fortaleza vieron que varias de las tiendas de campaña habían desaparecido, por lo que alarmados se tomaron de las manos y desaparecieron en una parte de desierto donde no había nada, Hermione frunció el ceño y dijo, - ¿En dónde estamos?.. ¡Malfoy!.. a donde nos has traído...- el mencionado levanto aus hombros y estaba por contestarle cuando Harry dijo, - Perdona Hermione.. fui yo.. me alarme y.. solo recordé esta parte de donde hemos pasado en algún momento.. y aquí nos aparecí.. no se hacia donde ir..-

Malfoy se carcajeo y dijo, - jajaja eres un imbécil Potter..- Harry se enojó y pronuncio, poniendo su varita en forma horizontal sobre su mano, - ¡orientamé!- al instante la varita se movió y apuntó a un costado de donde estaban, Hermione emocionada le dijo, -Bien Harry... ahora sabremos a donde ir.. ok.. a donde apunta es el norte y a donde vamos es al Este.. así que vamos.. debemos encontrar la tienda de campaña antes que los Mortífagos-

Ya habían pasados horas y no lograban dar con el lugar, se sentaron en la arena y se refrescaron, Draco estaba molesto, había caminado mucho y sus pies le dolían como nunca, -¡Demonios.. estamos perdidos!.. ya estoy cansado de caminar-

Hermione cansada le contesto, -Debemos estar cerca.. ya hemos caminado mucho.. solo un tramo más.. esperen.. miren.. es un destello azul.. vamos..- Harry y Draco miraron a donde señalo la Ojimiel y fueron hacia allá.

Por fin habían llegado, encontraron la roca donde pusieron la tienda de campaña, entraron y encontraron a la señora Parkinson aun amarrada y dormida, entonces Harry habló, -Vaya por fin.. pero.. y los ¿demás?.. no están..-

Hermione miró por todos lados y comprobó lo que decía Harry no estaban los demás encapuchados, Draco entonces dijo, - Será mejor que nos llevemos a la Señora Parkinson y nos vayamos.. esto es..- no termino de hablar cuando fueron inmovilizados, entonces se escucharon risas, y el cuerpo que creían que era de la Señora Parkinson se desvaneció, era un trampa, al momento se dejaron ver los seis Mortífagos que habían derribado anteriormente, entre ellos estaba la Señora Parkinson sin su marcara.

Después de amarrarlos, empezaron a preguntarles sobre lo que habían hecho, ninguno habló, hartos y desesperados los encapuchados por no obtener respuestas, cuatro de los seis se acercaron a Draco y a Harry y los empezaron a golpear, pero aun así ninguno de los dos emitió ni una palabra, entonces Hermione dijo, - ¡Basta!.. por favor.. ¡Ya déjenlos!.. son unos monstruos.. son unos barbaros..-

La Señora Parkinson se echo a reir y con su varita en mano apunto a la castaña y dijo, - ¡cruccio!.. ¡cruccio!.. jaja.. ¡cruccio!.. Maldita Sangre Sucia.. ¡Grita!.. vamos.. ¡Grita!..- La Gryffindor trataba de aguantar lo más que podía, mordió tan fuerte su labio inferior que termino por hacerlo sangrar, Harry estaba colérico, Malfoy sintió un profundo coraje, y una admiración por la castaña.