MagnaAngemon atacaba con todas sus fuerzas pero el enemigo ni se inmutaba, ni se molestaba en defenderse, tampoco atacaba, sólo permanecía inmóvil con una siniestra sonrisa en su rostro.
-¿Has acabado?- le preguntó burlescamente Dorokomon a mi compañero y acto seguido sin apenas inmutarse le lanzó un rayo oscuro, era tan potente que me impulsó hacia atrás, caí de golpe, tenía algunas heridas y la ropa llena de polvo, pero estaba aceptablemente bien.
-¡MagnaAngemon!- grité yo mientras veía a mi amigo caer en picada al suelo. Al aterrizar ya había regresado a su etapa bebé II. Me levanté cómo pude y fui corriendo a su lado pero no respondía- Tokomon,por favor, Tokomon, despierta
-Hazlo digievolucionar al nivel mega, así es muy aburrido- dijo Dorokomon pero yo no hacía nada, después de todo ¿que iba a hacer? Patamon nunca había alcanzado ese nivel, no podía hacer nada- Espera un momento, ¿no llega al nivel mega, cierto?- preguntó y echo a reír
-Tokomon, despierta- es todo lo que yo podía pronunciar al ver en tal estado a mi compañero. ¿Que podía hacer? ¿Era este mi fin? Todo estaba acabado, había sido un iluso al creer que podría lograrlo... tal vez debería haberle hecho caso a mi hermano... no, eso no, eso nunca, si yo no estuviese aquí serían ellos los que estuviesen al borde de la muerte, eso jamás me lo perdonaría. Tantas luchas, tanto sufrimiento... para acabar así, todo estaba perdido, no valía la pena seguir luchando, no tenía nada que hacer contra él.
Después de todo... ¿cómo se me había podido pasar por la cabeza que podría con él? Tan sólo era un niño estúpido... Matt, mamá, papá... no había podido despedirme de ninguno, esperaba que al menos supiesen que los quiero, puede que no se lo hubiese dicho suficientes veces. Tampoco me había despedido de mis amigos, ¿me echarían ellos de menos? ¿Irían a llorar a mi tumba? ¿Iría Kari a llorar a mi tumba? ¿o se olvidará de mí? Que pregunta más tonta, claro que se olvidaría de mi, tan sólo era un amigo, ya haría otros, sí, Kari me olvidaría, todos me acabarían olvidando.
De repente Dorokomon empezó a hacerse más poderoso, poco a poco iba perdiendo su aspecto enfermizo: sus podridas alas empezaron a ser repobladas de plumas; su delgada complexión comenzó a convertirse en una fuerte y corpulenta; sus heridas se curaron y el hueso de la rodilla dejó de ser visible; su cara recibió una tonalidad amarilla oscura y el ojo que hasta el momento había carecido de pupila obtuvo una del mismo color que el rostro. Esa nueva imagen imponía miedo y respeto sólo con verle
-Sí, sí- gritaba. ¿Que estaba ocurriendo? ¿Por qué estaba pasando eso si yo seguía vivo? De repente soltó un grito y desprendió una gran energía, la fuerza de esta me precipitó contra la pared en menos de un segundo y caí al suelo sin fuerzas, me dolía todo, sólo quería morirme. ¿Ya estaba? ¿De verdad había acabado conmigo tan rápido?
-M-mátame ya- rogué yo con mis últimas fuerzas y a continuación tosí, tosí sangre.
-Mira quién expulsa sangre ahora- pronunció riendo- lo haré, tranquilo, después de todo no recuperaré todas mis fuerzas hasta que lo haga, pero antes te haré pagar por todo el sufrimiento que tuve que soportar- dijo y acto seguido expulsó una gran ráfaga de viento, viento ardiente, viento negro ardiente, quemaba; que me empujó de nuevo hacia la pared.
Este era mi fin, los ojos se me cerraban, no era capaz ni de visualizar al enemigo, lo veía todo tan borroso... era mi fin. Finalmente junté los párpados, estaba listo para morirme. De pronto escuché una voz, se escuchaba muy débil pero pude reconocer que pertenecía a una mujer, ¿A caso había muerto ya y los ángeles me estaban dando la bienvenida?
-T.K. no te rindas- pronunció esa dulce voz- Por favor T.K. abre los ojos, no te rindas T.K., ¡abre los ojos!- dijo con aún más fuerza aunque la voz seguía siendo sólo un eco lejano- ¡No pierdas la esperanza!- mencionó y yo, cómo pude, despegue mis párpados.
