Hermano,Ha Llegado La Hora De Hablar

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Tai nos condujo al Castillo de nuestro enemigo, Matt y él lo habían encontrado en su último viaje al Digimundo, aquel en el que descubrieron a su verdadero enemigo y sus digimons fueron trágicamente derrotados. Mi hermano y yo no nos habíamos dirigido la palabra desde nuestra llegada, en cambio, con Tai no paraba de hablar por lo bajo. ¿Qué nos estaban escondiendo?

-Es aquí- dijo Tai señalando el inmenso edificio que estaba delante de nosotros

-T.K., por favor, no entres- me dijo Matt

-¿Puedes decirme de una vez lo que pasa?

-Sólo... si me prometes que no entrarás

-No puedo prometerte eso

-Vamos, ya es hora de que el chico lo sepa- dijo Tai apoyando una mano en el hombro de Matt

-Esta bien- dijo él soltando un suspiro- T.K., esto...- dijo y finalmente Matt comenzó a contar lo que había ocurrido aquel día, aquello que tanto había insistido en ocultar:

"Finalmente habíamos conseguido derrotar al que hasta el momento creíamos que era nuestro enemigo, Adremon, pero de repente el suelo comenzó a temblar y de este salió un gran digimon. Era muy alto y delgado, tan delgado que daba grima verle; tenía dos grandes alas de pájaro con escasas plumas, las cuales parecían como podridas; sus articulaciones eran largas, largas y extremadamente extrañas, estaba tan delgado que incluso se le transparentaban los huesos y se le notaban tanto las costillas que parecía que no tenía piel encima; sus manos eran como garras y sus uñas extensas, afiladas y retorcidas; en su rodilla tenía un rascazo a través del cuál se le visualizaba el hueso; respecto a la cara tenía una parte azulada, cómo una gruesa linea, el resto era blanco como la nieve; y carecía de pupila en su ojo derecho, en el cuál también tenía una cicatriz que le recorría la mitad de la cara; se hacía llamar Dorokomon. En un segundo lanzó un ataque que devolvió a WereGarurumon y MetalGreymon al nivel infantil, ninguno de los dos era capaz de moverse. Pensamos que ese era nuestro fin pero Dorokomon no tenía interés alguno en nosotros
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-Esperanza- dijo abriendo la boca y desprendiendo sangre por está al hacerlo. Su voz era muy profunda pero afónica, daba escalofríos

-Esperanza- repitió y yo inmediatamente pensé en T.K., estaba seguro de que se refería a mi hermano.

-¿A que te refieres?- pregunté yo

-La esperanza debe morir

-¿Cómo puede morir un sentimiento?- preguntó el burdo de Tai

-Sencillo- dijo el riendo, al reír más y más sangre le salía por su boca- matar al que posee la esperanza

-¿T-te refieres a T.K?- pregunté yo temiéndome lo peor

-¿T.K? Así que ese es el nombre del portador de la esperanza...

-¡Ni se te ocurra tocarle ni un solo cabello a mi hermano!

-¿Hermano? Así que la amistad y la esperanza son familia

-Eso no te importa- dije totalmente frustrado apretando con fuerza mis puños

-Tú me traerás a la esperanza

-¿Qué? ¡Jamás!

-Oh, si lo harás- dijo y acto seguido envolvió a Gabumon en una esfera negra, yo intente impedirlo pero esa esfera quemaba, esta comenzó a levitar y se dirigió hacia él- Lo harás si quieres volver a ver a esta cosa

-¿Pero por qué? ¿Por qué a él?

-Eso no es de tu incumbencia, ahora larguense si no quieren que los mate aquí mismo- dijo y no tuvimos mas opción que obedecer. Y eso es todo"
Al terminar de escuchar el relato de mi hermano había comprendido al fin que realmente si me quería, tal y como había dicho intentaba protegerme... pero yo no quería que me protegiese

-Hermano...- es todo lo que pude pronunciar

-No digas nada, T.K.

-¿Es eso cierto?- preguntó una preocupada Hikari Yagami a su hermano mayor y este asintió

-Pues yo estoy con Matt, T.K. no quiero que pongas tu vida en peligro, no entres- dijo mi adorada muchacha y todos asintieron.

-No, yo no puedo permitir que se pongan en peligro por mi culpa, si a mi es lo que busca a mi es lo que encontrará, venceremos a ese monstruo, ¿verdad Patamon?

-¡Claro!- confirmó mi compañero

-No digas tonterías...- comenzó a decir Miyako

-No- interrumpió Davis- yo estoy con T.K., si estuviese en su lugar tampoco me perdonaría que mis amigos lucharan por mi. Vamos, el rubiales es fuerte, no se dejará matar fácilmente- dijo apoyando el brazo en mi hombro- Además estaremos todos juntos, protegiéndolo, unidos no podemos fallar-dijo y yo sonreí, creo que esa fue la primera vez que obtuve apoyo por su parte

-¿Estás seguro T.k?- preguntó Mimi, con un gesto de preocupación en el rostro, al igual que los demás

-Si- respondí decidido

-Entonces vamos- dijo sonriente la portadora de la inocencia y emprendimos camino. Cuando estábamos a punto de abrir el gran portón mi hermano me volvió a agarrar del brazo

-Por favor, no vayas, T.K.

-No te preocupes por mí, es más, eres tú el que no tiene compañero, tal vez deberías quedarte tú, no me lo perdonaría si te pasase algo

-Por eso mismo tengo que entrar, Gabumon me espera

Digimon Adventure Agujas RotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora