Capítulo 50

216 17 3
                                    

Narra Julián

Me quería mover, separarme y no cometer un error más; pero, una parte de mí deseaba con todas mis fuerzas terminar con el espacio que nos separaba y probar sus labios. No entendía qué me pasaba, se suponía qué veníamos para probar qué ese no era mi hijo, no para qué la termine besando.

Al parecer el universo me escuchó ya qué, antes de qué se acortara la distancia entre nosotros, apareció el doctor.

Doc: ¿Sabrina? - nos separamos inmediatamente y lo miramos - Pueden pasar - Entramos rápidamente sin mirarnos entre nosotros - Okey, ¿Qué te trae por acá? Recuerdo haberte dicho qué nuestra próxima consulta era en un mes.

Sabrina: Ya sé. Lo qué sucede, doctor, es qué el padre de mi hijo no me cree qué es el padre de mi hijo - tardé en procesar lo qué ella le había dicho, y cuando lo hice la fulminé con la mirada.

Juli: No es tan así, doctor. Lo qué pasa es que nosotros fuimos pareja, pero después terminamos. Y cuando ella vino a decirme qué estaba embarazada, bueno yo...-

Doc: ¿No le creíste? - me miró de muy mala manera mineras escribía algo en su computadora.

Juli: Solo queremos saber si se puede hacer un estudio de ADN.

Doc: Como poder se puede, pero ella está de muy pocas semanas y el feto no lo resistiría y moriría.

Sabrina: ¡¿Qué?! ¡No! ¡Ni loca Julián! - empezó a gritar y llorar mientras se agarraba el vientre - ¡No voy a poner la vida de nuestro bebé en riesgo solo porque vos no me crees cuando te digo la verdad!

Juli: ¿Y cómo me querés demostrar qué posta es hijo mío? - ella empezó a respirar entrecortadamente y ahí sí me asusté.

Doc: ¡¿Flaco qué te pasa?! ¡¿No ves lo qué hiciste?! - se acercó a ella de manera rápida y le empezó a decir cosas - Sabrina, Sabri; te tenés qué calmar, estás alterando al bebé. Si no dejas de llorar y normalizas tu respiración podés perderlo, cálmate por favor - me miró como para qué hiciera algo y yo inmediatamente me acerqué a ella y la abracé.

Juli: Por favor cálmate, hacele caso al médico, tenés qué cuidar a nuestro bebé - eso al parecer hizo qué dejará de llorar y sonriera débilmente. De a poco de empezó a calmar y respiró hondo.

Sabrina: Ya estoy mejor.

Doc: Okey, como decía, Sabrina está de muy pocas semanas por lo querés un análisis de sangre no sería lo más recomendado. A menos querés se quieran arriesgar, es su decisión.

Sabrina: No, por favor Julián, no. Tiene que haber otra forma pero no arriesgues la vida de nuestro bebé, por favor - me miró con los ojos vidriosos a la vez querés se aferraba a mi remera con mucha fuerza. Podía ver en sus ojos el miedo querés tenía, miedo qué me transmitió. Si ese bebé de verdad era mío no iba a arriesgar su vida solo por mis sospechas.

Juli: No, no lo vamos a hacer. ¿Hay alguna otra forma de comprobar si este hijo es mío?

Doc: Podemos hacer una ecografía y ver de cuántas semanas está, después ustedes se encargan de hacer la cuenta de si es tuyo o no - nos informó mirándonos severamente.

Sabrina: Por mí está bien.

Juli: Por mí también.

Doc: Okey, acostate en la camilla - ella hizo lo qué le ordenó el medico y yo me fui a su lado. Al instante me agarró la mano y me la apretó con mucha fuerza.

Sabrina: Tengo miedo Julián, tengo mucho miedo.

Juli: Cálmate, todo va a estar bien. Solo te va a pasar el gelcito ese - mientras hablaba el doctor ya se había sentado y puesto los instrumentos necesarios.

Doc: Okey, ¿Empezamos? - nos miró a ambos y asentimos. Agarró el gel y se lo esparció por el vientre a Sabrina. A los pocos minutos de estar pasandole el aparato sonrió y nos vió - Miren - dirigimos nuestras vistas al monitor y en el medio de toda la pantalla negra, apareció una manchita negra. Mis ojos se llenaron de lagrimas sin poder evitarlo - Ese es su bebé, tiene aproximadamente 12 semanas. 

Sabrina: Eso equivale...- empezó a hacer cuentas pero yo la interrumpí.

Julian: Dos meses - logré balbucear con la poca voz qué me quedaba. Con Oriana dentro de poco íbamos a cumplir nuestro aniversario de cuatro meses. Todo indicaba que Sabrina estaba embrazada de mi. 

Sabrina: Te dije qué era tu hijo, con eso yo no miento - volvió a mirar la pantalla y se puso a llorar -¿Viste lo chiquito que es?

Juli: Si - dije y si poder contenerme, me puse a llorar. Iba a tener un hijo, un hijo con mi ex novia, un hijo al fin y al cabo. Siempre había querido ser papá, desde chico, pero me imaginé qué Oriana me iba a dar esa alegría. Ahora si, toda mi vida se iba a ir a la mierda, sobre todo mi relación.

Sabrina: ¿Nos vamos? - me sacó de mis pensamientos. Cuando la miré estaba vestida y mirándome con una sonrisa en la cara. Asentí sin muchas ganas y nos fuimos. En el camino a su casa, cuando paramos en un semáforo en rojo, me atreví a decirle.

Juli: Perdón.

Sabrina: ¿Por qué?

Juli: Por todo, por no creerte, por tratarte de mentirosa. Por todo.

Sabri: Está todo bien, supongo qué te di razones para desconfiar.

Juli: Si, pero ahora ya se qué ese hijo es mío y qué me tengo qué hacer cargo, pero sobretodo qué vos no me mentirías con una cosa así.

Sabri: Pero obvio qué no, lo de Emiliano fue un error qué hasta hoy en día me sigue taladrando el cerebro y remordiendo la conciencia, ¿No entendés que yo te sigo amando, Julián? - agarró mi cara con sus dos manos y acercó su rostro al mío.

Juli: Sabri...yo -

Sabri: ¿Vos qué? - cuando nuestros labios se estaban por juntar por segunda vez en el día, el sonido de varias bocinas nos interrumpió - Ya se puso en verde el semáforo - me avisó mientras giraba su cara hacia la ventanilla toda roja de vergüenza.

Al llegar a su casa lo único que hizo fue darme un fugaz beso en la mejilla e irse rápido adentro, cosa qué le agradecí rotundamente.  





Nuestro amor es solo nuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora