Capítulo 47

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Narra Ori

Me senté a su lado en el sillón y empecé a jugar con mis manos nerviosamente.

Ori: Julián - iba a empezar pero él me interrumpió.

Juli: ¿Vos posta pensas qué te engañé? - me miró a los ojos y ví qué los tenía un poco brillosos. Me partió el alma.

Ori: Todo indica que si.

Juli: ¿Qué mierda importa todo lo que indican las cosas o las situaciones? Importa lo que vos pienses, lo que creas.

Ori: No sé, Julián. De verdad no sé.

Juli: ¿Entonces qué carajo hago acá?

Ori: ¿Hablaste con Sabrina? No. ¿Ya sabes si es tu hijo? No. Entonces, creo qué tengo todo el derecho del mundo a desconfiar.

Juli: Pero, es qué, de verdad. Yo…Vos… ¡Aggh! ¡No puedo Oriana! ¡Te necesito! ¡Necesito que me creas y estés conmigo! ¡No soy nada sin vos boluda! - empezó a llorar desconsoladamente mientras caía de rodillas al piso y se tapaba la cara. Me acerqué al instante y sin pensarlo dos veces y lo abracé lo más fuerte qué pude.

Ori: Cálmate, por favor. No te alteres más, relájate.

Juli: Te necesito Oriana, de verdad te necesito - sin darme tiempo a nada me volvió a besar con intensidad. Intenté frenarlo y qué sigamos hablando pero ¿Para qué? Yo lo quería y necesitaba tanto como él a mí, era un hecho. Me sacó la remera y la tiró al piso mientras su lengua penetraba mi cavidad bucal.
No tardó mucho para que su remera quedará en el piso con la mía.

Besándonos y ya casi quedándonos sin aire empezamos a subir por las escaleras. Al llegar a mi cuarto mi cabeza hizo click.

Ori: ¡Para! ¡No!  - lo aparté de manera un poco brusca - Yo no soy así Julián.

Juli: ¿Y te pensas qué no lo sé? Oriana - se me acercó y me agarró la cara con las manos - Yo sé como sos vos, lo sé perfectamente.

Ori: Julián, no soy de esas minas qué se acuestan con un chabón qué tiene novia y un hijo en camino.

Juli: No es mi hijo. Mañana voy y hablo con ella, le pido un ADN, no sé. Pero dame esta noche con vos, déjame poder besarte y recorrer tu cuerpo como hace mucho no hago - empezó a besar mi cuello mientras seguía hablando - Déjame sentir tu respiración y tu corazón acelerado junto al mío, déjame escucharte como me nombras entre jadeos, déjame sentir como tus piernas me abrazan la cintura mientras te hago el amor - nos acostamos en la cama y él me miró serio - Déjame hacerte el amor, Oriana.

Ori: Soy toda tuya - le respondí rindiendome completamente a él y sus encantos. Mientras me besaba se encargó de sacarme el corpiño y de tirarlo al piso. Comenzó a jugar con mis pechos como si no hubiera un mañana mientras yo gemía sin preocuparme por si los vecinos escuchaban. Después de un rato paró y yo me quejé pero todos los reclamos posibles se esfumaron en el aire cuando empecé a escuchar su cinturón desabrocharse.

Sentí su cuerpo pegarse completamente al mío sin ningún espacio qué nos separaba. Pude sentir como su erección pegaba fuertemente en mi entrepierna y eso no hizo más qué exitarme y arrancarme más gemidos. También noté como ya su pantalón estaba fuera del juego y la tela de su bóxer rozaba con la de mis bragas, qué ya estaban extremadamente húmedas por su culpa.

Juli: ¿Soy yo, o vos estás más mojada qué de costumbre? - me preguntó sonriente mientras empezaba un camino de besos por mi estómago y para abajo.

Ori: E-es t-tu… ¡Culpa! - terminé gritando después de intentar formular la oración sin mucho éxito.

Juli: Si vos decís - en menos de un segundo apartó mis bragas y le empezó a dar atención a mi entrepierna pero con ¡Su boca!

Okey, esto nunca, jamás de los jamás lo había hecho. Con Juan nunca había tenido relaciones y Julián…él sabía qué yo no estaba lista. Se lo había dejado claro en uno de nuestros encuentros y desde entonces decidió no insistir con el tema. Pero ahora ni me había avisado, y lo había hecho sin más.

Tenés que admitir qué te está gustando - dijo una voz interna.

Si, pero… no me avisó, ni preguntó.

Esa era la idea, qué estuvieras distraída así no tenías tiempo de ponerte nerviosa y solo disfrutaras.

Pensándolo así, y analizando las sensaciones y vibraciones qué mi cuerpo estaba teniendo, puede que no sea tan malo.

Volví a tierra cuando Julián mordió mi clítoris. Pegué un grito al cielo y él me miró nervioso.

Juli: ¿Te lastimé? ¿Te dolió? Perdón, sé qué me habías dicho qué no querias hacer esto pero quería qué experimentarás las sensaciones antes de darme una devolución, de verdad perdón - dijo todo tan rápido y sin respirar qué no me dió tiempo a siquiera abrir la boca. Se incorporó rápidamente y me miró - Entiendo si querés parar.

Ori: Julián, ¿Te podés callar? - la confusión cruzó por su rostro pero yo no le di tiempo a nada qué lo besé - Me gustó - le dije al separarnos.

Él muy forro me sonrió perversamente y levantó una ceja antes de hablar.

Juli: ¿Si? ¿A mi hermosa novia le gustó lo qué le hice? - se acercó a besarme.

Ori: Si, pero ahora quiero qué me hagas otra cosa.

Juli: ¿Qué querés qué te haga? - preguntó aunque creo qué se daba una idea.

Ori: El amor.

Sin decir más se acomodó en mi entrada y a los segundos empujó, llenándome por completo. Gemí y me aferré a su espalda mientras con mis uñas empezaba a dejarle marcas. Sus embestidas empezaron a ser más rápidas y yo empecé a dejarme llevar por las sensaciones qué sentía. Empecé a mover mis caderas en círculos para estimular un poco más el accionar, y él llevó su pulgar al centro de mi cuerpo donde empezó a repartir suaves caricias en mi clítoris. La excitación y el placer qué estaba sintiendo me nublaron la vista.

Él siguió con el frenesí por varios minutos, haciendo qué suelte gemidos y jadeos, hasta qué pudimos llegar al orgasmo. Cuando acabó dentro mío se me tiró arriba y rió.

Ori: ¿De qué te reís?

Juli: De lo desesperado qué me pongo cuando se trata de vos.

Acomodé su pelo como a mí me gustaba y después lo hice con mi cuerpo para poder estar en una posición cómoda mientras soportaba su peso. Cerré los ojos cuando el sueño me empezó a vencer y lo último qué escuché fue como Julián susurraba.

Juli: Voy a arreglar todo, te lo prometo.

Nuestro amor es solo nuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora