Digimon Adventure Agujas Rotas

Despertar

Al recobrar el conocimiento abrí los ojos un segundo y los volvi a cerrar, todo me resultaba tan confuso... ¿Dónde estaba? ¿Que había ocurrido?

Cuando al fin separé mis párpados definitivamente pude ver que había alguien a mi lado que me sujetaba la mano con fuerza, era Matt

-¡Takeru!- dijo con lágrimas en los ojos... nunca antes había visto llorar a Yamato- Al fin has despertado, me tenías muy preocupado

-¿Q-que paso? ¿D-dónde estamos?

-venciste a Dorokomon

-vencimos- corregí

-¿vencimos?

-No lo habría conseguido sin ustedes- pronunció y mi hermano me mostró una melancólica sonrisa- ¿Dónde estamos?- volví a preguntar

-En una cueva, en el Digimundo

-¿Digimundo? ¿Que hacemos aún aquí? Hemos acabado con Dorokomon, deberíamos haber regresado ya

-¿No lo recuerdas?

-¿Que debería recordar? Ahora mismo lo tengo todo muy confuso, hermano

-Entiendo... pues... aún queda otro enemigo, el opuesto a la luz- pronunció Matt y yo recordé la conversación que había tenido con Dorokomon en la cuál este decía que inicialmente había 8 digimons contrarios a nuestros emblemas pero que sólo habían sobrevivido él y el correspondiente a la luz... luz... Hikari, este digimon iría a por ella y yo estaba seguro de que el nuevo enemigo sería mucho más fuerte que Dorokomon, al fin y al cabo cuanto más brillante es la luz más oscura es la sombra. "¿Pero cómo saben ellos eso?", me preguntaba y recordé que habían estado viendo la pelea a través de unas pantallas que había en la pared, para Dorokomon la pelea había sido un juego, un circo.

-Cierto...una cosa, ¿Dónde están los demás?

-Fueron a recolectar suministros y leña para preparar la comida

-Entiendo...- dije intentando levantarme a pesar del dolor que aún me perduraba

-Eh, eh, ¿Que haces?- preguntó sobresaltado mi hermano

-Levantarme- dije yo respondiendo lo obvio

-Aún no estás bien

-Yo me encuentro bien- mentí, pero si le decía que en realidad me sentía cómo si una apisonadora me hubiese pasado por encima no me habría dejado moverme ni un milímetro

-Está bien- dijo él dándome la mano para ayudarme pero en cuanto estuve a media distancia del suelo volví a perder la consciencia.

{...}

Una vez mas recobré el conocimiento, ya no estaba mi hermano a mi lado si no Sora.

-Bienvenido de nuevo- dijo sonriente la pelirroja

-¿Q-qué ha pasado?- pregunté nuevamente aturdido

-Venciste a Dorokomon y...
-No, no me refiero a eso, juraría que ya me había despertado antes...

-Y lo hiciste, o al menos eso dice tu hermano, pero te volviste a desmayar al intentar levantarte

-Cierto...-dije recordando vagamente lo que había pasado- Hablando de mi hermano, ¿Dónde está?

-Ahora es de noche, han pasado bastantes horas desde que te despertaste por primera vez, todos están durmiendo. Espera un momento y les aviso

-No- dije inmediatamente- no los molestes, además necesito tranquilidad

-Le prometí a tu hermano que le avisaría si recobrabas la consciencia. ¿Sabes una cosa? No se ha separado de tu lado desde que te recogimos inconsciente en el castillo de Dorokomon. Tuve que convencerlo para que me dejase vigilarte yo y así él pudiese descansar

-Gracias por preocuparte por él- dije y Sora se ruborizó

-¿Qué? E-esto no lo hago por él, lo hago por ti, T.k- contestó nerviosa

-No cuela- dije intentando reír pero sentí un gran dolor en el pecho y me lleve las manos a este soltando un grito ahogado. Al realizar el movimiento pude darme de cuenta de algo que se me había pasado por desapercibido antes, tenía el pecho al descubierto, sólo había algunas vendas tapándolo. ¿Y mi camiseta?

-¡T.K.! ¿Estás bien?- pregunto rápidamente la pelirroja

-S-sí- dije cómo pude y tome aire- ¿Y estas vendas?- pregunté cuando el dolor del pecho comenzó a desvanecerse

-Las trajo Jou, él siempre está preparado -contestó ella sonriente y se hizo el silencio

-Aún lo quieres, ¿verdad?- pregunté yo retomando la conversación que habíamos establecido antes de que yo me llevase las manos al pecho por el dolor lo cuál a ella la dejo algo desconcertada en un primer momento

-¿A Jou?

-No, a mi hermano

-T.K. yo...

-No diré nada

-Es que...

-Anda dímelo, considéralo cómo él último deseo de un pobre moribundo

-Pero si tú no te estás muriendo- contestó riendo

-Eso lo dices porque no sientes el dolor que siento yo- pronuncié y ella rápidamente borró la sonrisa de su rostro cambiándolo por un gesto de preocupación

-T.K...
-No te preocupes, no es nada- mentí- Sólo contéstame a lo que te  pegunte

-Sí, aún lo amo... pero él no me ama a mí, puede tener a la chica que él quiera...

-Y eso te pone celosa, y furiosa, furiosa de que te haya olvidado tan rápido, ¿cierto? Por eso siempre que hablas lo atacas, pero si te fijas él jamás responde, yo creo que eso es porque aún le gustas

-¿Entonces por qué cortó conmigo?

-Eso... eso no lo sé-respondí apenado- pero creo que deberías hablar con él

-Y hablando de amores, ahora me toca a mí preguntar, ¿Qué hay de ti y Kari?

-¿Kari y yo?- pregunté ruborizándome y olvidando por un momento mi dolor

-Se nota que se gustan, ¿por qué no le pides salir?

-A mi no me gusta Kari- negué

-Claro, por eso tienes las mejillas cómo un tomate- pronunció ella riendo- bueno, voy a avisar a Yamato de que te has despertado o no me lo perdonará- dijo levantándose y en menos de unos segundos todos vinieron corriendo a mi lado

-¿No era qué sólo ibas a despertar a mi hermano?- dije yo asombrado

-No pude evitarlo- contestó la ex de mi hermano soltando una risilla

-Al fin das señales de vida cacho vago, llevabas tres días durmiendo- dijo Daisuke

-¿Tres ?- pregunté asombrado

-Sí, eres el feo durmiente- dijo riendo, haciendo referencia al cuento de "La bella durmiente" , yo intenté reír también pero volví a sentir ese dolor en el pecho aunque esta vez aguanté el dolor para mis adentros sin gritar pero aún así mostrando un gesto de dolor en mi rostro

-¿Te encuentras bien T.K?- preguntó Kari colocándose a mi lado

-S-sí

-No me mientas- ordenó ella

-Creo que ahora lo que más necesita es descansar, dejémoslo en paz- dijo Izzy y todos regresaron a dormir, todos excepto Kari y Matt que no querían irse ahora que me había despertado

-Si te duele algo dilo- pronunció preocupada la joven Yagami

-Me duele todo- respondí yo y mis dos acompañantes intercambiaron una mirada de preocupación.