-¿E-esperanza?- murmuré y volví a toser expulsando más sangre
-¿¡Puedes oírme!?- preguntó la voz
-Sí- volví a musitar
-¡Genial! ¡Ya les dije que si gritaba lo suficientemente fuerte nos oiría- decía entusiasmada la voz, podría... ¿podría ser esa la voz de Hikari? Juraría que era su voz... se lo habría preguntado pero no quería volver a hablar, cada vez que lo hacía sentía cómo si algo se rompiese dentro de mí.
-¡Vamos enano! ¡Levántate!- gritaba una nueva voz ¿Matt?
-¡Eres el portador de la esperanza! ¡Deja de hacer el tonto y hazle honor a tu emblema de una vez por todas! ¿¡No ves que el haberla perdido es lo que está alimentando a ese bicho!?- dijo quién creo que era Davis
-Pueden gritar todo lo que quieran, ¿No lo ven? Ya no es capaz ni de moverse, este es su fin- dijo Dorokomon riendo
-Esperanza...- dije yo de nuevo, esta vez más alto, lo más alto que pude, pero no tenía fuerzas y seguía sonando cómo un simple murmullo- N-no voy a perder la esperanza... nunca- dije e intenté levantarme pero acto seguido me desmayé.
Al abrir los ojos pude ver de nuevo a mi alado a mi compañero transformado en MagnaAngemon, él sabía que no podría derrotar a Dorokomon pero ese no era su objetivo, sólo estaba intentando protegerme
-¿M-MagnaAngemon? ¿C-cómo has digievolucionado?- pregunté asombrado con la voz entrecortada y tosí rojo nuevamente.
-No iba a dejarte morir- dijo él. ¿Cuánto tiempo había permanecido inconsciente? ¿Que había pasado? Tokomon estaba bien... parecía un sueño, pero no lo era, dolía demasiado para serlo ¿Que estaba pasando cuando perdí el conocimiento? Había... ¿había realmente escuchado las voces de mis amigos o era sólo un delirio?
-¡Vamos T.K.! ¡Tú puedes!- dijo de repente una leve voz quebrada, cómo si hubiese estado llorando... parecía... parecía nuevamente la voz de Kari.
No habían sido imaginaciones mías, había comenzado a gritar con todas sus fuerzas para que yo pudiese oírla y los demás la habían acompañado.Ellos creían en mí, ellos tenían esperanza en mí, esperanza... ¿Cómo había podido perderla?
-Este es su fin- dijo sonriente el enemigo
-No, me niego a creer eso- dije y reuní todas mis fuerzas para intentar ponerme en pie, me dolía todo, me dolía incluso el simple hecho de respirar, pero no importaba. Me levanté y aunque temblando, intenté mantener el equilibrio- M-mis amigos creen en mí, no todo está acabado, m-me niego a creer que todo este acabado, no estoy luchando solo, ellos están peleando conmigo ¡Me niego a perder la esperanza! Por mí, por ellos, ¡por todos!- pronuncié y acto seguido un reconfortante haz de luz amarilla me envolvió, era la esperanza, era mi esperanza. Parecía que esta cegaba a Dorokomon y le hacía perder sus fuerzas, nuevamente iba adoptando un aspecto putrefacto.
MagnaAngemon aprovechó la situación para acabar con él y abrió una puerta del destino, la cuál se lo tragó para siempre.
-Muy bien MagnaAngemon- dije con mis últimas fuerzas mientras la puerta que me separaba de mis amigos comenzaba a abrirse
-No me felicites, lo has logrado tú- dijo sonriendo, yo le habría respondido con el mismo gesto pero incluso eso me provocaba demasiado dolor
-¡T.K!¡Lo conseguiste!- gritaron mis amigos mientras corrían en mi encuentro, yo miré hacia ellos, feliz al comprobar que todo había terminado, pero carecía de fuerza alguna y me desvanecí, lo único que pude oír fue a mi hermano pronunciar mi nombre preocupado al verme caer.
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Digimon Adventure Agujas Rotas
FanfictionA Takeru le quedan segundos de vida, o al menos eso cree él ¿habrá alguna salvación? No lo sabe, ni tampoco pensará en eso, Takeru rememorara como comenzó la aventura que lo llevo a ese punto, para eso se trasladará semanas atrás, a cuando una miste...